viernes, 6 de octubre de 2023

Caracterizadores del paisaje. La Partida de Dalt en Campanar. Valencia 2/2, por Miguel del Rey

 Caracterizadores del paisaje. La Partida de Dalt en Campanar. Valencia 2/2

Segunda parte de la Conferencia dada en Campanar en Septiembre de 2023


Alquería del Foraster (hoy desaparecida). Vista del cuerpo principal

La Huerta de Dalt de Campanar es una de nuestras huertas históricas de Valencia. Es en verdad un fragmento de nuestra historia rural que mantiene vestigios desde época tardomedieval, configurada ya en el siglo XV. Vamos a tratar en esta segunda entrega completar la exposición de divulgación sobre el patrimonio rural de la Partida de Dalt, siguiendo con la segunda parte de la exposición en Campanar

Tras comentar los caracterizadores del paisaje vinculados a las acequias: cauces, azudes, molinos, etc., en esta segunda entrega nos centraremos em las granjas agrarias, en las alquerías, de las cuales hay algunos ejemplos de interés, pudiendo dejar constancia de aquellas que fueron robadas a la ciudad con la nefasta intervención de derribo y borrado del Camí del Pouet. Una verdadera masacre cultural que marco un punto de inflexión en la débil conciencia sobre lo rural que tiene la ciudad de Valencia.

Hay que indicar que hijas de aquella masacre y la mala conciencia que creo en parte de la administración, son varias actuaciones de restauración, algunas de gran interés, que sin el revuelo y el escándalo que significo el derribo del Pouet, no hubieran visto la luz: Moli del Sol, Alquería de Barrinto, Molí del Tell, etc, además de algunas Intervenciones en Benicalap, etc.

 

Alquería de Mosen Povo.   Se trata de una compleja estructura de origen medieval que ha sufrido varias configuraciones a lo largo del tiempo. En origen posiblemente originales del S. XIV o XV. La última de las configuraciones de las que podemos tener documentación, antes de dividirse en varias propiedades, ha sido aquella que dio cobijo a unas casas de colonos en una gran explotación agraria a lo largo de los siglos XVII y XVIII, o quizás antes, y se ha mantenido hasta entrado el S. XX.

La última de las configuraciones de las que podemos tener documentación, antes de dividirse en varias propiedades, ha sido aquella que dio cobijo a unas casas de colonos en una gran explotación agraria a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Configurándose como un sistema lineal de dos crujías que albergan viviendas en serie y ubicadas en planta baja, con los secaderos, cambras y andanas, en la planta superior, más unos grandes corrales posteriores. Todo ello sobre la base de la estructura tardomedieval que se podía observar tras los restos de tapiales que se podían observar en fachada

Regada por los primeros brazos de la acequia de Moncada. En sus proximidades empezaban a aparecer, hasta finales del siglo XX, los primeros huertos de cultivo no hortícola: frutales y agrios que comenzaban a adueñarse del paisaje agrario. Hoy se encuentra rodeada por una red de autopistas e infraestructuras urbanas.

Se define como un gran contenedor de alero potente y horizontal en fachada, con cubierta a dos aguas apoyada su cumbrera en la línea central de carga. Estructura unitaria compartimentada para el uso de habitación de colonos, transformado más tarde en casas de labranza de pequeños propietarios de tierras. Una solución muy habitual en la huerta aristocrática valenciana de los S. XVII y XVIII, que con la desamortización pasó a manos de la burguesía o de pequeños propietarios. Hoy conserva las dimensiones de aquella segunda época de esplendor.

Las particiones de propiedad han roto la sistematización de su fachada, alterando la composición, que estaba formada por un sistema de grandes huecos en planta baja que incluían las puertas de acceso a las distintas viviendas y dependencias, más un cuerpo intermedio de vanos al tresbolillo, muy a la manera del barroco valenciano, en dos niveles, seguramente para cámaras ventiladas de secadero de cosechas. Composiciones que vemos en muchas alquerías de este tipo, como las de San Lorenzo, junto a San Miguel de los Reyes, con sistema muy similar, y que en menor escala encontramos también en la Alquería de Puchades en el Pouet.

 Alquería de LLeonard. Partida de Dalt de Campanar en plena huerta, junto al camino del Cementerio de Campanar. Consta de un conjunto de cuerpos de construcción, alguno de los cuales puede ser medieval, aunque el cuerpo principal podría datarse, por sus fábricas, como originario del s XVII. En cualquier caso, es necesario un estudio arqueológico previo a cualquier intervención.

