domingo, 1 de octubre de 2023

Caracterizadores del paisaje. La Partida de Dalt en Campanar. Valencia 1/2. Por Miguel del Rey

 Caracterizadores del paisaje. La Partida de Dalt en Campanar. Valencia  1/2

Resumen de la conferencia desarrollada como invitación en la Semana Cultural 2023 de Campanar


La Partida de Dalt de Campanar es una de nuestras huertas históricas en Valencia. Un fragmento de nuestra historia rural que mantiene vestigios desde época tardomedieval, configurada ya en el siglo XV nos presenta un rico repertorio de elementos que se prolongan hasta los inicios del siglo XX. Vamos a tratar, en esta exposición en Campanar, los elementos caracterizadores del paisaje.

Una huerta que ha sido laminada en parte por la ciudad con muy poco respeto, pero que poco a poco, sus restos se van recuperando en una regeneración social y buscando una relación amable con la ciudad

La Partida de Dalt se gesta con el inicio del sistema de acequias que configuran la Huerta de Valencia . Se riega por tres de ellas: Tormos, con varias Filas que salen aquí, Mestalla y Rascanya. Cauces que se alejan para regar amplias zonas, pero que en sus Brazos y Filaes: Bras de Petra, Tragador de Dins, o Tragador de Fora, crean una tupida red de riego, hoy en gran parte subterránea o cegada por el crecimiento de la ciudad, como podemos ver en este fragmento del plano de acequias del profesor Enric Guinot

Precisamente el situarse esta Partida de Dalt, tan en cabecera de las acequias históricas, hace que fueran tierras muy preciadas, tanto por la aristocracia y las ordenes religiosas, que situaban allí alquerías y molinos, pues además de ser más limpia el agua, esta no faltaba en estos puntos. La huerta aristocrática medieval y renacentista, junto al poder de la iglesia, deja sus nombres en la zona y los podemos ver en la toponimia histórica que en parte se ha mantenido hasta hoy día: Molí dels Frares de Santo Domingo, Alquería de San Pablo, Molí de Marquesa, Alquería del Conde del Conde de Parcent, etc…

El plano de A Cassaus de finales del s XVII, copia el que en 1590 hace Asacensio Duarte: este interesante documento indica una huerta de Campanar densa en molinos en la actual Partida de Dalt  y alquerías un poco más al sur; algunas de las cuales han llegado en su nombre hasta nosotros: Moli de Llovera, Moli dels Frares de Santo Domingo, el Batan

El sistema de acequias, junto al sistema parcelario, es quizás la base del sistema de caracterización de la huerta, a ello se han de incluir los caminos y las alquerías, además del elemento humano.

 Las acequias y su vinculación con el río es el primer paso para estudiar el sistema de la acequia, basado en el azud, el cajero, los brazos, “rolls” y “filloles” y por supuesto los partidores. En esta Partida de Dalt tenemos  un primer sistema de bienes patrimoniales: son los azudes.  De entre ellos tenemos tres en uso, unos más o menos distanciados de la Huerta de Campanar, pero en la misma cabecera de la acequia. Los que están en uso son los de Moncada ( algo alejado), Tormos y Mestalla, mientras que el de Rascanya esta destruido y no sé bien en este momento, pero su situación era terrible hace unos años. Son por lo general azudes típicos, una retención del agua que obliga a decantarse hacia una acequia, mientras el agua sobrante rebosa y sigue por el río. Una compuerta permite y regula la entrada, con un canal de aguas sobrantes que la vuelven al río.

El paisaje de estas acequias esta hoy en muchos casos condicionado por los cajeros, otro de los elementos caracterizadores. En la actualidad muchos de ellos de hormigón, por lo que difieren de los antiguos cajeros de tierra que iban acompañados de vegetación de ribera, lo cual ofrecía una presencia volumétrica de la propia acequia en el paisaje. Así podemos ver una diversidad de paisajes de gran interés en las distintas acequias y en diversos tramos. Podemos ver escenas de paisajes de las acequias de Favara, Rascanya, Moncada, etc…



Otro de los elementos caracterizados del paisaje son los molinos, en cabecera había muchos de ellos, como nos indican los planos históricos, y como podemos ver en la documentación que podemos analizar en los archivos. Como este plano para la concesión de un molino en la Fila de Campanar, con desagüe en la acequia de Mestalla, situado muy próximo a la altura del existente de Llovera, no creo que se refiera a él, aunque es muy similar y su ubicación muy próxima. Quizás un molino que nunca se construyó. Este documento nos permite analizar cómo se entendían los molinos en los inicios del siglo XIX. 

Se trata de una solicitud de nuevo molino que toma aguas de la Fila de Campanar, de la acequia de Tormos y vierte, por lo que puedo observar en un Bras que vierte en la acequia de Mestalla. La solicitud implica la construcción de una acequia de nueva traza que une ambos brazos. La arquitectura es muy similar a la que nos ofrece el Moli de Llovera, en la remodelación de inicios del s XIX, con dos muelas y un partidor de dos bocas. Un tercer paso posiblemente para aliviar la acequia en el momento de no usar el molino.

