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lunes, 31 de mayo de 2021

El CAMINO de ALICANTE y la VIA DIANIUM. Entre Alfaç, Altea y Calp, por Miguel del Rey

 El CAMINO de ALICANTE y la VIA DIANIUM.

Inédito, a publicar en la próxima edición del libro “Paseando por las alteas”. Miguel del Rey

Altea se encuentra situada en el perímetro costero de La Marina, lugar de paso de uno de los caminos históricos que han surcado nuestras tierras desde tiempo inmemorial. La Vía Dianium fue el primero de esos caminos que se han ido superponiendo unos sobre otros a lo largo de la edad antigua, el medievo y la edad moderna. El camino de la costa que unía Alicante con Denia era un eje perimetral importante, un camino carretero que se complementaba, dadas las vicisitudes orográficas que presentaba, con las vías marítimas. Camino que llevaba en los últimos siglos de su existencia el nombre de Camí d’Alacant, y más tarde, cuando en el siglo XIX se construye poco a poco la carretera N-332, se pasa a denominar Camí Vell d’Alacant, que unía Calp, Altea y Benidorm con Alicante, en el trayecto entre Valencia y Denia. Su denominación legal era de “camino carretero”, mientras el tramo entre Valencia y Denia era “camino real”, igual que entre Santa Faz y Alicante.

El término de Altea siempre ha presentado una problemática particular por la presencia de dos elementos de cierta importancia, el primero el río Algar, un río mediterráneo de corto recorrido, pero con fuertes avenidas que en ocasiones obligaban a vadearlo con barcazas en su desembocadura, cuando el camino, a la altura del Molí de la Torre, un verdadero paso con control, quizás con peaje en algún momento de la historia, no permitía el paso por un cauce sin puente. Pero el gran obstáculo era el paso de la sierra de Bèrnia a la altura del Barranco Salado, la cual se debía pasar por el paso del Collado, un tortuoso y peligroso camino que bajaba hasta el cauce y remontaba la ladera oeste de la montaña de Toix; Todo ello, previo el paso por los distintos barrancos que desde la sierra de Bèrnia desaguan en las playas y acantilados alteanos, siendo uno de los más importantes el barranco de la Galera.

El camino en la actualidad es practicable a tramos, ha perdido su continuidad y se han conservado algunos fragmentos con un cierto carácter

Sus referencias históricas y planimétricas son importantes. Su datación romana esta fuera de duda, como vía secundaria vinculada a la Vía Augusta, con salida desde Lucentum para viajar a Denia, a la que volvía por las inmediaciones de Xàtiva. En los tramos alteanos no se han realizado las prospecciones arqueológicas pertinentes para conocer su verdadero trazado y naturaleza de la vía. Existe un trazado en el Plan de Protección de la Vía Dianium redactado por la Generalitat Valenciana, con un recorrido en algunos puntos algo sorprendente, coincidente en parte con el camino medieval, cuestión que en principio parece lógica.



Trazado del camino histórico entre Alicante y Denia a su paso por el Alfaç-Altea y Calp.  En Rojo continuo el camino medieval.  En trazo discontinuo la propuesta de Consellería del trazado de la Vía Danium, coincidente con el camino, excepto en el tramo de el Alfaç a Altea, que es este caso la traza por la costa.  El punto en Altea indica la cruz de término de acceso a la fortaleza del siglo XVII, con las dos entradas desde Valencia y Alicante hacia el Portal Vell.  Plano de Miguel del Rey y Antonio Gallud.

Del camino medieval y de época moderna tenemos referencias gráficas en la cartografia a partir del siglo XVII, y sus descripciones literarias son incluso anteriores. Quizás la primera, como muy bien indica el documentadisimo Bolg "Metidos en Carretera", es la que nos muestra el “Reportorio de todos los caminos de España, hasta ahora nunca visto, en el que hallará cualquier viaje que quiera andar muy provechoso para todos los caminantes”, compuesto por el valenciano Pedro Juan Villuga en 1546 incluía, entre sus 139 itinerarios, del cual dice: “camino llano por la marina” entre Valencia y Alicante de 30 leguas de longitud, que discurría por Catarroja, Silla, Sollana, Sueca, Cullera, Gandía, Oliva, Denia, Jávea, Teulada, Benisa, Calpe, Altea, Benidorm, Villajoyosa y Alicante.  Sin entrar en más detalles.