Hay que valorar su rotundidad volumétrica y la sencillez manifiestas de su arquitectura, un único cuerpo a un agua.  El volumen de la casa se mantiene como un hito en el camino que desde aquí va perdiendo densidad de cuerpos construidos. Los molinos próximos marcan los límites de un paisaje que se deprime orográficamente por el Sur hacia el antiguo cauce.

La arquitectura de la alquería está formada por un cuerpo principal, perpendicular al camino, de tres alturas, cubierta a un agua con teja curva y con alero horizontal hacia la fachada principal. Más otro cuerpo perpendicular al principal por el norte, un cuerpo de una crujía y dos alturas que define una estructura en ELE con el cuerpo anterior.

Estos dos cuerpos definen entre ambos un patio, hoy colmatado por edificaciones y cerrado por altas y esbeltas porxadas, con sus cubiertas de teja curva a un agua y estructura de pórticos de pilares que son evidentes desde la propia fachada. Las cubiertas, siempre vertiendo a un agua, se construyen con aleros de obra, poco volados, posiblemente formas sustituidas en el tiempo y que vierten hacia el exterior siempre por fachada principal.

Podemos distinguir un cuerpo más antiguo situado tras el cuerpo principal, con fachada directa al camino, en el cual podemos ver restos de una fábrica medieval de tapial. Es un espacio unitario, con una viga central que soporta la cubierta a un agua. El tejado, más actual, parece ocultar la vetustez de los muros.

Es uno de los tipos más interesantes de las arquitecturas que dan forma a la casa en la alquería barroca, entendiendo a esta como un conjunto de cuerpos entre los cuales destaca la pieza principal, la casa de una crujía, muy presente en la gran alquería del siglo XVII en Valencia. Podemos ver ejemplos como la Alquería de Serra o la de Rocatí, ya más al norte la de Pages, muy similar a esta.

La antigua alquería del Rocatí nos muestra como fue la arquitectura de una explotación agraria del Seiscientos en la parte Sur de la Huerta de Valencia. Restos de sus fábricas construidas en tapia real y huecos sobrepuestos en el XVIII a las antiguas fábricas, nos hablan de un edificio que se pierde en el tiempo.

Tras LLeonard nos vamos a centrar en algunas ausencias o en restos de la que queda del Camí del Pouet, bien para entender lo restante, como para mantener la memoria de lo perdido.

¿Por qué nos interesaba aquel paisaje?

El Camí del Pouet tomaba el nombre de un pozo de uso público situado en una de las dilataciones del conjunto de las casas del Racó del Pouet. El camino se formaba tras una bifurcación hacia el Sur del Camí del Cementeri que parte desde Campanar. Su entorno fue un lugar tradicional de implantación de arquitecturas desde tiempo inmemorial, como nos dan noticia tanto la cartografía histórica, como las propias construcciones, sus tipos y fábricas. Desde el siglo XIV tenemos datadas construcciones a lo largo del camino, de manera que lo hacían un lugar particularmente fértil para conocer el proceso de transformación de nuestra arquitectura, incluso el cómo habían ido cambiando conceptos como el de “alquería”, además de los tipos de casas que dieron cobijo a las distintas clases sociales a lo largo de la historia.

http://arquitecturaruralvalenciana.blogspot.com/2016/03/se-ha-roto-un-paisaje-sobre-el-cami-del.html 

 Qué arquitecturas encontramos en aquel camino?               

En el inicio del camino podíamos encontrar cerca del Molino del Conde, la Alquería de Victoria, una granja agraria de finales del XIX.

Casi en el inicio estaba la ya perdida Alquería del Foraster, un conjunto complejo a partir de una alquería histórica, tipológicamente poco rotunda, pero cuyas fábricas y elementos, como la puerta nos hablan de tiempos pasados. Edificio cubierto a un agua y dispuesto perpendicular al camino.  Construcción a la cual se le adosan una serie de cuerpos más o menos disciplinados. Es remarcable, no tanto por el interés en sí de la misma como arquitectura, sino como pieza de un paisaje vivo en un momento determinado, y documento de una problemática: el abandono social por parte del ayuntamiento, sin evitar la degradación social, el tráfico de drogas y la sensación de espacio sin valor, previo a arrasar el lugar.