Se muestra un plano del sistema de acceso del agua por un partidor a los cárcavos a la caja de muelas, donde los cacaus, las palas hacen girar el eje que se vincula a la muela giratoria. Tras ello el agua sale por el socaz. Un partidor típico es el que mostramos, es de dos ruedas y corresponde al Moli de Vera.  Silleria, desnivel, estrechar la sección para aumentar la velocidad y ello que permita el giro de las palas.

Otro de los elementos perdidos son los propios del transporte en cada momento, en este caso podemos ver una recua de mulos llevando los sacos de harina de uno de los molinos de la zona, el dels Frares, como veremos más adelante.

Los molinos de Campanar

El moli de Llovera, en la partida de Dalt de Campanar. Está construido sobre la fila de Campanar de la acequia de Tormos, y al lado del Molí dels Frares de la acequia de Mestalla. Se llega al lugar por el camí de la Partida de Dalt, accediendo a él por al lado del cementerio de Campanar, junto a la alquería de Lleonard

Aunque sus orígenes se remontan al siglo XV, el actual edificio corresponde a una alquería rural de la segunda mitad del siglo XIX. Consta de una nave rectangular, transversal al cajero de la acequia y dotada de dos crujías separadas por pilares. Tiene dos alturas y una cubierta de teja a dos aguas que caen sobre las dos fachadas principales

La parte más cercana a la acequia era el molino y la más alejada la vivienda. Ha sido remodelado en época recientes y no conserva la disposición tradicional de la sala de muelas, donde existían dos de ellas. Conserva una esbelta chimenea de ladrillo correspondiente a la instalación de un motor de vapor a principios del siglo XX para aumentar la capacidad de trabajo del artefacto molinar, se presenta un croquis publicado por Carmen Cárcel-Garcia y otros.

 El Molí del Sol, también en Partida de Dalt de Campanar, aen el límite septentrional del Parque de Cabecera, junto al viejo cauce del Turia. Está construido sobre la acequia madre de Rascanya y era el primer molino de este sistema. Construido en 1880, fue el último molino hidráulico construido no sólo en la acequia de Rascanya sino en el conjunto de toda la Huerta de Valencia.

Edificio de una planta constituida por dos naves en forma de “T” de las cuales, la principal, donde está la puerta de acceso y estaba la sala de muelas, es transversal al cajero de la acequia, mientras que la segunda es paralela a él. La primera nave consta de dos crujías sustentadas por pilares y una cubierta a dos aguas, de teja, y dispone de varios vanos enrejados. El resto de las dependencias eran la vivienda, almacén y corral anexo

Las dependencias municipales han rehabilitado el edificio, que conserva restos de la estructura hidráulica y en el que se ha respetado su sistema estructural.

 

Molí dels Frares o de Santo Domingo, en la partida de Dalt en su límite oeste hacia el término de Paterna. El molino se encuentra actualmente al fondo del camino que lleva hasta el río desde el camino del Cementerio de Campanar. Lugar propio de molinos y de las mejores huertas regadas con el agua directamente cogida del río.


Sus orígenes se remontan posiblemente al siglo XV, y de él se conserva parte el actual edificio, que en la planta alta conserva grisallas y escenas de batallas con una interesante vista del sitio de Salses en el Rossellón, con unos dibujos del s. XVII

El edificio consta de dos crujías paralelas a fachada y cubiertas a un agua vertiente a fachada principal. Las líneas de carga son pórticos, distinguiéndose arcos apuntados en fachada y arcos de medio punto en el muro central, formando ambos una estructura muy diáfana en origen, casi a la manera de lonja, que con el tiempo ha ido cerrándose y formando planos más opacos

Tiene una planta superior, donde posiblemente en la primera de las crujías se encontrarían dependencias de habitación del molinero y en parte de almacenamiento, espacios donde se sitúan las pinturas

En el edificio podemos distinguir un sistema de arcadas apuntadas de trazas góticas, construidas en ladrillo, posiblemente propias de una lonja de trabajo previa a la sala de molienda.  Ello nos sitúa en una tesitura muy interesante al poner en valor la existencia de estas lonjas de trabajo abiertas por porchadas, a las cuales no se ha dedicado demasiado interés en el estudio por historiadores y arqueólogos.

Porchadas similares, siempre entendidas como espacio económicos de apoyo agrario o industrial en este caso,  las que encontramos en la Alquería del Moro, o en la Alquería de Barrinto, también en la misma época

El molino ha tenido grandes transformaciones, siendo la más importante la que se puede centrar en el S. XVI o XVII, época a la que corresponden otra de las cuestiones que lo distinguen particularmente: Las grisallas. Dibujos con escenas de batallas y de trasporte de grano a los ejércitos (1642)  en la guerra contra el francés en la Fortaleza se Salses, para reconquistar el castillo español, las tropas de Felipe IV lo cercan  y en esa escena aparecen los sacos de harina del Moli dels Frares.


