El CAMINO de ALICANTE y la VIA DIANIUM.
Inédito, a publicar en la próxima edición del libro “Paseando por las alteas”. Miguel del Rey
Altea se encuentra situada en el perímetro costero de La Marina, lugar de paso de uno de los caminos históricos que han surcado nuestras tierras desde tiempo inmemorial. La Vía Dianium fue el primero de esos caminos que se han ido superponiendo unos sobre otros a lo largo de la edad antigua, el medievo y la edad moderna. El camino de la costa que unía Alicante con Denia era un eje perimetral importante, un camino carretero que se complementaba, dadas las vicisitudes orográficas que presentaba, con las vías marítimas. Camino que llevaba en los últimos siglos de su existencia el nombre de Camí d’Alacant, y más tarde, cuando en el siglo XIX se construye poco a poco la carretera N-332, se pasa a denominar Camí Vell d’Alacant, que unía Calp, Altea y Benidorm con Alicante, en el trayecto entre Valencia y Denia. Su denominación legal era de “camino carretero”, mientras el tramo entre Valencia y Denia era “camino real”, igual que entre Santa Faz y Alicante.
El término de Altea siempre ha presentado una problemática particular
por la presencia de dos elementos de cierta importancia, el primero el río
Algar, un río mediterráneo de corto recorrido, pero con fuertes avenidas que en
ocasiones obligaban a vadearlo con barcazas en su desembocadura, cuando el
camino, a la altura del Molí de la Torre, un verdadero paso con control, quizás
con peaje en algún momento de la historia, no permitía el paso por un cauce sin
puente. Pero el gran obstáculo era el paso de la sierra de Bèrnia a la altura
del Barranco Salado, la cual se debía pasar por el paso del Collado, un
tortuoso y peligroso camino que bajaba hasta el cauce y remontaba la ladera
oeste de la montaña de Toix; Todo ello, previo el paso por los distintos
barrancos que desde la sierra de Bèrnia desaguan en las playas y acantilados
alteanos, siendo uno de los más importantes el barranco de la Galera.
El camino en la actualidad es practicable a tramos, ha
perdido su continuidad y se han conservado algunos fragmentos con un cierto
carácter
Sus referencias históricas y planimétricas son importantes. Su datación romana esta fuera de duda, como vía secundaria vinculada a la Vía Augusta, con salida desde Lucentum para viajar a Denia, a la que volvía por las inmediaciones de Xàtiva. En los tramos alteanos no se han realizado las prospecciones arqueológicas pertinentes para conocer su verdadero trazado y naturaleza de la vía. Existe un trazado en el Plan de Protección de la Vía Dianium redactado por la Generalitat Valenciana, con un recorrido en algunos puntos algo sorprendente, coincidente en parte con el camino medieval, cuestión que en principio parece lógica.
Del camino medieval y de época moderna tenemos referencias
gráficas en la cartografia a partir del siglo XVII, y sus descripciones
literarias son incluso anteriores. Quizás la primera, como muy bien indica el documentadisimo Bolg "Metidos en Carretera", es la que nos muestra el
“Reportorio de todos los caminos de España, hasta ahora nunca visto, en el que
hallará cualquier viaje que quiera andar muy provechoso para todos los
caminantes”, compuesto por el valenciano Pedro Juan Villuga en 1546 incluía,
entre sus 139 itinerarios, del cual dice: “camino llano por la marina” entre
Valencia y Alicante de 30 leguas de longitud, que discurría por Catarroja,
Silla, Sollana, Sueca, Cullera, Gandía, Oliva, Denia, Jávea, Teulada, Benisa,
Calpe, Altea, Benidorm, Villajoyosa y Alicante.
Sin entrar en más detalles.
También aparece este “camino de Valencia para Alicante” en
el “Repertorio de caminos” realizado por Alonso de Meneses en 1576, en el “Mapa
Geográfico del Reyno de Valencia”, realizado por el geógrafo Tomás López en
1788. El “Mapa del Reyno de Valencia”, elaborado por Antonio Josef Cavanilles
en 1795, nos muestra, como vemos en la imagen que acompaña, el trazado y una
descripción del camino.