Hay que indicar que en un momento estas casas, en origen de propietarios absentistas, se mantenían de manera estable habitadas por caseros o medieros. Cuando estos acceden a la propiedad tras la desamortización y la sustitución del señorío por el liberalismo, las alquerías empiezan a ampliarse por la inclusión de nuevas generaciones del propietario en la propia explotación.

El camino del Pouet se iniciaba con la esbelta y potente Barraca de Llenya.

Tras un grupo de casas adosadas se llegaba a la Alquería de Puchades. uno de los pocos edificios que han sobrevivido.  La actual alquería conserva la casa principal de un conjunto estructurado en torno a un patio donde se situaban un gran número de pequeños cuerpos de construcción de uso económico y casas de colonos anexas a la principal. Nos mostraba muy bien la idea de la gran granja agraria de finales del XIX e inicios del XX.

De entre los cuerpos desaparecidos hay que señalar el situado al norte del cuerpo principal, un cuerpo de construcción medieval, posiblemente del XIV-XV, coincidente con los muros de la primera etapa de esta alquería

Tipología: La tipología del cuerpo principal es el de una casa de crujías desiguales, con vivienda en planta baja, una primera crujía más alta que incluye una andana de dos niveles de fenestración dispuesta a tresbolillo, y un cuerpo posterior más bajo.

Las crujías se construyen paralelas a fachada y se articulan con un eje centrado en planta. Su sección es muy interesante; nos presenta un primer cuerpo de más altura, dominante, vertiendo aguas a fachada, con un alero horizontal en madera, prolongación de la estructura de cubierta y un cuerpo posterior de menor altura.

En la planta baja se desarrollaba la vivienda con entrada ocupando ambas crujías en profundidad, con un arco relajadísimo en fachada, un arco de medio punto sobre la línea central de carga y un vano adintelado en fachada posterior. Desde la entrada se accedía a las distintas dependencias situadas a ambos lados en la primera y en la segunda de las crujías. En primera crujía se situaba la escalera de acceso, solución bastante general en esta época, y también la cocina, siendo el resto habitaciones.

Ambas crujías son de desigual anchura, mientras en el primer cuerpo se disponía una amplia andada de gran altura, con doble fenestración para que circulara bien el aire y se pudieran disponer las camas para la cría del gusano de seda, en el posterior, más bajo, solo se disponía de una altura y el espacio estaba más compartimentado.

La fachada presenta grandes huecos, relativamente centrados, a ambos lados de la puerta. Sobre ellos, unos pequeños huecos a tresbolillo, que sin llegar a ocupar toda la fachada crean una fuerte complejidad, presentándonos una solución que se repite sistemáticamente, como hemos dicho, en muchas casas del Seiscientos valenciano. Podemos encontrar este tipo de composiciones, además de en las antes indicadas, en la alquería de Falcó, también la alquería del Pí o en la de hoy desaparecida alquería de la Tía Emilia. Aquí presentamos las alquerías de San Lorenzo, o la propia alquería de Mosen Povo

Tras la alquería de Puchades podemos volver atrás en el camino para compararla con la Alquería de Ricós. Una pieza similar en su estructura tipológica, pero quizás tipológicamente menos estable. El eje compositivo no está centrado, es esviado en su interior. La fachada no se compone de esta manera tan rotunda como en puchades. Pero tiene grandes valores. Por un lado, incluye restos murarios de época medieval, posiblemente anteriores a esta configuración, o bien ella se ha construido sobre ellos manteniendo parte de su estructura; de ahí la incertidumbre en el tipo. Pero por otro nos muestra un alero original, cosa que no encontramos en ninguna del resto de las construcciones. 

Si volvemos al itinerario del camino encontraríamos la Alquería del Foraster, antes comentada, y la de Barberá, ambas desaparecidas. Eran interesantes alquerías en esta parte del recorrido, hasta llegar al enclave del Pouet. Allí, el camino se dirigía hacia el Oeste, hacia el río Turia que está ya cercano.

En pleno quiebro se encontraban los restos de la que fue una gran alquería señorial, la denominada Alquería de Nel.lo el Xurro derribada recientemente por la desidia. 