En las plantas intermedias se resuelven con vigas de fuerte escuadría, aproximadamente 27 cm de anchura, con bordones tallados en los laterales de dichas vigas, y bóvedas de ladrillo de 80 cm de luz.

martes, 5 de septiembre de 2023

Casa de una crujía en Teulada, por Miguel del Rey

 Una casa en Teulada * 

* Parcial del capitulo sobre la casa rural de una crujía que se publicara próximamente en el libro "Arquitecturas en Tierra Firme"

Casa de Teulada, foto de Manuel Martín

            Si observamos detenidamente esta austera y preciosa casa rural en las inmediaciones de Teulada que nos ofrece la imagen de Manuel Martín, podemos apreciar que sus fábricas tienen ciertas discontinuidades, lo que indica que el edificio ha tenido varias ampliaciones en el tiempo, varias vidas en las que en un origen fue  una casa o construcción de reducidas dimensiones, con puerta lateralizada y conformada en arco, que incluyó posiblemente un ventanuco de reducidas dimensiones en planta superior. Una nueva puerta adintelada se abre hoy centrada sobre una fachada ampliada. Una junta de construcción nos indica hasta donde llegaba la casa primigenia, de la que quedan aún algunas de las  piedras esquineras originales. El alero debió continuarse o rehacerse, parece más vetusto en que se dispone sobre la antigua construcción.

            La ampliación de la casa de Teulada muestra varias cuestiones propias de la arquitectura rural valenciana, y de todas las arquitecturas en lo rural. Se construye sobre lo construido, se amplia, se sustituye manteniendo el lugar, se transforma poco a poco, se mantienen técnicas constructivas y formas que, con el tiempo, se mejoran y se sustituyen poco a poco, tras un proceso de verificación y observando las experimentaciones en los techos ajenos -como decía Vitruvio- apreciando las posibles mejoras. 

            En Teulada, la ampliación de esta primera casa de apoyo a la labor agraria se realiza con el mismo sistema murario que más tarde se utilizará para su ampliación:  una mampostería con morteros pobres de cal y con piedra caliza del lugar. Se recuperan algunos sillarejos de la antigua esquina que se reponen en la nueva. Pero hay dos cuestiones importantes a reseñar:  

            La primera afecta a su forma y construcción. Podemos ver como se mantiene la antigua técnica constructiva de la cubierta a un agua vertiendo a fachada posterior, una solución arcaizante que como hemos comentado anteriormente podemos encontrar en contados lugares, pero que atendiendo a la iconografía de los siglos XVII y XVIII podemos ver que fue una alternativa en muchos lugares de nuestra geografía.

            La segunda de las cuestiones que observamos en esta ampliación de la casa rural, es el hecho de introducir una nueva puerta de acceso, sin eliminar la antigua y muy significada puerta de origen; una puerta en arco de medio punto, con dovelas de sillarejo; una bonita y amplia puerta que se deja posiblemente como secundaria y se incorpora una nueva, en este caso de menor calidad, pero con una aportación importante: se trata de una puerta centrada, una puerta dispuesta para adecuarse a la distribución interna que entiende como propia en ese momento la sociedad rural, al abandonar una pequeña caseta de apoyo al trabajo agrario y disponer de una más amplia casa capaz de ser habitada en épocas de recolección de cosechas.

            El ejemplo anterior nos da pie a valorar el fuerte arraigo que tienen los esquemas que provienen de la casa elemental, construcciones que poco a poco van evolucionando hacia arquitecturas de espacios diferenciados, aunque conservado las formas y tradiciones arquitectónicas propias del lugar. No hay que olvidar que la manera de construir aquellas casas elementales quedó arraigada fuertemente en la cultura popular, tanto, que marcó en el imaginario local la forma de la casa y la manera de construir su arquitectura. Esta tradición se prolongó y dio forma a la casa campesina de espacios diferenciados, convertida esta en vivienda estable.


viernes, 28 de julio de 2023

La Pintura de Paisaje En Altea 1927-1980. Paisajes de Benjamín Palencia, por Miguel del Rey

 La Pintura de Paisaje En Altea  1927-1980. Paisajes de Benjamín Palencia    *

* Publicado en ellibro "paseando por las alteas", M. del Rey, Valencia 2016


Benjamín Palencia pintando un mural en el Bar las Vegas, sobre los años 1965. Hoy desaparecido.

 Vista icónica de Altea  1927, en la primera visita de Benjamín Palencia a Altea. Museo de Albacete

Benjamín Palencia nace en Barrax -Albacete- en una familia humilde y se traslada con sus padres a Madrid, donde frecuenta los círculos artísticos; allí, apoyado por un rico mecenas copia a los clásicos en el Prado y contacta con la intelectualidad madrileña. Juan Ramón Jiménez se interesa por su pintura, conoce a personajes de la Residencia de Estudiantes con los que mantendrá una fuerte relación, formando parte de la Escuela de Vallecas en 1929. Antes, en 1925, pasa por París donde comparte estudio con Pancho Cossio. Tiempos en los cuales conoce Altea, donde reside un tiempo en 1927. Durante la República forma parte de los intelectuales plásticos entorno a la Barraca de Federico García Lorca, entablando amistad con Rafael Alberti.

