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jueves, 10 de diciembre de 2020

La villa y el chalet en Altea, 1860-1945 (Parte II), por Miguel del Rey


LA VILLA Y EL CHALET EN LA ALTEA  DEL ULTIMO TERCIO DEL S.XIX E INICIOS DEL SIGLO XX.(parte II)  * Extraído del libro "Paseando por las alteas" M del Rey, 2016

Casa Aynat- Sobre 1940. Al fondo progresivamente, la Casa Martinez y Verdemar. 

    La entrada norte de Altea es donde con más densidad se dan los chalets que las familias adineradas alteanas levantan como vivienda habitual; inmediatos al pueblo y cerrados por livianas cercas que englobaban un jardín previo y un huerto en la parte posterior. Un tipo de vivienda suburbana que tendrá especial presencia en el paisaje alteano -en las entrada al pueblo- entre los años 1930 al 1970. Allí se asientan las más interesantes de estas arquitecturas, hoy prácticamente todas desaparecidas, de las cuales casi no queda recuerdo gráfico. Entre los edificios más atractivos podemos destacar: Casa Aynat, el Txoco, el Molino, Casa Martínez, Verdemar y VIlla Mateo, situadas todas en el entorno del Clot de Mingot y la carretera general. Casas levantadas por maestros de obra, entre los cuales seguro estaba Mateu Signes Reig, que creo da nombre a una de estas viviendas.

    El Txoco, sobre 1946 (MdR)

    La Casa Aynat, o también Verdemar, serán de alguna manera el ejemplo de estas villas suburbanas que implican un nuevo estilo de vida con su parcela ajardinada, la casa exenta, estancias con buena luz, la incorporación de ventanas amplias y miradores a la manera de “bow windows” tan difundidos en las revistas ilustradas de la época. Una manera de entender el habitar distinta, moderna para la época.

    En la Olla y Cap Negret, y algunos otros lugares de la geografía alteana, como la zona del puerto, se construyen estos edificios a lo largo de las décadas centrales del 1900, antes y después de la Guerra Civil. Un ejemplo de gran interés de estos chalets alteanos es la aún existente Casa Bermejo, de 1935, situada bajo el Tossal de Molar, una casa muy expresiva, con un frontón característico y una amplia torre.

Casa Bermejo (Foto de Jose L. Bermejo)

    En el núcleo de la Olla hay que distinguir una particularidad, pues allí a la hora de construir estos edificios residenciales se conserva una arquitectura más tradicional, más propia de los maestros de obra locales y su cultura constructiva. Un ejemplo será Casa Pérez, de 1921, donde es evidente la tradición y su arquitectura más calmada, distinta del eclecticismo con el que se abordarán las arquitecturas que vimos en la entrada norte de Altea o los ejemplos antes citados. Con posterioridad en este lugar y en Cap Blanc o el Planet, se reintrepretaron modelos de arquitecturas, muchos aún existentes, que se ajustan a formas más contenidas. 

  Villa Perez-1921  

    De entre los últimos construidos hay que distinguir el chalet de Albatalía en la playa de Cap Negret, un edificio existente, posiblemente de mediados de los años 1950, de formas más libres y próximas a las arquitecturas de diseño.

Batalia


martes, 8 de diciembre de 2020

La villa y el chalet en Altea, 1860-1945 (Parte I), por Miguel del Rey

LA VILLA Y EL CHALET EN LA ALTEA  DEL ULTIMO TERCIO DEL S.XIX E INICIOS DEL SIGLO XX.(parte I)  * Extraído del libro "Paseando por las alteas" M del Rey, 2016


Villa de los Angeles, o Villa Gadea
La burguesía alteana y la sociedad que nos visitaba en la segunda mitad del s XIX y los inicios del siglo XX, abrazó la nueva estética que el romanticismo tardío le ofrecía, como podemos ver en la la Casa de la Morería, un edificio adelantado a su tiempo en la Altea aproximadamente de 1850. Los cánones clásicos se abandonan poco a poco, empezando por la burguesía adinerada en las últimas décadas del siglo XIX, cuando empieza a construir sus casas a partir de arquitecturas temáticas: la casa neomudéjar de Francesc Martínez i Martínez, dedicada a Cervantes, su autor idolatrado. Casas con referencias morunas, como la Casa Martínez con sus dos torres transgresoras -nunca habían habido estas torres en la muralla alteana- aunque asimiladas perfectamente al imaginario alteano. Evocaciones a la misma iglesia de Altea en el Hort de la Campaneta - que hemos visto en el anterior artículo- , o villas neopalladianas con acabados gotizantes incluidos en Villa Gadea, bauxartianos, como la Villa Sagi-Vela, más tarde Villa Garcia; todo ello en aras de un historicismo que arrasa en la sociedad en un largo peregrinar por formas de resonancias foráneas o lejanas en el tiempo, alejándose cada vez más la cultura constructiva tradicional.


 Villa Sagi-Vela, más tarde Villa García

Si bien aquellas arquitecturas fueron predecesoras, a partir de los años 20  y 30 el siglo XX se introduce un tipo constructivo que logra una progresiva estabilización en Altea; es el “chalet”, con sus formas más o menos caprichosas, extraídas de catálogos ilustrados, de referencias formales culturalmente lejanas – Mar i Cel será un ejemplo de gran importancia- que poco a poco se va estabilizando tipológicamente, simplificándose y estructurando sus formas hasta tener un repertorio más o menos establecido y construido con materiales a su vez estándar para la época. Casas con una torre, un porche porticado, materiales y acabados no localistas: ladrillo visto o simulado, muros revocados a la tirolesa, ventanas amplias, en algunos casos a la inglesa, persianas americanas, teja marsellesa o alicantina, etc.. Casa Carreta en Cap Negret será un buen ejemplo. A partir de ellas, de manera más modesta, la pequeña burguesia y algunos veraneantes, solicitan a los maestros de obra que repitan los esquemas con pequeñas variantes.

Villas Mar i Cel y Villa San Francisco

sábado, 28 de noviembre de 2020

HORT DE LA CAMPANETA, Camino Viejo de Alicante, 7. Altea. Por Miguel del Rey

 HORT DE LA CAMPANETA, Camino Viejo de  Alicante, 7. Altea. Entre 1890 -1910. 

