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jueves, 29 de junio de 2023

EL PUENTE del MASCARAT sobre el BARRANCO SALADO. 1857-1880, por Miguel del Rey

 EL PUENTE del MASCARAT sobre el BARRANCO SALADO. 1857-1880

Obra de: D. Enrique Guillem, Ing de Caminos. D. Joaquin Thous, Constructor

El puente del Mascarat entre los dos túneles excavados en sendas montañas de Toix y el estribo marítimo de Bèrnia, dejaban un tramo abierto del cajeado de la carretera al sur y el puente cruzaba perpendicular el barranco Salado a una altura de 60 metros, creando dos embarcaderos curvilineos para encontrarse con el tramo rectilíneo del puente. Este, de 32 m de anchura en total, se compone de dos basas prismáticas que suben desde la base del barranco, apoyando en las rocas del suelo, hasta impostar en un punto donde nace un único vano definido por una bóveda de cañón, con arcos formeros de medio punto y sillería de gran dimensión.

Mascarat. Barranco. Casa soler, Foto de Oriol, sobre 1931. Col MdR


Las pilas o estribos son de sillería hasta un tercio de la altura, sillería de piedra caliza, posiblemente de San Julián o de Campello, para seguir con cantoneras de sillería y dados maestreados de sillar, que llegan hasta los sobreestribos que definen los embarcaderos al puente por ambos lados y que perfilan sendas formas de la montaña.  Los dados se complementan con mampostería careada de piedra de la zona, posiblemente de Gata, hasta llegar a una imposta potente que permite el apoyo de una cimbra en madera que se necesitaría para la construcción de la bóveda, esta de sillería.


Plano de los distintos pasos por la encrucijada del Mascarat entre Altea y Calp.

En negro el antiguo camino  Paso del Colaldo, en Rojo la carretera N-332 con los puentes del Mascarat, en azul la AP-7.  Esquema extraido del blog: El tramo del Mascarat de la N-332 ... - Metidos en Carretera 


Gabriel Miró en su obra Años y Leguas, en 1928, nos describe la sensación de los viajeros al pasar por los nuevos túneles y el puente y a la vez recordar el antiguo paso por el peligroso paso del Collado, antes de inaugurarse el puente. Dice así:  

“Los dos túneles. No son los túneles ferroviarios, ahogados, recremados y negros, sino de carretera levantina. Por fuera, la roca caliente, de color de león, alzándose apasionada, de pie, al cielo; por dentro, la roca pálida, huesuda, como antes de que los barrenos rasgasen su virginidad. Cada túnel abre una mirada fresca de mar y otra de campo torrado, y el confín marinero y el horizonte labrador se concentran en las dos lentes de piedra.

En otro tiempo Sigüenza pasó en diligencia el collado de Calpe. La diligencia venía de Alicante. Muchas horas de camino, de humo, de polvo, de sol, de revueltas, entre almendros y viñas, de huertos galileos, de pueblos diáfanos con cúpulas azules, aparecidos en la costa... Poco a poco comenzaba a salir en el cielo la geometría del monte roto. Atardecido, los contornos ya se acercaban en una culminación de rosa, y después, de un dorado viejo de retablo. La diligencia llegaba, humilde y sobrecogida, al primer túnel. El azul que entraba del mar refrescaba los peñascales estrujados. Iba deshilándose el silencio virgen de las altitudes; se sentía subir el silencio del fondo como un vaho. Puente blanco y cerrado, en una vejez cósmica. Las mulas lo pasaban despacito con un cabeceo de esquilas dulces. Muchos viajeros se inclinaban, persignándose. Y ya dentro del túnel, el monte se llenaba de un estruendo de viaje recóndito; los faroles rociaban de amarillo la cripta; las sombras del coche, de las bestias, del mayoral, se embestían, astillándose por los muros, y fuera se quedaba esperando la quietud de la noche grande, desnuda.


Paisaje actual del Puente del Mascarat de 1885. Foto Marta del Rey

El diario alcoyano “El Serpis”, en 1880, narra las vicisitudes de la construcción de este puente, una de las obras de ingeniería más arriesgadas y complejas de la época, “un puente de un solo arco de dimensiones tales y á tan inmensa altura, que sólo contemplarla, anonada el espíritu y sobrecoge de espanto. La boca de uno de los túneles parece el nido de un águila El proyecto del camino es una temeridad del génio y una empresa digna de jigantes.

En el fondo de aquel abismo cerrado en forma de trompeta que sólo tocan los huracanes, parece que se dan cita los elementos como los espíritus infernales en los centros cavernosos, para mover las tempestades del mar. Allí se ven las mordeduras del rayo en la piedra calcinada; los rasguños del torrente que se precipita con horrible estruendo desde las aristas de los montes para socavar sus entrañas con espumuso cólera; los despojos de los vientos aprisionados que, gimiendo, condensan sus ímpetus y sus iras para agitar las encrespadas olas del Océano.”

Periódicos que en su día arremetieron contra don Joaquin Thous, su constructor, levantando posibles calumnias, más tarde alabaron su gran labor, que en palabras del la prensa dijeron: “...la ejecucion del atrevido proyecto realizado por el contratista D. Joaquin Thous, bajo la inteligente direccion del Ingeniero D. Enrique Guillen, que en estas obras ha demostrado una vez más la pericia y vastos conocimientos que le colocan entre los primeros Ingenieros de España.


Personaje vinculado: Don Enrique Guillem, Ingeniero de Caminos Canales y Puertos

Es de destacar el trabajo del ingeniero Sr. Guillen, tanto por los cálculos y diseño, como por sus muestras de arrojo y profesionalidad durante la construcción. De su disposición en el trabajo da buena cuente el diario: “ha coronado dignamente la pericia, el atrevimiento y hasta si se nos permite la frase, la temeridad de tan distinguido facultativo el cual no ha descansado un solo momento acudiendo personalmente á salvarlo todo y hasta descendiendo al trabajo material á fin de que su arrojo y valentía sirviera de estímulo a los operarios, sin lo cual no hubiera sido posible conseguir que ni aun los más esperimentados industriales se atreviesen á esponer sus vidas como realmente las han tenido espuestas durante los trabajos. Es más, solo el Sr. Guillen ha sido el que ha inspeccionado las obras por sí mismo durante su ejecucion por no atreverse á hacerlo desde el peon caminero hasta el último funcionario de los encargados al efecto, y esto habla a favor de dicho señor ingeniero más alto que cuanto nosotros pudiéramos manifestar.” (1)

(1) Referencias entresacadas del artículo “El Tramo de la N-332 entre Altea y Calpe”, publicado en el bolg: metidosencarretera.esy.es

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