 

La calle Santa Bárbara y el mar al fondo, en plena etapa cubista de B. Palencia. sobre 1927 (Museo de Albacete)

Tras la Guerra Civil se refugia en Madrid, dedicado a la pintura de paisaje, abandonando la experimentación tan presente en su primera época, creando la Nueva Escuela de Vallecas y más tarde la Escuela de Madrid 45.

 

Gaviotas. Cera. B. Palencia. Col Privada.

Dibujo de olas y gaviotas. B. Palencia. sobre 1965. Col Privada.

En su itinerante vivir pasa largas temporadas en Altea y retoma el estudio de paisaje que no abandona hasta el fin de sus días. El paisaje manchego domina su obra, pero el paisaje alteano está presente en su vida, levantando crónica del mismo y regalándonos su mirada cambiante en el tiempo. Suya es una de las imágenes icónicas mas potentes de Altea, la que pinto en el año 1927, aquella Altea vista desde la mirada cubista y abstracta de un pintor experimental que domina técnica, cromatismo y dibujo. La arquitectura de sus casas, la iglesia y su cúpula obsesiva, la perspectiva de sus calles y como fondo el mar,  serán la base de su paisaje en esta primera época.

 

Vista de Altea. La Glorieta. Apunte puntillista 1962. Col Privada. Dibujo que tuve el gusto de presenciar mientras lo elaboraba en el lugar el artista. Publicado en la obra de Jose M. Planelles.

Mas tarde, en los 70, sigue vinculado a Altea, aunque al final de la década deja su ático urbano para residir en Polop, pero siempre próximo a su querida Altea, a sus amistades fecundas en lo pictórico y lo humano, con Pepe Hortelano y José María Planelles como referencia; el primero con los murales en el bar Las Vegas o del Bodegón, el segundo atesoró una gran colección de su obra y escribió un precioso libro de gran valor para la cultura alteana. Su obra con el tiempo se hace más intimista, el retrato, la obra de pequeño tamaño con técnica variada, son propias de esta segunda etapa de los años 60 y 70 en Altea.

 

Vista de Altea ,B Palencia, sobre 1927 

Las gaviotas fueron un tema recurrente resuelto en técnicas diversas. Amigo de mi padre, también de Albacete, le conocí personalmente y tras el fallecimiento de mi progenitor me invitó a su estudio para que tuviera un recuerdo de la Mancha; visita que retrasé al conocer su precaria salud. Nunca pude despedirme de él. Unas preciosas gaviotas en el mar que tanto estimaba, es el recuerdo que de él tengo en casa.

Mural en el Bar las Vegas en Altea, sobre 1965. Hoy desaparecido

La Pintura de Paisaje en Altea. Paisajes de Batiste Sant Rok. Por Miguel del rey

 La Pintura de Paisaje en Altea  1960- 2014. Paisajes de Batiste Sant Rok. *

  * Publicado en el libro "Paseando por las alteas", M del Rey, Valencia 2016                                   

Batiste San Rok. 

Batiste Sant Rok (Altea 1937-2016) En sus paisajes, la forma y color muestran una visión particular, propia, donde el expresionismo rezuma lo que él entendía como característico del lugar. Su formación en la Alemania en los años centrales de la década de 1960 lo marcará decididamente y su paleta será esa explosión de color donde los grises, los azules Prusia y cobalto, los rojos y el rosa dominan lienzos en formatos múltiples.

 

Vista de Altea la Vella. B. San Rok. Sobre 1970. Col Privada.

En Altea, Batiste encuentra en esos años un hervidero de artistas consagrados que viven o trabajan en el pueblo, como Benjamín Palencia, G. Lahuerta, Navarro Ramón, Lago, Conejo, Jardiel, Schlotter, etc. En torno a los años 70 y 80, forma parte del Grupo Altea (Fina Llácer, Alfonso Saura, Alberto Romero, Uwe Pieper, Eyvind Petersen, Mieke Tromp, Hilga Miller, Sherrill) con una potente actividad que mantiene hasta el final de la década de los 90.

 

Casas de Altea la Vella. B. San Rok sobre 1975. Col Privada

La primera obra descriptiva, impresionista, potente, de sus paisajes alteanos, deja paso a una obra de madurez, creando entre ambas un diálogo, “un espacio intermedio en que se pueden intercalar las obras de tránsito, desde una etapa más objetiva a otra más conceptual”, como indica A. Alepuz, en su artículo “L’Obra de Batiste San Rok” (Sarrià nº 15-2019)

 

Retrato de niño. 1974. Col Privada

Es de valorar sus espléndidos retratos y apuntes del natural. Mi última conversación con él fue para mostrarle la portada de este libro, reproducción de uno de sus cuadros, en este caso de mi propiedad, cuestión que por cierto le encantó. Nos dejó, pero le recuerdo con todo mi afecto.