Eclecticismo - Uso actual: Hotel

El Hort de la Campaneta es quizás el único de los edificios que quedan en pie de lo que fueron los antiguos “huertos” que existían a la entrada del pueblo, antes de la construcción del ferrocarril y cuando aún estaba en servicio el antiguo camino de Alicante, el camino medieval. Huertos construidos en una de las zonas más atractivas de aquella época, que disponían de la casa junto al camino, y sus huertos y huertas posteriores, a cota más baja, se alargaban hasta la playa. Los huertos de la Altea del siglo XIX. El trazado primero de la carretera, y más tarde el ferrocarril, cortó esta relación espacial y quedaron como lugares residuales frente a un antiguo camino, cambiando drásticamente sus usos y carácter. El nombre por el que se conoce esta propiedad se debe a la existencia de una pequeña campana en el portal anexo al lateral de la casa, actualmente instalada, según algunas personas, en el la iglesia del Convento, mientras que otros  entienden que ha desaparecido. La villa dispone de un oratorio  dedicado a la Purísima Concepción.

 

Se trata de una arquitectura ecléctica con grados de libertad compositiva verdaderamente importantes que la vinculan a un modernismo sin complejos, recurriendo a elementos referenciales autóctonos y muy actuales en su momento: las cúpulas de la coetánea iglesia del Consuelo que se está construyendo en ese momento y con la que mantiene fuertes relaciones formales. Quizás pudiera tratarse de una ampliación sobre una antigua villa existente, pues su ubicación está fuera de lugar en ese momento, pero se tienen noticias de que los oficios que trabajan en la iglesia parroquial están presentes en la construcción del oratorio. ¿Quizás estuvo presente en esta obra o en parte de ella el maestro de obras Adrián Vela Gadea? El mismo que levantó la iglesia durante el intervalo entre 1901 y 1911, pues hay documentación que indica que ambas obras intercambiaron operarios y oficios. Algunos autores adelantan la fecha, por su arquitectura, pero la documentación del archivo parroquial da constancia de intercambios de operarios en la construcción de la capilla, la cual parece del mismo momento que el resto de la casa. Un momento en el cual el ferrocarril aún no ha llegado, aunque ya se hablaba de él.

 

El edificio se compone a partir de un sistema en U que dispone en fachada  el oratorio y parte de un porche en planta baja. Sobre esta primera crujía se levantan ambas cúpulas simétricas que dan carácter a la casa. Hay que destacar la existencia de una buena colección de paneles cerámicos de calidad en bancos externos, como algunos resueltos con técnica de trencadís de buena calidad, o en zócalos como el de la sala, donde a partir de una pieza única en colores terrosos se crea una composición diagonal con cinco piezas en vertical, como veremos en el apartado de paneles cerámicos. 

 

Fue propiedad de don Bartolomé Such, de la familia apodada de los “Tolos”. De la finca se segregó la Estación de ferrocarril. En ella, además de la actividad agraria existía una explotación dedicada a la cría y a la trata de caballos. Su nombre ha creado su propia leyenda debida a la existencia de una pequeña campana sobre el portal anexo al lateral de la casa, donada según sus actuales propietarios a la Iglesia del antiguo convento franciscano, aunque hay diversas versiones.

martes, 24 de noviembre de 2020

La Casa dels Torroners en Altea, por Miguel del Rey

 CASA DELS TORRONERS. Carrer de la Mar, 101. Altea, sobre 1918.

Modernismo Popular

Se trata de una de las casas ubicadas enfrente de la estación del ferrocarril y levantada al empuje urbano de la zona en el momento de la llegada del tren a Altea en la mitad de la década de 1910. Estas casas que utilizaron en muchos casos, un lenguaje modernista popular, completaron la calle en poco tiempo, ofreciendo en su momento una uniformidad lingüística que las sustituciones edilicias han roto en estos últimos decenios, desapareciendo algunos de los ejemplos más característicos. Esta casa se levanta unos 7 u 8 años después de la Estación, estando bien documentada fotográficamente su construcción.

 Casa dels Torroners. Detalle de la postal: Estación FFCC y Rincón del Albir.Foto Oriol para la Casa Soler, años 1920. Colección MdR

Su modernismo, ya un poco desfasado en el tiempo, es producto de reinterpretaciones de los artesanos y maestros de obra locales, y como en muchos casos presenta un cierto encanto en la interpretación de algunos elementos recurrentes de su estilo, como es el caso de las ventanas partidas a tres vanos, con arco rebajado en planta baja y dintel en planta superior. Solución que ha sido alterada en uno de sus huecos superiores. Hay que valorar en este edificio la idea de palaccina exenta, con un esquema fuertemente simetrizado.

 Casa dels Torroners en construcción. Vista de la Estación. Inicio de los años 1920.  Colección MdR.

sábado, 21 de noviembre de 2020

CASA CARRETA o Villa San Francisco en Altea, por Miguel del Rey


 CASA CARRETA o Villa San Francisco*                Finales de la década de 1920

Construida en el primer tercio del siglo XX a la entrada al antiguo Camino Real tras pasar el Molí de la Torre, se levantó sobre lo que fue una antigua explotación agraria de uva pasa, como nos muestran las imágenes de los años 1920, donde podemos ver el paisaje previo a la construcción de la casa. En el lugar que ésta ocupa, podemos ver un importante riurau de más de cinco arcos al que hacen referencia los militares que en 1853 describen el itinerario de este camino hasta Calp.


Vista del entorno agrario en 1922. Vista previa a la construcción de Casa Carreta. Colección MdR


La villa San Francisco acompaña al paisaje alteano heredado del primer tercio del siglo XX, característico de esta parte del término municipal. Se puede decir que pertenece a lo que entendemos por “chalet”, tipo tan propio de estas arquitecturas de la burguesía de los años 1920-30 en Altea. Es en el fondo una casa compacta de dos cuerpos de construcción, donde se distingue una esbelta torre cubierta a cuatro aguas a la manera de chapitel.


Por su ubicación, elevada sobre una terraza del natural, la torre adquiere en el paisaje una presencia principal. La fachada sur dispone frente a ella un porche de tres arcadas y sobre él una terraza. Respecto al lenguaje utilizado hay que destacar los acabados de sus guardaventanas, las formas de sus ventanas, las esquinas con pseudosillares, así como las impostaciones y bordones esgrafiados bajo sus aleros. Un panel cerámico de cierto valor y dedicado a San Francisco da nombre a la casa y conserva las huellas de la Guerra Civil del 36.