Alquería importante que albergaba tras ella el conjunto de Casas del Pouet, quizás, casas relacionadas con esta antigua alquería en sus momentos de esplendor. Allí, podrían habitar colonos y trabajadores de la propia alquería, donde se encontrarían infraestructuras de apoyo al mundo rural o doméstico de esta estructura del poblamiento medieval de la huerta.

 

Las casas basilicales en el Cami del Pouet. Un tipo singular en el entorno de la ciudad de Valencia. Tipo al que pertenecen las casas más antiguas de las encontradas en la Huerta, relacionadas con las primeras construcciones tras el Repartiment, tienen una genealogía particular que no vamos a tratar.  Elementos Básicos: Planta Basilical, Manera singular de construir la cubierta, Disposición en perpendicular al camino. Y casa principal de la granja agraria, en el concepto medieval de alquería. Formaban un núcleo agrupado en torno a una casa señorial.

Estas alquerías las podemos conocer en su referencia de la página web de la página: “Arquitectura Rural Valenciana”

http://arquitecturaruralvalenciana.blogspot.com/2018/01/adelanto-la-nueva-edicion-del-libro.html

La más importante y desgraciadamente arruinada y vilipendiada es la Alquería del Rei, con su núcleo de casas de colonos ya separadas de la propiedad en su última etapa.

 Otro ejemplo menos rotundo de estas casas basilicales, era la Alquería de Raio. 

Por último nos centraremos en la granja moderna, la más joven de las alquerías, la Alquería de Colom, es un ejemplo interesante de la rica cultura agraria valenciana de finales del Siglo XIX, la fecha de 1877 estaba grabada en brocal del pozo. Esta pequeña granja campesina es paradigmática de la casa agraria valenciana que desde el siglo XVIII se prolonga hasta las dos primeras décadas del siglo XX. Su estructura en términos generales se aproxima a la composición canónica de la pequeña explotación agraria europea con una trilogía clásica: la estructura Casa-Patio-Pajar; configurándose con una casa compacta de geometría muy estricta y un patio posterior, con porxadas configurando el pajar. Fue derruida en 1998.

               Es interesante conocer este tipo popular de casa campesina, pero también observar las relaciones de nuestra arquitectura vernácula entre lo popular y lo académico. Pues en ocasiones se desprecia lo rural en aras de otras arquitecturas, las denominadas arquitecturas cultas. Pero no es así.: rural y urbano son episodios de una misma historia, la historia de la arquitectura.

               Podemos ver aquí la comparación entre la casa Colom y los ejercicios de composición en los exámenes de la Academia en los últimos años del s XVIII y observar que hablamos de precisamente la misma casa. La misma arquitectura, que conocen los Mestros de Obra y que desde la Academia, ajustándose a las técnicas locales de construir, difunden por todo el país.

http://arquitecturaruralvalenciana.blogspot.com/2016/03/la-alqueria-de-colom-en-el-cami-del.html

domingo, 1 de octubre de 2023

Caracterizadores del paisaje. La Partida de Dalt en Campanar. Valencia 1/2. Por Miguel del Rey

 Caracterizadores del paisaje. La Partida de Dalt en Campanar. Valencia  1/2

Resumen de la conferencia desarrollada como invitación en la Semana Cultural 2023 de Campanar


La Partida de Dalt de Campanar es una de nuestras huertas históricas en Valencia. Un fragmento de nuestra historia rural que mantiene vestigios desde época tardomedieval, configurada ya en el siglo XV nos presenta un rico repertorio de elementos que se prolongan hasta los inicios del siglo XX. Vamos a tratar, en esta exposición en Campanar, los elementos caracterizadores del paisaje.

Una huerta que ha sido laminada en parte por la ciudad con muy poco respeto, pero que poco a poco, sus restos se van recuperando en una regeneración social y buscando una relación amable con la ciudad

La Partida de Dalt se gesta con el inicio del sistema de acequias que configuran la Huerta de Valencia . Se riega por tres de ellas: Tormos, con varias Filas que salen aquí, Mestalla y Rascanya. Cauces que se alejan para regar amplias zonas, pero que en sus Brazos y Filaes: Bras de Petra, Tragador de Dins, o Tragador de Fora, crean una tupida red de riego, hoy en gran parte subterránea o cegada por el crecimiento de la ciudad, como podemos ver en este fragmento del plano de acequias del profesor Enric Guinot