Paisaje de la Bèrnia. 1980. Col Privada.














La Pintura de Paisaje en Altea. Paisajes de Eberhard Schlotter , por Miguel del Rey

 La Pintura de Paisaje en Altea. Paisajes de Eberhard Schlotter 1954-2014*

* Publicado en el libro "Paseando por las alteas" M del Rey, Valencia 2016


Ederhard Schlotter ha sido uno de los paisajista más importantes de la segunda mitad del siglo XX e inicios del s. XXI. Alemán y alteano de adopción, eligió nuestra Altea como su hogar y estudio donde analizar formas, texturas y colores, en óleo o acuarela; espléndido grabador y buen fotógrafo, ha sido un humanista amante de nuestro pueblo y de nuestra España, a la cual vino buscando una condición de lugar que la guerra le robo en su Alemania natal. 

Paisaje de la glorieta del Mestre de la Música.

Antigua ubicación de la Casa de la Senyoria

Así, en el catálogo de su exposición con motivo del centenario de su nacimiento, nos recuerda sus palabras: “Altea era el lugar que me regaló lo que los velos impenetrables de mi patria ocultaban, luz y forma, que regalo! Me enamoré de Altea y erigí mi nido en el antiguo muro de la ciudad, en medio de tanta humanidad”

Paisaje de La Pila

Explorar los paisajes de Altea que nos ofrece Schlotter a lo largo del tiempo, es un viaje que nos acerca a la transformación del paisaje físico y humano que hemos tenido en estos 60 años de presencia del pintor con nosotros; desde los paisajes sencillos, realistas de los años 50, a los más íntimos y personales, a esa visión personal de una Altea que se le iba, que ya no era aquel lugar sencillo y vinculado a la tierra y al mar, aquella Altea que seguía viviendo en su alma de artista.

Calles de Altea


viernes, 21 de julio de 2023

Los Palafox y la Senyoria de Altea, por Miguel del Rey

La Baronía de Altea, su fundación y Senyoria desde su fundación en 1617 hasta el fin de los señorios en la primera mitad del s. XIX. 
* Fragmento del capítulo: Historias de Altea: "Los Palafox, señores de Altea", publicado en el el libro "Paseando por las alteas", versión 7-2023

Documento de enfiteusis siendo Marques de Ariza D. Fausto Francisco de Palafox 

Los Marqueses de Ariza, los Palafox, reciben como herederos del Almirante de Aragón tierras que nos conciernen en La Marina, entre ellas la baronía de Altea, Calp, Benissa y Teulada, junto los valles de Guadalest y Çeta, además de otras muchas en los reinos de Granada, Valencia, Aragón y Cataluña. En las ciudades de Granada y Valencia poseen los Palacios del Almirante; en esta última ciudad, donde residen con frecuencia, poseen junto al elegante palacio y sus baños, el privilegio del Peso de la ciudad y su puesto -en época barroca- portando el Peso en la procesión del Corpus.

Este libro quiere hacer una referencia a esta familia de la aristocracia de la Corona de Aragón, señores de un pueblo que posiblemente nunca visitaron, aunque tanto Francisco, I Marques de Ariza, como su hermano Jaime de Palafox, que le sucedió, atendieron a la construcción de la fortaleza de Altea, y en el nombre del segundo se firma la Carta Puebla en 1617. Realizada esta obra atendiendo al encargo del Mestre Racional de la Generalitat y al mandato real, dado el abandono de la costa. Completando así la gran preocupación de Felipe II sobre la misma, posibilidad que aprovecho Felipe III de colonizar la costa de la Marina tras la tranquilidad relativa que represento la derrota turca en Lepanto unos años antes. La relación de esta familia con la Corte de los Austrias, más tarde con los Borbones, a la vez que con el Papado, es importante.

Su poder en Altea estaba representado por un Gobernador de la Fortaleza que atendía los intereses de la Senyoría, el poblamiento, las enfiteusis y los diezmos, las levas de soldados de la Vall de Guadalest para la guardia de la costa alteana, entendiendo que los pobladores de la villa debían a su vez estar dispuestos a la defensa del pueblo en caso de ataque berberisco. Cuidaba de las relaciones con la Corona, atento a las disquisiciones del poder real asentado en Villajoyosa, centrado este en la defensa de la Costa. Además de compartir los intereses de la villa, en ocasiones no coincidentes con la Senyoría, que representaba el alcalde menor.

Los personajes del marquesado durante esta época de señorío crearon una entidad moderna para la Altea de la época, abandonando su antigua estructura medieval, que duró hasta el fin de los señoríos (1837-45).