Publicada en el libro “Paseando por las alteas”, M del Rey; Valencia 2016. Pag 244

 


domingo, 8 de noviembre de 2020

Casa Marín. Altea, por Miguel del Rey

 Casa Marín. Partida de Pla del Castell, Altea (*)


Ubicada en la zona del Pla del Castell, representó en el imaginario colectivo alteano lo que entonces se denominaba el chalet, la vivienda unifamiliar y de recreo por excelencia, signo de modernidad y desarrollo económico; hubo buenos ejemplos dentro de este estilo en la Altea de los años 20 a los 40, ya tras la guerra civil

La Casa Marín fue un chalet de veraneo mandado construir en fecha indeterminada, pero posiblemente tras la guerra civil por don Francisco Marín, comerciante valenciano de tejidos. Ubicó su casa en las proximidades de la carretera de Callosa, lejos de las playas -el lugar de moda en aquellos tiempos- atendiendo quizás a las posibilidades que ofrecía el automóvil, que empezaba a ser objeto de consumo por la burguesía asentada. La casa muestra el esquema típico de este tipo de edificios, donde se distinguen varios elementos dominantes: el porche y la torre. Ésta se sitúa lateralmente de manera que su esbeltez quede garantizada al poder visualizarse en toda su altura en una de sus esquinas. La cubierta a cuatro aguas, construida con teja alicantina o marsellesa, es también una constante en esta arquitectura. Hay que destacar el interesante alero de que dispone la casa, con un acabado alicatado con piezas de cerámica en blanco y cobalto de muy buena factura definiendo un remate muy adjetivado que potencia la sombra del alero. Nuevos huecos y algún cuerpo añadido recientemente no ayudan a valorar una buena arquitectura de origen.

(*) Publicada en el Libro "paseando por las alteas", pag. 249-250. M. del Rey, Valencia 2016


miércoles, 4 de noviembre de 2020

Miguel Jorro i Such, un personaje complejo y romántico, por Miguel del Rey

Rebuscando en los papeles de mis personajes favoritos del romanticismo en la Marina, y siendo originario de mi pueblo, no puedo más que acercarme a la figura de Miguel Jorro i Such* Altea 1818–1885, licenciado en derecho y periodista, con una imagen que me facilita el amigo Juan Bautista Bisquert Cendra.

                                            Miguel Jorro i Such con su uniforme de diplomático

Miguel Jorro i Such, siguió la carrera diplomática. Fue un personaje relevante y muy controvertido, liberal, revolucionario, incansable viajero, derrochador, algo pendenciero, que tras una compleja y poco convencional existencia murió arruinado en su finca de Altea. Casado con Ana Gomez Burguet, fue padre de dos hijas muy vinculadas a los círculos artísticos y de la bohemia de su tiempo: Anita y Enriqueta Jorro. Fue tío abuelo del conde de Altea, Don José Jorro Miranda, a cuya propiedad pasó la Morería.

Precisamente su controvertida personalidad queda patente en la arquitectura de la Morería, donde hay que señalar el buen criterio desde el cual, junto a su desconocido arquitecto, supo transformar una casa tradicional en un palacete dejando las huellas de su configuración primigenia, como hemos dicho convirtiendo aquella casa rural en quinta de recreo para un personaje con un estatus social que trascendía cualquier localismo, siendo uno de los ejemplos primeros del eclecticismo o uno de los últimos ejemplos de Iluminismo en estas tierras. Todo, dentro de una corrección y unos criterios de modernidad en aquel momento encomiables, unido a una cuidada puesta en obra y unos acabados desconocidos en el lugar y en el momento.

Fundó periódicos como “El libre comercio”, “La Cotorra”, “El provenir de Valencia”, “El Sufragio Universal”, etc., muy populares en la segunda mitad del Ochocientos. En Madrid dirigió “El Clamor Público” inspirado por el general Prim. Fue la mano derecha del Mayorazgo Cendra de Monserrat, el incansable defensor pegolino de la causa liberal, azote de carlistas y guerrilleros en toda la Marina. Apoyó decididamente la republica de 1868, fue Diputado Provincial en el contexto revolucionario de “La Gloriosa”, y al año siguiente Diputado a Cortes por Alicante, para seguir más tarde diputado provincial; frecuentaba los círculos literarios, sociales y políticos más importantes de Madrid.
                                                          La Moreria en Altea, sobre 1860

Vinculado al entorno político del general Prim, fue representante de España en consulados como el de Emuy (Xiamen). Mas tarde viajó de El Havre a Nueva York en uno de sus últimos servicios para gestionar la fallida negociación por parte de Prim de la venta de la isla de Cuba a los USA, que no llevó a término al enterarse a su llegada del asesinato del general. Una vida azarosa de situaciones límite, que quizás debemos mirar con detenimiento en otro momento.

 

domingo, 1 de noviembre de 2020

La Masía de la Llacuna en Albocàsser, por Miguel del Rey

              La Masía de la Llacuna en Albocàsser es un edificio señorial, posiblemente originario del s. XVII, que salvo con algunas pequeñas variaciones en fachada mantiene fielmente el espacio interno de una casa. Nos muestra una de las soluciones más atractivas del barroco rural valenciano, con su cubierta vertiente a aguas en fachada posterior, lo cual nos ofrece una fachada potente, limpia, de vanos con grandes sombras.  Alberga dos viviendas, una en planta baja, para el servicio y otra superior para los propietarios. Adosada a la casa principal existe una vivienda para medieros o masovers, también cubierta aguas atrás, aunque posiblemente algo más próxima en el tiempo. 

Vista desde el lado oeste del conjunto. Uno de los ejemplos más carismáticos de este morfologia tan escasa en la actualidad, pero que época barroca tuvo su importancia. Detalle del balcón de acceso al oratorio Foto MdR


             La Masía de la Llacuna incluye acceso centrado y estancias a ambos lados en la primera crujía, más una serie de dependencias de servicio en la crujía posterior, donde también se sitúa la escalera. La planta alta alberga una sala central con alcobas a ambos lados. La fachada es rotunda, potente, sesgada por grandes vanos de ventanas en planta baja y balcones en la planta principal, además de pequeños respiraderos bajocubierta. Un oratorio anexo a la casa en doble altura, al que se accede en planta alta por una terraza cubierta, incluye un porticado con una columna que caracteriza la esquina y la propia arquitectura.  