También aparece este “camino de Valencia para Alicante” en el “Repertorio de caminos” realizado por Alonso de Meneses en 1576, en el “Mapa Geográfico del Reyno de Valencia”, realizado por el geógrafo Tomás López en 1788. El “Mapa del Reyno de Valencia”, elaborado por Antonio Josef Cavanilles en 1795, nos muestra, como vemos en la imagen que acompaña, el trazado y una descripción del camino.

Antonio Josef Cavanilles en 1795, nos muestra el trazado e indica la existencia de un camino real entre Valencia y Denia y en el acceso a Alicante desde Santa Faz, mientras que el resto del recorrido contaba con un camino de herradura.

El autor describe el paso por el collado de Calpe: “No léjos de la villa (Calp) en la misma costa está el cabo Toix, que es occidental de la ensenada de Calp, en cuyo cabo, como queda dicho, se termina la cordillera que viene desde Confrides con los nombres de Serrella, Bérnia y Toix. Media entre Serrella y Bérnia un profundo barranco que parece interrumpir la comunicación; y entre Bérnia y Toix un collado, que llaman vulgarmente el puerto de Calp: por este atravesé el monte, dexando atrás hácia el nordeste el llamado Oltá, cuyas raices son de yeso, las faldas bien aprovechadas, y aptas para almendros, algarrobos y sembrados, y el resto hasta la cumbre sumamente escarpado y estéril. Pisaba un suelo peñascoso, y la poca tierra que se percibia era de albarís: cultívanse en aquel terreno almendros, algarrobos é higueras, con algunos sembrados. Las plantas nativas son todas conocidas, y entre ellas la carlina afelpada. Iba baxando el puerto, y quedaba á la izquierda sobre un cerro la torre del Mascarát: atravesé el cauce seco del barranco Salado, y ladeé un cerro batido por las olas, siguiendo una espaciosa senda hasta llegar á otra segunda torre llamada de la Galera”.

Es interesante la descripción gráfica y literaria de Pascual Madoz en su “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar” de 1845, pues nos describe el camino, junto con los fragmentos ya en construcción de la nueva carretera que lo sustituirá, a la vez que nos informa del mal estado de dicho camino y las penurias para conseguir recorrerlo y el tiempo que en ocasiones tarda el correo en llegar desde estas tierras a Valencia.

Fragmento del Plano de Pascual Madoz en su “Diccionario geográfico-estadístico-historico de España y sus posesiones de ultramar” de 1845, pues nos describe el camino, junto con los fragmentos ya en construcción de la nueva carretera que lo sustituirá.

La descripción pormenorizada y más precisa de este camino, justo en el momento de construcción de parte de tramos de carretera, nos la ofrecen en 1853 los capitanes del Cuerpo de E. M. del Ejercito, D. Nicolás Lloret y Reimer y D. Manuel Cortés y Morales, en su “Ytinerario de Catarroja a Alicante por Alcoy y de Alicante al mismo punto de partida por el litoral”. Incluimos de él las descripciones de dos de los puntos conflictivos a su paso entre Altea y Calp: el paso de Collado en Toix y el paso del barranco de la Galera

Del Collado indica: “El camino de herradura entre Altea y Calpe que se dirige desde el SO al NE es muy inconveniente, desigual y pedregoso, hallándose el mal paso conocido en el país, por el Collado de Calpe, en una de las ramificaciones de la sierra de Bernia que forma el cabo de Toix al NE de Altea.

Abierta una parte aislada de la caja del nuevo camino carretero es preciso construir un puente de gran elevación sobre el barranco del collado para evitar la subida a la cima de este ultimo, pero suspendidas las obras por su gran coste no se saca ventaja de lo ejecutado dando lugar a que se inutilicen los capitales invertidos...”.

Paso este del Collado que en 1884, por el retraso de las obras del puente del Mascarat, aún se mantenían en uso y el mismo mal estado, tal como indica la orden de la Diputación de Alicante de adecuar el Paso del Collado para las diligencias entre Ondara y Alicante, dado el estado del camino carretero y la imposibilidad de usar los tramos de carretera nueva en esta parte del itinerario.