1.  Francisco Rebolledo de Palafox y Próxita de Perellós, nace en Valencia en 1554, muere en 1613 I Marques de Ariza, titulo concedido en 1611 por Felipe III

2.  Jaime de Palafox, II Marqués de Ariza Valencia, *Valencia 27 de febrero de 1635, se hace cargo del marquesado al morir sin descendencia Francisco, su hermano. Jaime jue camarero secreto de Su Santidad Clemente VIII. Se firmó en su nombre la Carta Puebla de Altea en 1617.

Jaime de Palafox tiene dos hijos, Juan Francisco, su heredero, y un hijo natural, Juan de Palafox y que abandona y más tarde reconoce y educa, quien sigue la carrera eclesiástica y es nombrado Obispo de Puebla en Méjico, y más tarde Virrey de Nueva España en Méjic

3. Juan Francisco de Palafox Rebolledo y Blanes es el III marqués de Ariza, señor de las baronías de Calpe, Altea, Benisa, Tablada, mayordomo del rey Felipe IV, caballero de la Orden de Santiago, consejero del Consejo Supremo de la Corona de Aragón. Casó en 1632 en Valencia, con María Felipa Folch de Cardona (m. 1686), natural de Bruselas, hija de Felipe de Cardona, marqués de Guadalest y de Ana de Ligne, hija del príncipe de Ligne

4. Francisco de Palafox Cardona y Rebolledo, 4. marqués de Ariza * c. 1640

5. Juan António de Palafox Rebolledo Cardona, 5. marqués de Ariza * 1674

6. Joaquin Felipe Antonio Ximenes de Palafox Centurion de Cordoba, 6. marqués de Ariza y 9. de Guadaleste * 1702

7. Fausto Francisco Palafox Perez de Guzman el Bueno *1731 Este 7º marqués dispuso como Gobernador primero en La Vall de Çeta y más tarde en la fortaleza de Altea a don Bartolomé Calzas de Castillo, cuya familia estaría vinculada a la Senyoria de Altea hasta inicios del siglo XX, siendo administradores de la Senyoria, en un principio y más tarde de las propiedades de la familia.

Bastón de Mando de Bartolomé Calzas como Gobernador de la Fortaleza de Altea a mediados del S XVIII

8. Vicente María de Palafox Rebolledo Mexia Silva, *1756. Marqués de Armunia, Estepa y la Guardia Conde de la Monclova y de Santa Eufemia 

D. Vicente María de Palafox 

9. María Elenade Palafox, marquesa de Ariza

10. Andrés Avelino de Arteaga y Silva Carvajal y Téllez Girón, 16. duque del Infantado * 1833. Pasando el marquesado al conjunto de bienes y títulos del Ducado del Infantado, donde debe estar depositado el archivo de la villa de Altea. Fue el último señor de Altea, pues en este tiempo se declararon los decretos de señoríos, permitiéndose el libre dominio de la tierra y la anulación de los diezmos junto a la desamortización de los bienes de la iglesia.

 El beato Juan Francisco de Palafox y Mendoza

Personaje relevante de la familia Palafox fue el beato Juan Francisco de Palafox y Mendoza. Nació en Fitero (Navarra) en 1600 –muerto en el Burgo de Osma (Soria), 1.X.1659- fue hijo ilegítimo del II marqués de la Casa de Ariza, Jaime de Palafox y Rebolledo, quien siendo camarero secreto de su Santidad Clemente VIII, tuvo relación con Ana de Casanate y Espés, dama de la nobleza aragonesa, viuda y con dos hijos que, más tarde, ingresó en un convento de madres carmelitas. Juan de Palafox fue en principio abandonado por sus padres a cargo de unos pastores y vivió con ellos hasta los 9 años. Cuando su padre lo recogió, lo reconoció como hijo y le dio estudios. Tomó los hábitos y marcho a tierras americanas, donde fue arzobispo electo de México, obispo de Puebla de los Ángeles y más tarde nombrado Virrey de Nueva España. Tras su vuelta a la Corte las cosas no se desarrollaron como deseaba e incluso tuvo problemas con la Inquisición y con el propio poder real.

jueves, 29 de junio de 2023

EL PUENTE del MASCARAT sobre el BARRANCO SALADO. 1857-1880, por Miguel del Rey

 EL PUENTE del MASCARAT sobre el BARRANCO SALADO. 1857-1880

Obra de: D. Enrique Guillem, Ing de Caminos. D. Joaquin Thous, Constructor

El puente del Mascarat entre los dos túneles excavados en sendas montañas de Toix y el estribo marítimo de Bèrnia, dejaban un tramo abierto del cajeado de la carretera al sur y el puente cruzaba perpendicular el barranco Salado a una altura de 60 metros, creando dos embarcaderos curvilineos para encontrarse con el tramo rectilíneo del puente. Este, de 32 m de anchura en total, se compone de dos basas prismáticas que suben desde la base del barranco, apoyando en las rocas del suelo, hasta impostar en un punto donde nace un único vano definido por una bóveda de cañón, con arcos formeros de medio punto y sillería de gran dimensión.