Plantas de la masía

             A ambos lados del edificio principal se adosan otros cuerpos de construcción de uso económico que configuran el conjunto de la masía.

 


Cementerios de Altea. Proceso histórico y arquitectura, por Miguel del Rey

             El Cementerio de Altea*

* Publicado en el libro "Paseando por las alteas", Val 2016. Autor M. del Rey

               El cementerio de Altea que hoy conocemos es el tercero de los existentes desde la refundación de la villa en 1617. El primer cementerio estaba situado al lado sur de la iglesia, entre ésta y el propio castillo, dentro de la fortaleza. En el siglo XVIII se traslada y se sitúa en el llamado Cantó de la Promesa, en la parte norte del camino de Polop o de Alcoi, donde ahora se encuentra la villa “Quatre Vents”.

Panteón de Don Cristoval Salvá, una elegante arquitectura dentro del eclecticismo neogriego

            A instancias de Don Luis Martínez i Beneyto, que regala hacia 1870 al Ayuntamiento de Altea los terrenos, se traslada el cementerio a su actual ubicación. En origen se definió a partir de una planta cuadrada compuesta por cuatro cuarteles, con dos ejes principales que se cruzan en la cruz central y un deambulatorio perimetral rodeado de pabellones de nichos que se fueron construyendo en el tiempo. Los cuarteles centrales estuvieron siempre dedicados a tumbas en tierra y a la construcción de panteones. Incluía desde origen una capilla con ábside semicircular inmediata al acceso, con puerta interior y exterior, capilla que pertenece a las arquitecturas modestas y populares que en su época construyen el nuevo cementerio; una época de calamidades con una mortandad espeluznante tras la epidemia de cólera morbo que azotó el pueblo y fue la razón de ubicar este nuevo cementerio alejado, en aquel momento de la población, siguiendo las recomendaciones higiénicas de la época y el empeño filántropo y humanitario del benefactor, empeñado en luchar contra esta epidemia, no solo en su pueblo, sino, como diputado en Cortes, en toda la Nación.

Plano del actual cementerio y ubicación de sus principales arquitecturas. Plano MdR

Determinadas familias han levantado a lo largo del siglo XIX y XX panteones de estilos muy variados que configuran en gran medida el paisaje interno de esta ciudad de los muertos. Entre las arquitecturas a destacar podemos citar una serie de panteones que quizás se puedan agrupar estilísticamente de la siguiente manera:

Clasicismo popular.-

A este estilo corresponden los más antiguos panteones alteanos, ambos de época fundacional, la década de 1860-70. Se distinguen por su condición popular dentro de la tradición clásica del momento. El primero es el de la familia Benimeli (A) basado en la interpretación de un tema clásico del iluminismo: el prisma y la cúpula. Sobre un prisma con fachadas compuestas por hornacinas tripartitas en cada una de sus caras, donde se situaría la puerta centrada en una de ellas mientras que el resto albergarían lápidas familiares, se eleva un tambor sobre el cual descansa una tímida cúpula semiesférica cubierta de teja vidriada por piezas de difícil ajuste, dadas las pequeñas dimensiones de su arquitectura.

                                                                Panteón de la familia Benimeli

El otro de los panteones de este estilo alberga los restos del filántropo que cedió los terrenos para el cementerio, el de la familia Martínez-Benimeli (B). Es un prisma sobre el cual se eleva una pirámide de base cuadrada revestida de teja alicantina vidriada en azul cobalto. Una pieza sencilla y poco retórica.


                                                           Panteón de la familia Martínez-Benimeli

Arquitecturas neogriegas.-

Tenemos dos edificios de particular interés, posiblemente salidos de la misma mano: el panteón de Don Cristoval Salvá (C) y el de Don Joséf Muñoz (D). Su estructura es similar, quizás más rotundo el segundo, aunque su máxima diferencia radica en la configuración de la puerta de entrada, el primero neogótica y el segundo adintelada y clasicista. En ambos encontramos una composición con fuerte impronta ecléctica y tres condiciones que marcan su arquitectura: disposición centrada y simétrica de los elementos y un pórtico enmarcado por pilastras con capiteles de referencias jónicas, donde la cruz triunfa sobre la voluptuosidad de las espirales clásicas llevadas a su mínima expresión, en el caso de la familia Salvá. Capiteles que soportan un arquitrabe donde se desarrolla ampliamente el nombre de la propiedad. En el caso de la familia Muñoz este pórtico se compone con columnas jónicas clásicas. En ambos, la composición se remata con un frontón neogriego que nos recuerda en su formas básicas a los ejercicios compositivos de las Bellas Artes de mediados o finales del siglo XIX, inspirados en la estética próxima al mundo ático. En el caso alteano incorporando en el frontón un bajorrelieve con el motivo poético del volar del tiempo, interpretado aquí por un reloj alado, en el caso de Salvá. Mientras que en el caso del panteón Muñoz se recurre al repertorio funerario cristiano.

                                                        Panteón de la familia Muñoz

Neoclasicismo moderno.-

Dos panteones se pueden distinguir dentro de estilos próximos a interpretaciones de lo que podríamos considerar un clasicismo moderno, propio de las arquitecturas a la moda en los primeros años del siglo XX. Uno de ellos, el panteón Gozalbez (E) que sobre un edificio en planta de cruz dispone de uno de los frontones más característicos e interesantes alteanos, mostrando un gusto particular de referencias escandinavas con un frontón incompleto en su base, elevado de manera exagerada a partir de las pilastras laterales, formando un perfil agudo con un amplio juego de sutiles golas y escocias que potencian la planeidad de la fachada. Los pseudo sillares, la cubierta y la propia carpintería de la puerta, con su traza, no están a la altura de este elegante perfil neoclasicista construido en torno a 1905.

El panteón de la familia Nieto Fernández - Ferrer Sendra (F) muestra una fachada escueta, lisa y bien proporcionada, construida con piedra arenisca, donde destaca una estrecha y profunda puerta de pocas arquivoltas y pilastras vaciadas en la propia piedra, su condición másica contrasta con lo liviano de las esquinas apilastradas. Una escocia bien trazada nos marca la línea de impostación desde la cual se levanta el perfil de un frontón, quizás el más dudoso de los elementos de su arquitectura, que sirve de excusa para situar una peana desde la cual un ángel nos indica el silencio propio del lugar. Un zócalo impropio, rompe la poética de una elegante arquitectura.