El paso del barranco de la Galera hasta llegar al Collado, lo describen los militares de la siguiente manera: … “pasado el barranco de Galera, que no lleva corriente más que en épocas lluviosas, así como los otros barrancos que hay antes, se separa el camino de la costa  e internándose en la cordillera que forma el cabo Toix, ramificación del monte Serrella y sierra de Aitana, empiezan las subidas y bajadas que se aumentan en puntos notablemente y conforme se avanza en la marcha para pasar el barranco y collado de Calpe, puede decirse que el camino se convierte en un desfiladero completo, tanto por el gran declive de las estériles montañas que se elevan a izquierda, como por los muchos escarpados de piedras que estas tienen, mayormente en sus cumbres y que imposibilitan  el franqueo sin largos rodeos. El paso por este camino será muy pesado para las tropas por las muchas cuestas y la naturaleza del piso pedregoso en especial después del trozo del camino carretero construido y en la mala subida al collado. En el descenso a  la parte NE desde la cima del Collado se encuentran semejantes accidentes, reuniendo el camino las mismas circunstancias que por el otro lado y siendo sucesivamente más suaves las pendientes permite el cultivo  en algunos puntos para sembrados y garroferales escalonados como los de este país, hasta que cerca del corral de Pere Roig el camino, más distante ya de la cordillera que se pasó, queda en disposición de ser flanqueado por infantería, siendo el piso menos pedregoso y sin variar  los cultivos en el intervalo que queda hasta Calpe. El barranco del Collado está seco ordinariamente y sus márgenes son sumamente escarpadas y muy elevadas ala izquierda del punto por donde lo atravesamos”

Se complementa este texto sobre el antiguo camino carretero y su transformación en carratera a lo largo de la mitad del siglo XIX, con una descripción a la vez realista e incluso dramática que nos ofrece “La Ilustración Española y Americana” en su número del 30 de enero de 1892, como indica el blog antes citado, donde compara la situación anterior y posterior del paso por el Collado, antes y después de la construcción del puente del Mascarat. Dice así: “Hasta 1884, los viajeros que tenían que atravesar este sitio, transportados por las diligencias de Alicante á Gandia, contemplaban estremecidos el pavoroso abismo, al cual descendía el pesado vehículo por un estrecho camino en ziszas, que parecía más propio para el tránsito de hatos de cabras que para el de carruajes tirados por ocho caballos. Gracias á la pericia de los mayorales, ordinariamente se salvaba el mal paso sin percances que lamentar, subiendo á la parte opuesta del famoso barranco por otro camino de no mejores condiciones que el de descenso. Y lo más sensible del caso era, que al llegar al fondo del desfiladero, el conductor de la diligencia llamaba la atención de los que la ocupaban sobre dos enormes estribos de robusta sillería que indicaban el emplazamiento de un puente colosal, y luego, alzando el brazo, indicaba allá arriba, en medio del plano vertical de las rocas que limitan el barranco, una, al parecer, boca de mina, á la que correspondía otra enteramente igual en el plano frontero. Aquellas eran las pavorosas entradas de dos túneles, que sólo aguardaban que el puente se elevara hasta ellos para suprimir la solución de continuidad, permitiendo á la nueva carretera atravesar sin obstáculo el Collado del Mascarar. Veinte años ha durado la construcción de esta obra, una de las más notables llevadas á cabo por los ingenieros españoles; y desde 1885, el viandante, después de atravesar el túnel, se asoma estremecido por la contemplación del abismo á la baranda del puente, cuya clave se eleva 59 metros sobre el fondo pedregoso del barranco”.

El trazado del camino histórico en este caso llano, coincidente con la Vía Dianium, en el tramo de la Cala de Soio en la Olla de Altea. Tramo que bordeando la playa llega hasta al extremo donde divisa la vista y el camino sube y salva salva el barranco de la Galera, tomando cota hasta bajar más tarde, ya en las proximidades del barranco Salado, para seguir por el Collado. Foto MdR

Bibliografía:

“El tramo del Mascarat de la N-332 ... “ del blog: “Metidos en Carretera”

CAVANILLES, A. J.:  “Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia”. Valencia, 1795. Ed. Albatros, Valencia, 1985

COELLO, F. y MADOZ, P.: Mapa de la Provincia de Alicante, dentro del “Atlas de España y sus Posesiones de Ultramar”, Madrid, 1855

LLORET y REIMER, N. y CORTÉS Y MORALES, M. “Ytinerario de Catarroja a Alicante por Alcoy y de Alicante al mismo punto de partida por el litoral”

 


 


 


miércoles, 12 de mayo de 2021

Arquitecturas Ausentes: Las Vegas, un bar con mucho arte, por Miguel del Rey

 

EL BAR MUSEO LAS VEGAS*                        Sobre 1960 en la C/ Conde de Altea

*Publicado en el libro “Paseando por las alteas”, Miguel del Rey, Valencia 2016

Un grupo de amigos frente al Bar Las Vegas.  Colección L.F

Las Vegas fue en Altea, junto al Bar Terraza, uno de los primeros establecimientos que se abren en Altea a finales de los años 50, rayando los 60, con una nueva manera de entender la hostelería. Un bar de tapas, un bar de vermut, un bar de copas, pero con cócteles particulares y entendiendo que una nueva clientela está presente en la economía alteana: los turistas.