Mascarat. Barranco. Casa soler, Foto de Oriol, sobre 1931. Col MdR


Las pilas o estribos son de sillería hasta un tercio de la altura, sillería de piedra caliza, posiblemente de San Julián o de Campello, para seguir con cantoneras de sillería y dados maestreados de sillar, que llegan hasta los sobreestribos que definen los embarcaderos al puente por ambos lados y que perfilan sendas formas de la montaña.  Los dados se complementan con mampostería careada de piedra de la zona, posiblemente de Gata, hasta llegar a una imposta potente que permite el apoyo de una cimbra en madera que se necesitaría para la construcción de la bóveda, esta de sillería.


Plano de los distintos pasos por la encrucijada del Mascarat entre Altea y Calp.

En negro el antiguo camino  Paso del Colaldo, en Rojo la carretera N-332 con los puentes del Mascarat, en azul la AP-7.  Esquema extraido del blog: El tramo del Mascarat de la N-332 ... - Metidos en Carretera 


Gabriel Miró en su obra Años y Leguas, en 1928, nos describe la sensación de los viajeros al pasar por los nuevos túneles y el puente y a la vez recordar el antiguo paso por el peligroso paso del Collado, antes de inaugurarse el puente. Dice así:  

“Los dos túneles. No son los túneles ferroviarios, ahogados, recremados y negros, sino de carretera levantina. Por fuera, la roca caliente, de color de león, alzándose apasionada, de pie, al cielo; por dentro, la roca pálida, huesuda, como antes de que los barrenos rasgasen su virginidad. Cada túnel abre una mirada fresca de mar y otra de campo torrado, y el confín marinero y el horizonte labrador se concentran en las dos lentes de piedra.

En otro tiempo Sigüenza pasó en diligencia el collado de Calpe. La diligencia venía de Alicante. Muchas horas de camino, de humo, de polvo, de sol, de revueltas, entre almendros y viñas, de huertos galileos, de pueblos diáfanos con cúpulas azules, aparecidos en la costa... Poco a poco comenzaba a salir en el cielo la geometría del monte roto. Atardecido, los contornos ya se acercaban en una culminación de rosa, y después, de un dorado viejo de retablo. La diligencia llegaba, humilde y sobrecogida, al primer túnel. El azul que entraba del mar refrescaba los peñascales estrujados. Iba deshilándose el silencio virgen de las altitudes; se sentía subir el silencio del fondo como un vaho. Puente blanco y cerrado, en una vejez cósmica. Las mulas lo pasaban despacito con un cabeceo de esquilas dulces. Muchos viajeros se inclinaban, persignándose. Y ya dentro del túnel, el monte se llenaba de un estruendo de viaje recóndito; los faroles rociaban de amarillo la cripta; las sombras del coche, de las bestias, del mayoral, se embestían, astillándose por los muros, y fuera se quedaba esperando la quietud de la noche grande, desnuda.


Paisaje actual del Puente del Mascarat de 1885. Foto Marta del Rey

El diario alcoyano “El Serpis”, en 1880, narra las vicisitudes de la construcción de este puente, una de las obras de ingeniería más arriesgadas y complejas de la época, “un puente de un solo arco de dimensiones tales y á tan inmensa altura, que sólo contemplarla, anonada el espíritu y sobrecoge de espanto. La boca de uno de los túneles parece el nido de un águila El proyecto del camino es una temeridad del génio y una empresa digna de jigantes.

En el fondo de aquel abismo cerrado en forma de trompeta que sólo tocan los huracanes, parece que se dan cita los elementos como los espíritus infernales en los centros cavernosos, para mover las tempestades del mar. Allí se ven las mordeduras del rayo en la piedra calcinada; los rasguños del torrente que se precipita con horrible estruendo desde las aristas de los montes para socavar sus entrañas con espumuso cólera; los despojos de los vientos aprisionados que, gimiendo, condensan sus ímpetus y sus iras para agitar las encrespadas olas del Océano.”

Periódicos que en su día arremetieron contra don Joaquin Thous, su constructor, levantando posibles calumnias, más tarde alabaron su gran labor, que en palabras del la prensa dijeron: “...la ejecucion del atrevido proyecto realizado por el contratista D. Joaquin Thous, bajo la inteligente direccion del Ingeniero D. Enrique Guillen, que en estas obras ha demostrado una vez más la pericia y vastos conocimientos que le colocan entre los primeros Ingenieros de España.