                       Fragmento de la calle de acceso en la entrada del cementerio

La propuesta neogótica.-

                                                      Panteón de la familia Jorro

        El panteón de la familia Jorro (G) es un ejercicio de trazas potentes, muy matérico, donde el trabajo de sillarejos de piedra de les Quintanes es verdaderamente poderoso. Un gran pórtico gotizante de trazas duras y sección poco cuidada, define la fachada principal en un conjunto quizás más interesante por el oficio sobre la piedra y sus texturas que por su arquitectura. Su actual situación es de ruina de la estructura de cubierta.

 




martes, 20 de octubre de 2020

EL PAISAJE DE LA REPÚBLICA EN ALTEA , por Miguel del Rey

 EL PAISAJE DE LA REPÚBLICA. La Revista "Altea" y el Cine Moderno: 1931-1939       

Uno de los productos principales de la cultura alteana de esta época fue la revista "Altea". La Sociedad Filarmónica Alteanense, junto a su director y fundador, Don Francisco Zaragoza Alvado, maestro nacional, fueron los impulsores de aquellos números que entre 1931 y 1936 relataron la vida social y política de la altea republicana. En su número 4 la revista hace una declaración de intenciones de la mano del maestro Don Juan Ribes sobre la línea social que toma la publicación, con una loa al trabajo y un apoyo a la declaración parlamentaria del momento, aquella que entendía España como “República democrática de trabajadores de todas las clases…”, el talante republicano, el carácter local y comarcal de la publicación y su línea de regeneración docente  junto a cierta tendencia de centro derecha, marcan una publicación esencial en el archivo documental alteano.


Cabecera original de la Revista Altea en la época de su fundación 

El paisaje social y físico que nos muestra la revista, se centra en una reivindicación de lo alteano y en su voluntad educativa, en una visión positiva de la sociedad y sus costumbres, reflejando una cierta vida social, sus efemérides festivas, también la dura vida de la clase trabajadora tanto en el mar como en el campo, manteniendo una estrecha relación con la emigración, particularmente la argentina.

Tabla Gimnastica. Revista "Altea", 1931

La Plaza del Convento y la Costera de Montcau -calle de Luis Martínez en ese momento-  junto a la calle del Mar -la calle Canalejas-, fueron el centro neurálgico del pueblo. De la calle del Mar en sus dos tramos, más tarde Conde de Altea, cabe destacar su carácter de arteria principal, de calle muy vivida. En ella encontramos en ese momento, un edificio que albergó actos festivos, teatro y cine, además de actos políticos de gran relevancia: el Cine-Teatro Moderno; pero moderno con todas sus letras y significado. Moderno por acercar a Altea a una nueva tecnología y conectarla con el fenómeno cultural, del cinematógrafo, en una fecha temprana, allá por los años 1920 de la mano de la familia Gallego. Moderno también por levantarse el edificio con la arquitectura propia, una arquitectura mestiza donde la tecnología era la adecuada al momento y al lugar: una interpretación local de un modernismo ya algo trasnochado.

Mercado de Altea en lo que fue la Plaza de la República. Año 1931, foto gentileza de Isabel Lloret

El Cine-Teatro Moderno incluía una gran sala cuya estructura de cerchas de acero se cubría con un tejado de placas de fibrocemento y se cerraba por muros de mampostería. Su fachada, sencilla y honesta, marcaba un muro piñón al que le obligaban sus cerchas de cubierta, acabado a la manera modernista con un resalte escalonado en cornisa; la fachada, compuesta por vanos simétricos y jerarquizados, incluía un mirador central en madera que marcaba aún más su carácter liviano sobre el pesado muro de la fachada. Luis Fuster y Pedro J. Orozco hablan en su obra de aquellas sesiones primeras de cine mudo con el acompañamiento a piano para enfatizar las escenas por parte de Tonica Bonet o Antonia Pérez, también de los ecos de los mítines republicanos de los años 30, o de las sesiones políticas y culturales de la época de la Guerra Civil. Personalmente, sólo recuerdo alguna película de aquellas del Oeste que aún ví en la oscura sala a la que se accedía desde un estrecho vestíbulo.

Vista de la Calle Conde de Altea con el Cine Moderno en el estado original, el que tuvo en la época republicana. Foto de 1952, gentileza de Luis Fuster

sábado, 3 de octubre de 2020

Arquitectura moderna en Altea: Complejo Nova-Altea, 1969, por Miguel del Rey

 

COMPLEJO RESIDENCIAL NOVA ALTEA,  1969. Urbanización Nova Altea*

Racionalismo Crítico. Promotor José M. Planelles. Complejo Privado. Arquitectos: Félix Cabrero, Carlos Solesio, Joaquín Planell, arquitectos, R. Bellod, Arq. Director de obra. Personaje vinculado: Don José Planelles Zaragoza

Nova Altea es uno de los complejos residenciales más interesantes del panorama arquitectónico alteano y alicantino; en particular sus fases I y II presentan una calidad indiscutible. La interpretación del “genio del lugar”, la integración medioambiental, la flexibilidad y personalización de las viviendas, en palabras de Joaquín Planell, pueden distinguir la intervención. El complejo, con más de cuarenta años, sigue manteniendo unas prestaciones residenciales, urbanísticas y paisajísticas de gran valor.


                                        Nova Altea fotografiada en 1970 por Joaquín Planell

Desarrolla un sistema escalonado, con cuatro alturas de vivienda en profundidad, con grandes solanas que abren al mar y resuelto en plantas altas con áticos. “Nova Altea en su interior, esconde un verdadero pueblo en el que se desarrollaron soluciones distintas y de gran originalidad” nos indica uno de sus autores, Joaquín Planell. En esta compleja propuesta hay que destacar la flexibilidad funcional y como dice su autor “el modo peculiar de interpretar la arquitectura popular alteana”. El conjunto tiene el particular plasticismo del juego de niveles y de sombras de sus volúmenes.