Antonio Josef Cavanilles en 1795, nos muestra el trazado e indica la existencia de un camino real entre Valencia y Denia y en el acceso a Alicante desde Santa Faz, mientras que el resto del recorrido contaba con un camino de herradura.
El autor describe el paso por el collado de Calpe: “No léjos de la villa (Calp) en la misma costa está el cabo Toix, que es occidental de la ensenada de Calp, en cuyo cabo, como queda dicho, se termina la cordillera que viene desde Confrides con los nombres de Serrella, Bérnia y Toix. Media entre Serrella y Bérnia un profundo barranco que parece interrumpir la comunicación; y entre Bérnia y Toix un collado, que llaman vulgarmente el puerto de Calp: por este atravesé el monte, dexando atrás hácia el nordeste el llamado Oltá, cuyas raices son de yeso, las faldas bien aprovechadas, y aptas para almendros, algarrobos y sembrados, y el resto hasta la cumbre sumamente escarpado y estéril. Pisaba un suelo peñascoso, y la poca tierra que se percibia era de albarís: cultívanse en aquel terreno almendros, algarrobos é higueras, con algunos sembrados. Las plantas nativas son todas conocidas, y entre ellas la carlina afelpada. Iba baxando el puerto, y quedaba á la izquierda sobre un cerro la torre del Mascarát: atravesé el cauce seco del barranco Salado, y ladeé un cerro batido por las olas, siguiendo una espaciosa senda hasta llegar á otra segunda torre llamada de la Galera”.
Es interesante la descripción gráfica y literaria de Pascual
Madoz en su “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus
posesiones de ultramar” de 1845, pues nos describe el camino, junto con los
fragmentos ya en construcción de la nueva carretera que lo sustituirá, a la vez
que nos informa del mal estado de dicho camino y las penurias para conseguir
recorrerlo y el tiempo que en ocasiones tarda el correo en llegar desde estas
tierras a Valencia.
Fragmento del Plano de Pascual Madoz en su “Diccionario geográfico-estadístico-historico de España y sus posesiones de ultramar” de 1845, pues nos describe el camino, junto con los fragmentos ya en construcción de la nueva carretera que lo sustituirá.
La descripción pormenorizada y más precisa de este camino,
justo en el momento de construcción de parte de tramos de carretera, nos la
ofrecen en 1853 los capitanes del Cuerpo de E. M. del Ejercito, D. Nicolás
Lloret y Reimer y D. Manuel Cortés y Morales, en su “Ytinerario de Catarroja a
Alicante por Alcoy y de Alicante al mismo punto de partida por el litoral”.
Incluimos de él las descripciones de dos de los puntos conflictivos a su paso
entre Altea y Calp: el paso de Collado en Toix y el paso del barranco de la
Galera
Del Collado indica: “El camino de herradura entre Altea y
Calpe que se dirige desde el SO al NE es muy inconveniente, desigual y
pedregoso, hallándose el mal paso conocido en el país, por el Collado de Calpe,
en una de las ramificaciones de la sierra de Bernia que forma el cabo de Toix
al NE de Altea.
Abierta una parte aislada de la caja del nuevo camino
carretero es preciso construir un puente de gran elevación sobre el barranco
del collado para evitar la subida a la cima de este ultimo, pero suspendidas
las obras por su gran coste no se saca ventaja de lo ejecutado dando lugar a
que se inutilicen los capitales invertidos...”.
Paso este del Collado que en 1884, por el retraso de las
obras del puente del Mascarat, aún se mantenían en uso y el mismo mal estado,
tal como indica la orden de la Diputación de Alicante de adecuar el Paso del
Collado para las diligencias entre Ondara y Alicante, dado el estado del camino
carretero y la imposibilidad de usar los tramos de carretera nueva en esta
parte del itinerario.