Sus clientes marcan un carácter que Pepe Hortelano supo potenciar perfectamente para su negocio: Las Vegas, por su nombre es un referente en sí de modernidad; con ello pretendía atraer a la bohemia artística que por aquellos años vio en Altea un lugar propio, adecuado a su manera de vivir, un lugar que ofrecía algo particularmente interesante: un paisaje y unas formas, unido a una manera de entender la vida, lo cual fascinó a una élite de pintores y artistas nacionales y junto a ellos, a sus colegas centro y noreuropeos, personajes muy diversos y tan carismáticos como Rita Hayworth o Ernest Hemingway.

Don José María Planelles, ese inolvidable alcalde moderno de aquella Altea postfranquista, nos cuenta en su precioso libro “Benjamín Palencia y Nosotros”, Alicante 1963, como se gestó este “Bar Museo Las Vegas” y de qué manera se aproximó a estos personajes, con su “cen quiu veri moch”, y “cómo a cambio de un buen resopón a base de huevos fritos y buen vino tinto, un grupo de pintores empezó a pintar unos frescos en sus paredes. Allí el sueco Bengt Ellis, con el torso desnudo, pintaba personajes del mar, Sum Miller insistía en sus burros, Mike Trompe pintaba mujeres enlutadas...“.

 Una escena marinera, fresco de B. Palencia existente en el Bar las Vegas, hoy desaparecido, Imagen extraída del libro “Benjamín Palencia y nosotros” Alicante, 

Una preciosa referencia a este paradigmático bar fue la loa del entrañable don José María a la “nikolasca”(1), la bebida insignia de Las Vegas. la construye a partir de una conversación que presenció entre Pepe Hortelano y Benjamín Palencia, dos buenos amigos:

  “   - Bueno, vamos a ver qué es eso (dice el pintor).

Pepe corta sendas rodajas de limón, les pone un terrón de azúcar encima, y las espolvorea con café molido. Al lado una copa de coñac, y le contesta:

- Nos comemos el limón con el azúcar y el café, y nos bebemos los coñacs. ¡Nikolasca! Delicioso...”

Fotografía con dedicatoria de B. Palencia. Colección Familia Hortelano.

domingo, 9 de mayo de 2021

Los trabajos y los días, fotos de Hilga Miller con texto de Hesiodo-1

(cast) Al salir las Pléyades, hijas de Atlas, comienza la cosecha, y el cultivo cuando ellas se oculten. Se ocultan durante cuarenta días y cuarenta noches; y cuando el año corrido, aparecen de nuevo en el momento en que se afila el hierro. Tal es el uso campestre entre los que cultivan las tierras fértiles de los profundos valles, lejos del mar resonante. Tienes que estar desnudo cuando siembres, desnudo cuando aras, desnudo en la cosecha, si quieres llevar a cabo los trabajos de Demeter en el momento propicio, si quieres que cada cosa crezca en su estación ...

“Els treballs i els dies”. Hesíode * por Miguel del Rey ,a partir de las fotos de Hilga Miller, publicado en la revista “Riuraus Vius” nº 6- Calp-Altea


(val) En sortir les Plèiades, filles d’Atlas, comença la collita, i el cultiu quan elles es ocultin. S’oculten durant quaranta dies i quaranta nits; i quan l’any va corregut, apareixen de nou en el moment en què es esmola el ferro. Tal és l’ús campestre entre els que cultiven les terres fèrtils de les profundes valls, lluny del mar ressonant. Has d’estar nu quan sembris, nu quan llaures, nu en la collita, si vols Ilevar a terme els treballs de Demeter en el moment propici, si vols que cada cosa cresca en la seua estació ...






martes, 4 de mayo de 2021

Riurau del Tío Amadeo en Altea, por Miguel del Rey

RIURAU DEL TÍO AMADEO*. Finales del S. XIX, inicios S. XX. Partida de Sogai / Altea