                                       Planos facilitados gentilmente por Joaquín Planell

Se pueden inscribir en un racionalismo crítico, experimentalista, muy en boga en aquellos momentos en el panorama arquitectónico español. Una arquitectura de gran interés, firmada por los arquitectos Cabrero, Solesio y Planell e inscrita en las preocupaciones compositivas que en esos momentos se tienen en la arquitectura española (recordemos la obra de Javier Sáenz de Oiza en Alcudia) en el caso alteano con una planta más rotunda y atractiva, más especulativa posiblemente, pero no por ello menos interesante. La elección de materiales, su austero repertorio, unido a una adecuada estructura, apoyan el interés de su arquitectura. El conjunto de Nova Altea se completó con una vivienda unifamiliar en su extremo sur, que si bien no formaba parte del conjunto arquitectónico, no desentonaba en su arquitectura ni en el paisaje. La casa firmada, parece, por los arquitectos Lorente y Chicot se levantó unos años más tarde.

 

             José María Planelles y Benjamín Palencia en la terraza del mítico bar las Vegas de Altea

Don José Planelles Zaragoza, Alicante, 1930, Estudia Derecho en la Complutense y se licencia en periodismo; casado con Doña Magdalena Rostoll, se instala en Altea en 1954 como industrial de la almendra y de la cinematografía, explotando los cines: Moderno, Altea, Mediterráneo y Costablanca, incidiendo particularmente en el mundo de la promoción y construcción de vivienda en un momento de despegue económico. Su amplitud de miras, la cultura heredada y también la aprendida, le llevan a ser un buen alcalde y un mecenas de las artes, desde la pintura a la arquitectura, amigo de pintores, buen conversador, preocupado por la cultura, sabe seleccionar a las personas con las que trabaja; de hecho, en arquitectura desarrolla una serie de proyectos de calidad excepcional. Nova Altea es precisamente una de ellos, pero no hay que olvidar al ignorado proyecto de la Terraza Costablanca, con su pantalla frente al mar y su terraza extremadamente volada sobre la playa, un proyecto discreto, pero rotundo y moderno. Sus relaciones de amistad sincera, de apoyo a las artes, le llevaron a hacer de Altea un nido de artistas. Su imagen estará por siempre ligada a un hombre positivo e inteligente en un momento brillante en una Altea que salía de la autocracia representada por las chaquetas blancas que en los días de fiesta aún lucían  los Jefes Locales de un Movimiento, algo que hoy parece  increíble.

 * Publicado en el libro "Paseando por las alteas", M. del Rey, Val 2016, pag 284-285

miércoles, 30 de septiembre de 2020

CASA DEL COMÚ, JUSTICIA i CARCEL d’ALTEA, per Miguel del Rey

 Arquitecturas Ausentes: CASA DEL COMÚ, JUSTICIA i CARCEL d’ALTEA  1601 - 1617*

Ingeniería militar en la Altea del siglo XVI y XVII    

*Publicado en el libro "Paseando por las alteas" M. del Rey. ediciones valenciana y castellana Valencia 2016       

Planta de la Casa del Comú, Justicia i Presó. Plano de Francisco Ricaud, Valencia 1740,

Secciones de la Casa del Comú, Justicia i Presó. Plano de Francisco Ricaud, Valencia 1740,

(cast) La Casa del Comú, nombre que en el Antiguo Régimen denominaba al edificio del Ayuntamiento, Justicia y Prisión, ocupaba en Altea el baluarte sureste de la fortaleza, un sencillo volumen prismático saliente de la muralla y con defensas de fusilería ajustadas a la custodia de los lienzos sureste y suroeste de la muralla, definidas por unas estrechas aspilleras abiertas en las propias salas del edificio hacia todos sus lados. Las defensas del frente marítimo se encomendaban, en parte al Castillo, y en parte a la cubierta de la Casa de la Senyoria, desde donde se podía defender la línea de borte de costa.

La imagen de la Casa del Comú era la de un sólido torreón de planta rectangular (letra H en el plano de Francisco Ricaud) sobresaliente de las líneas de muralla y cubierto a dos aguas; imagen que lo distinguía del resto de cuerpos abalaurtados, cubiertos aquellos con terraza a la manera de batteria a la italiana armada con cañones. De este cuerpo salía el adarve que recorría el lienzo sureste, todo el frente marítimo, hasta el baluarte de la Senyoria y que se prolongaba, tras él, por el norte desde la Senyoria hasta la torre que existía anexa al Portal Vell.

Se situaba en el extremo inferior de la antigua calle de la Carnissería y ocupaba la esquina sur de la fortaleza, lo que hoy es la glorieta, al fondo de la calle Santa Bárbara. Se accedía por un estrecho callejón, prolongación de la calle Fonda, y se subía a la planta principal a través de una estrecha escalera que viene indicada en el plano.  Una vez dentro -tal como indica el plano- era evidente la estructura del edificio; definido por un muro central que era continuación del propio lienzo suroeste de la muralla, alargándose el volumen construido hasta sobrepasar el lienzo de levante, de manera que al sobresalir a la propia línea defensiva proporciona un buen punto de apoyo para la defensa de la muralla. En el plano se puede observar perfectamente la planta y el nacimiento del adarve de la muralla de levante. Tras la antecámara se encontraba la sala principal, iluminada por ventanas a mediodía y disponiendo de bocas artilleras hacia el norte y el oeste, barriendo desde allí la muralla. Una pequeña dependencia se separaba de este gran espacio, ubicándose allí el despacho del Secretario. Esta planta se levantaba sobre un plano de tierra construido por bóvedas que albergaban los calabozos y las cárceles de la villa. Toda esta construcción se cubría con un tejado a dos aguas.

Plano de Francisco Ricaud, Valencia 1740. S.G.E  nº 322, donde podemos ver el castillo y en la parte inferior, con la letra H, la casa del Comú en el extremo de la calle de Santa Bárbara.

(Val) La Casa del Comú, nom que en l’Antic Règim denominava l’edifici de l’Ajuntament, Justícia i Presó ocupaven a Altea el baluard sud-est de la fortalesa, un ajustat volum prismàtic eixint de la muralla i amb defenses de fuselleria ajustades a la custòdia dels llenços sud-est i sud-oest de la muralla, unes estretes espitlleres obertes en les mateixes sales de l’edifici cap a tots els seus costats. Les defenses del front marítim s’encomanaven, en part, al Castell i a la coberta

La Casa del Comú es construïa com una sòlida torrassa de planta rectangular (lletra H en el plànol de Francisco Ricaud) sobreeixint de les línies de la muralla i coberta a dos aigües que el distingia de la resta de cossos abaluardats, coberts amb una terrassa a la manera de “batteria” a la italiana armada amb canyons. D’aquest cos eixia l’adarb que recorria el llenç sud-est, tot el front marítim, fins al baluard de la Senyoria que es prolongava pel nord des de la Senyoria fins a la torre, hui desapareguda, annexa al Portal Vell.