Personaje vinculado: Don Enrique Guillem, Ingeniero de Caminos Canales y Puertos

Es de destacar el trabajo del ingeniero Sr. Guillen, tanto por los cálculos y diseño, como por sus muestras de arrojo y profesionalidad durante la construcción. De su disposición en el trabajo da buena cuente el diario: “ha coronado dignamente la pericia, el atrevimiento y hasta si se nos permite la frase, la temeridad de tan distinguido facultativo el cual no ha descansado un solo momento acudiendo personalmente á salvarlo todo y hasta descendiendo al trabajo material á fin de que su arrojo y valentía sirviera de estímulo a los operarios, sin lo cual no hubiera sido posible conseguir que ni aun los más esperimentados industriales se atreviesen á esponer sus vidas como realmente las han tenido espuestas durante los trabajos. Es más, solo el Sr. Guillen ha sido el que ha inspeccionado las obras por sí mismo durante su ejecucion por no atreverse á hacerlo desde el peon caminero hasta el último funcionario de los encargados al efecto, y esto habla a favor de dicho señor ingeniero más alto que cuanto nosotros pudiéramos manifestar.” (1)

(1) Referencias entresacadas del artículo “El Tramo de la N-332 entre Altea y Calpe”, publicado en el bolg: metidosencarretera.esy.es

jueves, 18 de mayo de 2023

Restauración del Ajuntament de Morella, por Miguel del Rey e Iñigo Magro

Restauración del Ayuntamiento de Morella.

Miguel del Rey e Iñigo Magro, arquitectos. Promovida por la Generalitat Valenciana. Mención especial en los premios Europa Nostra. año 1997.

 

Sala del Consell

El Ayuntamiento de Morella es un edificio levantado entre los siglos XIV y XV y formado por dos grandes cuerpos de planta casi cuadrada situados a lo largo de la Cuesta de la Cárcel. En torno a ellos se sitúan una serie de cuerpos de menor importancia que albergan antiguas dependencias municipales adosadas al trazado de la antigua muralla. El trazado escalonado de la Costera de la Cárcel oculta en parte la base de los antiguos arcos apuntados de la antigua Lonja de contratación incluiría una placeta al nivel del plano de acceso a la Lonja, manteniendo libres los arcos apuntados de la fachada lateral. La fachada medieval al patio actual fue muy distinta a la que nos encontramos antes de las intervenciones del s XX.

La intervención se centró en valorar las dos salas góticas, la lonja de comercio abierta al exterior y los cuerpos internos, así como su volumetría externa y las diversas intervenciones habidas en el tiempo; así se analizan las cubiertas y la posible torre truncada que en origen debió tener el edificio.

El primer cuerpo del edificio incluye la Lonja a nivel de calle y la Sala del Consell, que albergaba al poder municipal en la planta noble. Cuerpo de dos alturas con una volumetría potente y de gran impacto visual, tanto por su forma como por su ubicación en la traza viaria de la ciudad. Una arista invade la calle principal, de traza ligeramente curva y el alero enfatiza esta invasión, cerrando de alguna manera el espacio público a la manera medieval. La Sala del Consell es un tenso espacio trapezoidal casi cuadrado que se construye con una elegante columna central, octogonal y muy esbelta, característica en estos espacios del gótico civil del norte valenciano.

La Lonja sigue la gran tradición de estos espacios porticados abiertos propios de las tierras del Maestrazgo. Estructuras diáfanas de arcos apuntados y sobre la cual se disponen las ventanas ajimezadas del Consell. Sobre la Lonja podemos observar parte de la historia del edificio; así, la intervención renacentista, tras la ruina de los últimos años del Seiscientos, ciega parte de uno de los arcos. El trazado de la calle escalonada, a finales del siglo XIX, oculta parte de otro arco. Para poner en valor esta lonja y su vinculación con el plano de tierra ha sido necesario definir una pequeña placeta que facilite el acceso a la Lonja y ofrezca una imagen correcta de las proporciones del edificio. También es importante la restauración y puesta en valor de los contrafuertes que J. B. Antonelli construye en 1602 para consolidar el muro sur.

El segundo de los cuerpos alberga las dependencias del Justicia se configuraba en origen a la manera de torre. No tenemos noticia de su configuración de origen, encontrándola acabada con una cubierta a un agua coincidente con un sistema general de cubiertas que ocultaban la forma original del edificio. La labor primera fue hacer perceptibles cada uno de los cuerpos. Hacer emergen parte de la torre en el que se respeta el plano inclinado de la cubierta existente. La sección la define un sistema de niveles complejo que alberga las cárceles, en las plantas bajas, las salas de vistas y una antigua capilla. Se culmina con una gran sala diáfana en la que también una columna central soporta la viguetería y el sistema de canes del hoy inexistente artesonado sobre el cual se situaban las dependencias superiores de la torre.

En el siglo XVII se realizan una serie de intervenciones para la consolidación del edificio tras la ruina del final del siglo anterior. Se construye el contrafuerte sobre el muro sur, el cual mantiene una innegable relación con las murallas que a finales del Quinientos se levantan en Peñíscola.

La volumetría del edificio se conduce para significar la antigua torre y configurar la línea del alero medieval. Este se traza en sus dimensiones exactas, conformándolo fuera de parámetros estilísticos.

El espacio del patio sufre en el tiempo una gran transformación, se mantienen los cuerpos construidos existentes y se aligeran con una arquitectura que los transforma en objetos apoyados sobre los sólidos muros medievales, aproximándose a la idea de "muebles arquitectónicos" contenidos en un gran espacio.