Precisamente el situarse esta Partida de Dalt, tan en cabecera de las acequias históricas, hace que fueran tierras muy preciadas, tanto por la aristocracia y las ordenes religiosas, que situaban allí alquerías y molinos, pues además de ser más limpia el agua, esta no faltaba en estos puntos. La huerta aristocrática medieval y renacentista, junto al poder de la iglesia, deja sus nombres en la zona y los podemos ver en la toponimia histórica que en parte se ha mantenido hasta hoy día: Molí dels Frares de Santo Domingo, Alquería de San Pablo, Molí de Marquesa, Alquería del Conde del Conde de Parcent, etc…

El plano de A Cassaus de finales del s XVII, copia el que en 1590 hace Asacensio Duarte: este interesante documento indica una huerta de Campanar densa en molinos en la actual Partida de Dalt  y alquerías un poco más al sur; algunas de las cuales han llegado en su nombre hasta nosotros: Moli de Llovera, Moli dels Frares de Santo Domingo, el Batan

El sistema de acequias, junto al sistema parcelario, es quizás la base del sistema de caracterización de la huerta, a ello se han de incluir los caminos y las alquerías, además del elemento humano.

 Las acequias y su vinculación con el río es el primer paso para estudiar el sistema de la acequia, basado en el azud, el cajero, los brazos, “rolls” y “filloles” y por supuesto los partidores. En esta Partida de Dalt tenemos  un primer sistema de bienes patrimoniales: son los azudes.  De entre ellos tenemos tres en uso, unos más o menos distanciados de la Huerta de Campanar, pero en la misma cabecera de la acequia. Los que están en uso son los de Moncada ( algo alejado), Tormos y Mestalla, mientras que el de Rascanya esta destruido y no sé bien en este momento, pero su situación era terrible hace unos años. Son por lo general azudes típicos, una retención del agua que obliga a decantarse hacia una acequia, mientras el agua sobrante rebosa y sigue por el río. Una compuerta permite y regula la entrada, con un canal de aguas sobrantes que la vuelven al río.

El paisaje de estas acequias esta hoy en muchos casos condicionado por los cajeros, otro de los elementos caracterizadores. En la actualidad muchos de ellos de hormigón, por lo que difieren de los antiguos cajeros de tierra que iban acompañados de vegetación de ribera, lo cual ofrecía una presencia volumétrica de la propia acequia en el paisaje. Así podemos ver una diversidad de paisajes de gran interés en las distintas acequias y en diversos tramos. Podemos ver escenas de paisajes de las acequias de Favara, Rascanya, Moncada, etc…



Otro de los elementos caracterizados del paisaje son los molinos, en cabecera había muchos de ellos, como nos indican los planos históricos, y como podemos ver en la documentación que podemos analizar en los archivos. Como este plano para la concesión de un molino en la Fila de Campanar, con desagüe en la acequia de Mestalla, situado muy próximo a la altura del existente de Llovera, no creo que se refiera a él, aunque es muy similar y su ubicación muy próxima. Quizás un molino que nunca se construyó. Este documento nos permite analizar cómo se entendían los molinos en los inicios del siglo XIX. 

Se trata de una solicitud de nuevo molino que toma aguas de la Fila de Campanar, de la acequia de Tormos y vierte, por lo que puedo observar en un Bras que vierte en la acequia de Mestalla. La solicitud implica la construcción de una acequia de nueva traza que une ambos brazos. La arquitectura es muy similar a la que nos ofrece el Moli de Llovera, en la remodelación de inicios del s XIX, con dos muelas y un partidor de dos bocas. Un tercer paso posiblemente para aliviar la acequia en el momento de no usar el molino.

Se muestra un plano del sistema de acceso del agua por un partidor a los cárcavos a la caja de muelas, donde los cacaus, las palas hacen girar el eje que se vincula a la muela giratoria. Tras ello el agua sale por el socaz. Un partidor típico es el que mostramos, es de dos ruedas y corresponde al Moli de Vera.  Silleria, desnivel, estrechar la sección para aumentar la velocidad y ello que permita el giro de las palas.

Otro de los elementos perdidos son los propios del transporte en cada momento, en este caso podemos ver una recua de mulos llevando los sacos de harina de uno de los molinos de la zona, el dels Frares, como veremos más adelante.