Es situava a l’extrem inferior de l’antic carrer de la Carnisseria i ocupava el cantó sud de la fortalesa, el que hui dia és la Glorieta, al fons del carrer Santa Bàrbara. S’accedia per un carreró estret que era una prolongació del carrer Fondo i a través d’una curta escala, que ve definida en el plànol, es pujava a la planta principal. Una vegada dins era evident l’estructura de l’edifici; definit per un mur central que era continuació del mateix llenç sud-oest de la muralla, allargant-se el volum construït fins a sobrepassar el llenç del llevant, de manera que en sobreeixir a la mateixa línia defensiva proporciona un bon punt de suport per a la defensa de la muralla. En el plànol es pot observar perfectament la planta i el naixement de l’adarb de la muralla de llevant. Després de l’avantcambra es trobava la sala principal, il·luminada per finestres a migdia i disposant de boques artilleres cap al nord i l’oest, agranant des d’allí la muralla. Una xicoteta dependència se separava d’aquest gran espai, ubicant-se allí el despatx del Secretari. Aquesta planta s’alçava sobre un plànol de terra construït per voltes que alberguen els calabossos i les presons de la vila. Tota aquesta construcció es cobria amb una teulada a dos aigües. 



domingo, 27 de septiembre de 2020

Arquitecturas Ausentes: El castillo de Altea- 1601-1616, por Miguel del Rey

Arquitecturas Ausentes: El Castillo de Altea-1601-1617. Ingeniería Militar en la Altea de los siglos XVI y XVII*

*Publicado en el libro "Paseando por las alteas", Valencia 2016. En versiones valenciana y castellana

Planol de F. Ricaud, restituit per M. del Rey amb la planta de l'Església antiga i la distibució de capelles i altar major. 

(Val) De la manera que s’indica en el plànol de Francisco Ricaud, el Castell d’Altea és una estructura defensiva interna a la muralla. Es defineix com una construcció compacta formada per un cos de planta quadrada i dos altures, més una potent torrassa baluartat de plantes romboïdals, disposat en el seu cantó nord; torrassa amb xicotetes troneres  en el cantó que defenen els diferents plànols de les façanes. La seua planta segueix les mateixes traces del moment respecte a estratègia defensiva, en particular cal destacar la “tenalla” que es defineix en la seua torre i el cantó sud-oest de la fortalesa que ja forma part de la muralla, cos encara hui existent, on es trobava la porta oest. Baluards, porta i cortina de llenç entre ambdós costats, formen una estructura de gran rendibilitat defensiva per a salvaguardar un dels punts més exposats del lloc, l’accés pel pla situat enfront de la muralla, l’accés de Polop, ja que la resta del perímetre de la vila recolza la seua defensa en l’orografia escarpada que rodeja l’acròpolis on s’asseu la fortalesa. El castell es situa precisament en aquest lloc, el més convenient per a la defensa, controlant l’accés a peu pla del recinte murallat, elevant els seus volums de la resta de muralles i del caseriu per a albirar la costa sud de la badia, ja que encomana la defensa de la part nord de la badia al baluard de la Senyoria, l’altre potent cos fortificat del conjunt. El castell estava ubicat a l’extrem sud-oest, el que hui és la plaça de l’Església i se separava del temple original per un buit que ocupava el vell cementeri fundacional.

Els soldats que cobrien el servei del castell provenien de les principals places interiors de la vall, de terres dels Palafox, en particular Confrides i Benimantell, recolzades per soldats d’oficis i oficials de la Corona.

L’arquitectura del castell presenta una planta asimètrica amb un únic baluard defensiu, recolzant-se amb la forma abaluardada, en punta d’estrela, del cantó sud-oest del sistema murer de la fortalesa. La seua traça està molt ben descrita en el plànol de F. Ricaud i es complementa amb dos seccions molt detallades. Podem observar en aquestes, perfils canònics d’enginyeria militar, amb un basament en talús de 60 núm.  que arriba quasi a enrasar-se amb l’altura de la planta principal. Sobre aquest basament un mur vertical s’eleva fins a rematar-se amb un cordó impostat, sobre el qual un baranat protegeix la terrassa d’operacions -la batteria, com l’anomena Ricaud- on se situaven els canons i colobrines enfront de troneres esqueixades per a permetre un ampli angle de tir. La torre sobreeleva una altura i es cobreix amb una altra plataforma de defensa i boques de foc per a fuselleria en les orelles en els seus diferents nivells.

El cos central es construïa per mitjà de naus voltades, i albergava les estances pròpies per a la defensa, les armes i l’habitació de soldats, lloc de comandament i reunió de visitants de les torres disseminades per la badia, des de la Bombarda fins a La Galera. Tenim una ajustada descripció del castell en la llegenda del: “Plano del Fondeadero de Altea”, 1782. Salomón, Manuel. Arch. AM.N., XLV-16-17.  En aquest ens diu: “El castillo está en buena situación  con bastante altura que defiende toda la ensenada, tiene montados quatro cañones de calibre de a doce i uno de a dos, que arqueando en una..... fuerte de los cañones, que hasta poco mas de una milla a la parte de Lebante, llamada Cabo Negrete parace suficiente defensa para lo que es el fondeadero. Ay agua buena i abundante para socorro a las embarcaciones. Villa de Altea a 23 de junio de 1782


La novel·la Bartolomé (del Rey, 2013) descriu l’interior del castell a partir dels plànols i seccions de de F. Riacaud: “Tras pasar el cuerpo de guardia… la cisterna, el “banc de cánters”... Suben a la amplia sala abovedada donde se guardan las armas i se ubican las estancias del alcaide. El nivel superior a la sala lo ocupa una gran terraza de operaciones jalonada por garitas, una batteria diáfana como dicen los italianos, para facilitar la maniobra de los cañones que barren el campo de tiro desde troneras de amplias bocas ... i las zonas de defensa del castillo. Sobre la batteria se levanta una torre en uno de los extremos, la Santa Bárbara, donde se almacena la pólvora. Un peto de unos tres palmos rodea todo el perímetro i define las troneras. La sección del muro es potente, con un cuerpo inferior en talud hasta la primera altura desde donde asciende un plano vertical que sube hasta la terraza superior”. (Bartolomé, pàg. 230, 1ª ed.)

