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martes, 5 de septiembre de 2023

Casa de una crujía en Teulada, por Miguel del Rey

 Una casa en Teulada * 

* Parcial del capitulo sobre la casa rural de una crujía que se publicara próximamente en el libro "Arquitecturas en Tierra Firme"

Casa de Teulada, foto de Manuel Martín

            Si observamos detenidamente esta austera y preciosa casa rural en las inmediaciones de Teulada que nos ofrece la imagen de Manuel Martín, podemos apreciar que sus fábricas tienen ciertas discontinuidades, lo que indica que el edificio ha tenido varias ampliaciones en el tiempo, varias vidas en las que en un origen fue  una casa o construcción de reducidas dimensiones, con puerta lateralizada y conformada en arco, que incluyó posiblemente un ventanuco de reducidas dimensiones en planta superior. Una nueva puerta adintelada se abre hoy centrada sobre una fachada ampliada. Una junta de construcción nos indica hasta donde llegaba la casa primigenia, de la que quedan aún algunas de las  piedras esquineras originales. El alero debió continuarse o rehacerse, parece más vetusto en que se dispone sobre la antigua construcción.

            La ampliación de la casa de Teulada muestra varias cuestiones propias de la arquitectura rural valenciana, y de todas las arquitecturas en lo rural. Se construye sobre lo construido, se amplia, se sustituye manteniendo el lugar, se transforma poco a poco, se mantienen técnicas constructivas y formas que, con el tiempo, se mejoran y se sustituyen poco a poco, tras un proceso de verificación y observando las experimentaciones en los techos ajenos -como decía Vitruvio- apreciando las posibles mejoras. 

            En Teulada, la ampliación de esta primera casa de apoyo a la labor agraria se realiza con el mismo sistema murario que más tarde se utilizará para su ampliación:  una mampostería con morteros pobres de cal y con piedra caliza del lugar. Se recuperan algunos sillarejos de la antigua esquina que se reponen en la nueva. Pero hay dos cuestiones importantes a reseñar:  

            La primera afecta a su forma y construcción. Podemos ver como se mantiene la antigua técnica constructiva de la cubierta a un agua vertiendo a fachada posterior, una solución arcaizante que como hemos comentado anteriormente podemos encontrar en contados lugares, pero que atendiendo a la iconografía de los siglos XVII y XVIII podemos ver que fue una alternativa en muchos lugares de nuestra geografía.

            La segunda de las cuestiones que observamos en esta ampliación de la casa rural, es el hecho de introducir una nueva puerta de acceso, sin eliminar la antigua y muy significada puerta de origen; una puerta en arco de medio punto, con dovelas de sillarejo; una bonita y amplia puerta que se deja posiblemente como secundaria y se incorpora una nueva, en este caso de menor calidad, pero con una aportación importante: se trata de una puerta centrada, una puerta dispuesta para adecuarse a la distribución interna que entiende como propia en ese momento la sociedad rural, al abandonar una pequeña caseta de apoyo al trabajo agrario y disponer de una más amplia casa capaz de ser habitada en épocas de recolección de cosechas.

            El ejemplo anterior nos da pie a valorar el fuerte arraigo que tienen los esquemas que provienen de la casa elemental, construcciones que poco a poco van evolucionando hacia arquitecturas de espacios diferenciados, aunque conservado las formas y tradiciones arquitectónicas propias del lugar. No hay que olvidar que la manera de construir aquellas casas elementales quedó arraigada fuertemente en la cultura popular, tanto, que marcó en el imaginario local la forma de la casa y la manera de construir su arquitectura. Esta tradición se prolongó y dio forma a la casa campesina de espacios diferenciados, convertida esta en vivienda estable.


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