Los molinos de Campanar

El moli de Llovera, en la partida de Dalt de Campanar. Está construido sobre la fila de Campanar de la acequia de Tormos, y al lado del Molí dels Frares de la acequia de Mestalla. Se llega al lugar por el camí de la Partida de Dalt, accediendo a él por al lado del cementerio de Campanar, junto a la alquería de Lleonard

Aunque sus orígenes se remontan al siglo XV, el actual edificio corresponde a una alquería rural de la segunda mitad del siglo XIX. Consta de una nave rectangular, transversal al cajero de la acequia y dotada de dos crujías separadas por pilares. Tiene dos alturas y una cubierta de teja a dos aguas que caen sobre las dos fachadas principales

La parte más cercana a la acequia era el molino y la más alejada la vivienda. Ha sido remodelado en época recientes y no conserva la disposición tradicional de la sala de muelas, donde existían dos de ellas. Conserva una esbelta chimenea de ladrillo correspondiente a la instalación de un motor de vapor a principios del siglo XX para aumentar la capacidad de trabajo del artefacto molinar, se presenta un croquis publicado por Carmen Cárcel-Garcia y otros.

 El Molí del Sol, también en Partida de Dalt de Campanar, aen el límite septentrional del Parque de Cabecera, junto al viejo cauce del Turia. Está construido sobre la acequia madre de Rascanya y era el primer molino de este sistema. Construido en 1880, fue el último molino hidráulico construido no sólo en la acequia de Rascanya sino en el conjunto de toda la Huerta de Valencia.

Edificio de una planta constituida por dos naves en forma de “T” de las cuales, la principal, donde está la puerta de acceso y estaba la sala de muelas, es transversal al cajero de la acequia, mientras que la segunda es paralela a él. La primera nave consta de dos crujías sustentadas por pilares y una cubierta a dos aguas, de teja, y dispone de varios vanos enrejados. El resto de las dependencias eran la vivienda, almacén y corral anexo

Las dependencias municipales han rehabilitado el edificio, que conserva restos de la estructura hidráulica y en el que se ha respetado su sistema estructural.

 

Molí dels Frares o de Santo Domingo, en la partida de Dalt en su límite oeste hacia el término de Paterna. El molino se encuentra actualmente al fondo del camino que lleva hasta el río desde el camino del Cementerio de Campanar. Lugar propio de molinos y de las mejores huertas regadas con el agua directamente cogida del río.


Sus orígenes se remontan posiblemente al siglo XV, y de él se conserva parte el actual edificio, que en la planta alta conserva grisallas y escenas de batallas con una interesante vista del sitio de Salses en el Rossellón, con unos dibujos del s. XVII

El edificio consta de dos crujías paralelas a fachada y cubiertas a un agua vertiente a fachada principal. Las líneas de carga son pórticos, distinguiéndose arcos apuntados en fachada y arcos de medio punto en el muro central, formando ambos una estructura muy diáfana en origen, casi a la manera de lonja, que con el tiempo ha ido cerrándose y formando planos más opacos

Tiene una planta superior, donde posiblemente en la primera de las crujías se encontrarían dependencias de habitación del molinero y en parte de almacenamiento, espacios donde se sitúan las pinturas

En el edificio podemos distinguir un sistema de arcadas apuntadas de trazas góticas, construidas en ladrillo, posiblemente propias de una lonja de trabajo previa a la sala de molienda.  Ello nos sitúa en una tesitura muy interesante al poner en valor la existencia de estas lonjas de trabajo abiertas por porchadas, a las cuales no se ha dedicado demasiado interés en el estudio por historiadores y arqueólogos.

Porchadas similares, siempre entendidas como espacio económicos de apoyo agrario o industrial en este caso,  las que encontramos en la Alquería del Moro, o en la Alquería de Barrinto, también en la misma época

El molino ha tenido grandes transformaciones, siendo la más importante la que se puede centrar en el S. XVI o XVII, época a la que corresponden otra de las cuestiones que lo distinguen particularmente: Las grisallas. Dibujos con escenas de batallas y de trasporte de grano a los ejércitos (1642)  en la guerra contra el francés en la Fortaleza se Salses, para reconquistar el castillo español, las tropas de Felipe IV lo cercan  y en esa escena aparecen los sacos de harina del Moli dels Frares.


En las plantas intermedias se resuelven con vigas de fuerte escuadría, aproximadamente 27 cm de anchura, con bordones tallados en los laterales de dichas vigas, y bóvedas de ladrillo de 80 cm de luz.