 

(Cast)Tal como se indica en el plano de Francisco Ricaud, el Castillo de Altea es una estructura defensiva interna a la muralla. Se define como una construcción compacta formada por un cuerpo de planta cuadrada de dos alturas, más un potente torreón abalaurtado de planta romboidal, dispuesto en su esquina norte; torreón con pequeñas troneras en las esquinas que defienden los distintos planos de las fachadas. Su planta sigue las trazas propias del momento respecto a estrategia defensiva, en particular hay que destacar la estructura con cortina de acceso que se define entre su torreón y la esquina suroeste de la fortaleza -que ya formaba parte de la muralla-cuerpo aún hoy existente, que defendia la puerta oeste. Baluartes, puerta y cortina de lienzo entre ambas esquinas, forman una estructura de gran rentabilidad defensiva para salvaguardar uno de los puntos más expuestos del lugar, el acceso por el llano situado frente a la muralla, el acceso de Polop, ya que el resto del perímetro de la villa apoya su defensa en la orografía escarpada que rodea la acrópolis donde se asienta la fortaleza. El castillo se sitúa precisamente en este lugar, el más conveniente para la defensa, controlando el acceso a pie llano del recinto amurallado, elevando sus volúmenes del resto de murallas y del caserío para divisar la costa sur de la bahía, ya que encomienda la defensa de la parte norte al baluarte de la Senyoria, el otro potente cuerpo fortificado del conjunto. El castillo estaba ubicado en el extremo suroeste, en lo que hoy es la Plaza de la Iglesia, y se separaba del templo original por un vacío que ocupaba precisamente el viejo cementerio fundacional.

La arquitectura del castillo presenta una planta asimétrica con baluarte único, apoyándose para la defensa de la cortina y la puerta, tanto en él, como en la esquina abalaurtada suroeste del sistema murario de la fortaleza. Sus trazas están bien descrita en el plano de F. Ricaud, complementadas con detalladas secciones. En ellas obsevamos perfiles canónicos de ingeniería militar, con basamento en talud de 60º que llega casi a enrasarse con la altura de la planta principal. Sobre este basamento un muro vertical se eleva hasta rematarse con un cordón impostado, sobre el cual un peto protege la terraza de operaciones -la batteria, como llama Ricaud- donde se situaban los cañones y culebrinas frente troneras abocinadas para permitir un amplio ángulo de tiro. El torreón sobreeleva una altura y se cubre con otra plataforma de defensa y bocas de fuego para fusilería en las orejas del baluarte y en sus distintos niveles.

El cuerpo central se construía por medio de naves abovedadas, y albergaba las estancias propias para defensa, las armas y la habitación de soldados, sitio de mando y reunión de visitadores de las torres diseminadas por la bahía, desde la Bombarda hasta la Galera.Tenemos una ajustada descripción del castillo en la leyenda del “Plano del Fondeadero de Altea”, 1782. Salomón, Manuel. Arch. AM.N., XLV-16-17.  En él nos dice: “El castillo está en buena situación  con bastante altura que defiende toda la ensenada, tiene montados quatro cañones de calibre de a doce y uno de a dos, que arqueando en una..... fuerte de los cañones, que hasta poco mas de una milla a la parte de Lebante, llamada Cabo Negrete parace suficiente defensa para lo que es el fondeadero. Ay agua buena y abundante para socorro a las embarcaciones. Villa de Altea a 23 de lunio de 1782”

Los soldados que cubrían el servicio del castillo provenían de las principales plazas interiores del valle, de tierras de los Palafox, en particular Confrides y Benimantell, apoyados por soldados de oficio y oficiales de la Corona.

 

jueves, 27 de agosto de 2020

El antiguo ninfeo para pozar agua en Altea, por Miguel del Rey



 RESTOS DEL ANTIGUO NINFEO PARA POZAR AGUA*
Siglo XVIII, adosado al trazado del canal de la acequia, bajo Bellaguarda
Difícil localización: A los pies de Bellaguarda
Fotos: Miguel del Rey

Cerca de Bellaguarda, la acequia del Reg Nou disponía de instalaciones de soporte para el uso público, como lavaderos en varios puntos de su recorrido, así como lugares donde pozar agua para el consumo humano de los habitantes de la villa de Altea.


Cerca de donde más tarde estuvo el lavadero público (sobre 1950-1990), se ha encontrado una bella instalación construida posiblemente a partir de los inicios del s. XVIII; instalación que en la actualidad está en estudio arqueológico. Si bien no está muy claro su origen, los expertos dicen que en origen pudiera ser una antigua fuente, que en el tiempo atrajo un desvío del cajero de la acequia, que en el inicio del s XVIII llevaba otro trazado. En cualquier caso,  podemos disfrutar la belleza de sus formas, propias de una sociedad potente, orgullosa de si misma, capaz de trabajar con buenos materiales y dignificar un espacio público como es el lugar de recogida del agua, un lugar propio de ser fuente de vida.


Arquitectónicamente nos presenta un amplio ninfeo, con escalinata en arco de circunferencia muy bien trazada, de aproximadamente 12 m de cuerda, con tres peldaños que bajan a una amplia explanada solada en morrillo blanco y negro de formas geométricas radiales; explanada que al llegar junto a la acequia, se transforma en un canal tangencial que dispone de numerosos caños de agua donde disponer cántaros etc. 


La distinta naturaleza de las piedras, las del cajero, posiblemente de la antigua cantera de Les Rotes -la piedra original que construye la Altea del siglo XVII- y la caliza de la escalinata que baja al ninfeo, construida esta con piedra de Les Quintanes, la caliza ferruginosa tan propia de la Altea de finales del s XVIII y de los siglos posteriores, nos hablan de momentos distintos. La estratigrafía murária y el estudio arqueológico nos darán luz a una pieza de gran relevancia histórica, social y arquitectónica.


*Publicado en la "Guía de Altea" Miguel del Rey, Valencia 2014