El paso del barranco de la Galera hasta llegar al Collado,
lo describen los militares de la siguiente manera: … “pasado el barranco de
Galera, que no lleva corriente más que en épocas lluviosas, así como los otros
barrancos que hay antes, se separa el camino de la costa e internándose en la cordillera que forma el
cabo Toix, ramificación del monte Serrella y sierra de Aitana, empiezan las
subidas y bajadas que se aumentan en puntos notablemente y conforme se avanza
en la marcha para pasar el barranco y collado de Calpe, puede decirse que el
camino se convierte en un desfiladero completo, tanto por el gran declive de
las estériles montañas que se elevan a izquierda, como por los muchos
escarpados de piedras que estas tienen, mayormente en sus cumbres y que
imposibilitan el franqueo sin largos
rodeos. El paso por este camino será muy pesado para las tropas por las muchas
cuestas y la naturaleza del piso pedregoso en especial después del trozo del
camino carretero construido y en la mala subida al collado. En el descenso
a la parte NE desde la cima del Collado
se encuentran semejantes accidentes, reuniendo el camino las mismas
circunstancias que por el otro lado y siendo sucesivamente más suaves las
pendientes permite el cultivo en algunos
puntos para sembrados y garroferales escalonados como los de este país, hasta
que cerca del corral de Pere Roig el camino, más distante ya de la cordillera
que se pasó, queda en disposición de ser flanqueado por infantería, siendo el
piso menos pedregoso y sin variar los
cultivos en el intervalo que queda hasta Calpe. El barranco del Collado está
seco ordinariamente y sus márgenes son sumamente escarpadas y muy elevadas ala
izquierda del punto por donde lo atravesamos”
Se complementa este texto sobre el antiguo camino carretero y su transformación en carratera a lo largo de la mitad del siglo XIX, con una descripción a la vez realista e incluso dramática que nos ofrece “La Ilustración Española y Americana” en su número del 30 de enero de 1892, como indica el blog antes citado, donde compara la situación anterior y posterior del paso por el Collado, antes y después de la construcción del puente del Mascarat. Dice así: “Hasta 1884, los viajeros que tenían que atravesar este sitio, transportados por las diligencias de Alicante á Gandia, contemplaban estremecidos el pavoroso abismo, al cual descendía el pesado vehículo por un estrecho camino en ziszas, que parecía más propio para el tránsito de hatos de cabras que para el de carruajes tirados por ocho caballos. Gracias á la pericia de los mayorales, ordinariamente se salvaba el mal paso sin percances que lamentar, subiendo á la parte opuesta del famoso barranco por otro camino de no mejores condiciones que el de descenso. Y lo más sensible del caso era, que al llegar al fondo del desfiladero, el conductor de la diligencia llamaba la atención de los que la ocupaban sobre dos enormes estribos de robusta sillería que indicaban el emplazamiento de un puente colosal, y luego, alzando el brazo, indicaba allá arriba, en medio del plano vertical de las rocas que limitan el barranco, una, al parecer, boca de mina, á la que correspondía otra enteramente igual en el plano frontero. Aquellas eran las pavorosas entradas de dos túneles, que sólo aguardaban que el puente se elevara hasta ellos para suprimir la solución de continuidad, permitiendo á la nueva carretera atravesar sin obstáculo el Collado del Mascarar. Veinte años ha durado la construcción de esta obra, una de las más notables llevadas á cabo por los ingenieros españoles; y desde 1885, el viandante, después de atravesar el túnel, se asoma estremecido por la contemplación del abismo á la baranda del puente, cuya clave se eleva 59 metros sobre el fondo pedregoso del barranco”.
El trazado del camino histórico en este caso llano, coincidente con la Vía Dianium, en el tramo de la Cala de Soio en la Olla de Altea. Tramo que bordeando la playa llega hasta al extremo donde divisa la vista y el camino sube y salva salva el barranco de la Galera, tomando cota hasta bajar más tarde, ya en las proximidades del barranco Salado, para seguir por el Collado. Foto MdR
Bibliografía:
“El tramo del Mascarat de la N-332 ... “ del blog: “Metidos
en Carretera”
CAVANILLES, A. J.:
“Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura,
población y frutos del Reyno de Valencia”. Valencia, 1795. Ed. Albatros,
Valencia, 1985
COELLO, F. y MADOZ, P.: Mapa de la Provincia de Alicante,
dentro del “Atlas de España y sus Posesiones de Ultramar”, Madrid, 1855
LLORET y REIMER, N. y CORTÉS Y MORALES, M. “Ytinerario de Catarroja a Alicante por Alcoy y de Alicante al mismo punto de partida por el litoral”
Creo que las ventajas y desventajas de la arquitectura popular son muchas y muy buena.
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