* Textos publicados en la “Gúia de Altea” M. del Rey  (Val 2014) en castellano e inglés, y en “Paseando por las alteas” M. del Rey en castellano y valenciano (Val 2016)

(cast) Esta pequeña granja rural se sitúa en la ladera de una de las colinas al norte del cauce del Algar, sobre terrazas soleadas propias para lo que fue el cultivo y la elaboración de la uva-pasa. La casa responde al tipo básico de casa compacta de dos crujías que encontramos en el resto del territorio valenciano; casas campesinas de vivienda en planta baja más una planta superior para almacenamiento de cosechas, cubiertas a dos aguas y alero horizontal. La casa incluye un riurau adosado a fachada principal, más otro corto secadero que se desarrolla frente a la fachada lateral. Es uno de los ejemplos más genuinos de lo que fue la arquitectura agraria alteana del siglo XIX, desgraciadamente en muy mal estado en la actualidad.

La estructura y su partición interna es la típica de estas casas: una primera crujía que incluye un vestíbulo central y estancias laterales, más una segunda con un espacio amplio donde se encontraban la cocina, y una gran estancia de vida doméstica con escalera de acceso a planta alta con usos de almacenamiento de cosechas.

El riurau que nos presenta este edificio es del tipo de vanos adintelados soportados por potentes machones, lo que ofrece una imagen fuerte y muy limpia al coincidir el dintel con la línea de carga y zunchado de cubierta. Esta forma de construir el riurau la encontramos en la parte central de la Marina, entre Pedreguer y Altea, con ejemplos muy característicos en Calp. En esta masía se han perdido el resto de piezas y elementos de la cultura de la uva pasa: horno de escaldar la uva y el sequer, el espacio exterior para extender los cañizos, del que quedan restos en la explanación existente en una terraza de la colina sobre la que se asienta esta granja agraria.

(val) Aquesta xicoteta granja rural se situa en la vessant d’un dels tossals al nord del llit de l’Algar, sobre terrasses solejades pròpies per al que va ser el cultiu i la elaboració de la pansa. La casa respon al tipus bàsic de casa compacta de dues crugies que trobem en la resta del territori valencià; cases camperoles d’habitatge en planta baixa més una planta superior per a l’emmagatzematge de collites, cobertes a dues aigües i ràfec horitzontal. La casa inclou un riurau adossat a façana principal, més un altre curt secador que es desenvolupa enfront de la façana lateral. És un dels exemples més genuïns del que va ser l’arquitectura agrària alteana del s. XIX, desgraciadament en molt mal estat en l’actualitat.

L’estructura i la seua partició interna és la típica d’aquestes cases: una primera crugia que inclou un vestíbul central i estàncies laterals, més una segona amb un espai ample on es trobaven la cuina, i una gran estància de vida domèstica amb escala d’accés a planta alta amb usos d’emmagatzematge de collites.

El riurau que ens presenta aquest edifici és del tipus d’obertures amb llindes suportades per potents pilars, el que ofereix una imatge forta i molt neta al coincidir la llinda amb la línia de carrega i congrenyat de coberta. Aquesta forma de construir el riurau la trobem en la part central de la Marina, entre Pedreguer i Altea, amb exemples molt característics en Calp. En aquest mas s’han perdut la resta d’elements de la cultura de la pansa: forn d’escaldar el raïm i el sequer, l’espai exterior per a estendre els canyissos, del que queden restes en la explanació existent en una terrassa del tossal sobre la que s’assenta aquesta granja agrària.


(Inglés) The “masía” is placed on the slope of one of the hills located on the north of Algar River, on typical sunny terraces dedicated to the growth and recollection of raisins. The house responds to the basic type of a compacted house with two bays that you can find on the rest of the Valencian territory; housings on the ground floor plus a superior floor which is used as a harvest warehouse. These houses also have a gable roof with a horizontal eave. The house also includes an attached “riurau” to the main façade plus another shorter eave that develops laterally. The house is one of the most genuine examples of the 18th / 19th century agricultural architecture; unfortunately they are currently in a really bad condition.

The structure and its interior partitions are typical of these houses, the rest of the spaces between supporting elements includes a central hall and lateral rooms, plus another one with a similar wide space where the kitchen and a huge living room are placed. The living room has an access stair that leads to the superior floor which is used as a harvest warehouse.