Josep Danés y la
clasificación de las casas catalanas.
Sobre la publicación
“Materials per l´Estudi de la Masia”
El cuidado libro que edita la Biblioteca d’Història Rural
nos presenta la obra de uno de los estudiosos más destacados de la masía
catalana: el arquitecto Josep Danés i Torras (1891-1955), recogida bajo
el título de Materials per a l’estudi de la masia, un título
muy adecuado por cuanto pretende dar continuidad a uno de los programas
culturales más importantes de una época gloriosa para la aproximación al
conocimiento de la cultura material catalana, la de los años 20-30 del s. XX.
Programa financiado por Rafael Patxot desde la Fundació Concepció Rabell i
Cibils, que había encargado el mecenas se redactara a través del Centre
Excursionista de Catalunya; un ambicioso proyecto que pretendía estudiar y dar
a conocer el valor de la masía catalana, como indica Llorenç Prats en el
prólogo de la edición de 1982 de La casa (Barcelona, 1938), el
exquisito libro que sobre este tema nos legó Joan Amades.
Josep Danés es autor de una obra dispersa, pero muy
importante —formada por opúsculos, artículos, conferencias, planos y
fotografías— que ha ejercido una gran influencia en la divulgación del
conocimiento de la masía a través de autores coetáneos y posteriores, tanto
catalanes como de fuera de Catalunya; y a su vez ha ejercido gran repercusión
en la propia idealización de la casa catalana, en parte por la labor que
ejerció un organismo tan importante de divulgación cultural como fue y es el
Centre Excursionista de Catalunya; pero también por la propia naturaleza y
capacidad didáctica de los esquemas y dibujos con los que acompañó a sus
propuestas organizativas, sin olvidar la influencia que sobre la arquitectura
de la época tuvieron las intervenciones profesionales de Josep Danés como
arquitecto. Obras como la restauración de la masía de Ca n’Huguet (1929-33) y
sobre todo la construcción de la residencia de su mecenas cultural Rafael
Patxot, para quien construirá entre 1927-1931 la mítica masía Mariona en Mosqueroles,
en las faldas del Montseny, que constituyen un referente dentro de la cultura y
la iconografía catalanas. Nos encontramos pues, ante un profesional de la
arquitectura, apasionado por la arquitectura de su país, hábil observador y
sagaz trasmisor de ideas por medio de unos eficaces y muy rentables dibujos y
esquemas.
La influencia de Josep Puig i Cadafalch conducirá el
pensamiento de Josep Danés. La restauración arquitectónica, el historicismo, el
interés por la arqueología, marcaran decididamente su obra, a la cual se une de
manera muy clara su pasión por el territorio, por la geografía. Los paisajes
catalanes, sus gentes y su cultura están muy presentes en su obra, haciendo de
ella uno de los referentes importantes del pensamiento noucentista tardío. Sus
primeros escritos datan de épocas tan tempranas como 1916 («Notes referents a
les masies de les valls de Bianya…» publicado en Estudis
Universitaris Catalans, Vol. V, 1931, pp. 3-33) donde aparecen cuidadas
descripciones de masías de la zona descritas con gran cariño y precisión, que
más tarde citarán reconocidos geógrafos o etnólogos como veremos. Pero es en
1919 cuando nos presenta una publicación titulada Arquitectura popular.
Secció septentrional de la comarca d’Olot… (Barcelona, Impremta de la Casa
de la Caritat) que cita Leopoldo Torres Balbás en la revista Arquitectura de
Madrid, con un elogioso artículo que abre las puertas de su obra a los
ambientes intelectuales de la Asociación Libre de Enseñanza, como cita
puntualmente J. Moner y J.M. Piugvert en la introducción al libro que
reseñamos. Historiadores, geógrafos, folcloristas, arquitectos, beberán a lo
largo del tiempo de las fuentes del autor, como podemos ver en la obra de
prestigiosos geógrafos como R. Blanchard i Pau Vila, en su «Assaig de geografia
de la muntanya» (Bullletí del Centre Excursionista, Barcelona, 1925),
publicado por la Biblioteca de Cultura Catalana, dentro del volumen Aspectes
geogràfics de Catalunya (Ed. Curial, Barcelona 1978).
La obra de Josep Danés definirá los cánones de la forma de
estas casas rurales catalanas desde una perspectiva donde podríamos señalar que
la forma es la protagonista, quizás influida por ese espíritu
noucentista al que antes nos referíamos y que ha servido para valorar,
comprender y catalogar las masías catalanas a lo largo del siglo XX. Es
precisamente a lo largo de los años 1927 y hasta 1933 cuando publica y da a
conocer sus estudios y sus propuestas clasificatorias que tanto éxito han
tenido y aún hoy no han sido sustituidas por otras más propias para el
conocimiento de la casa catalana: «Gènesi de l’estructura arquitectònica de la
masia catalana» (Tagamanent, Butlletí de la Societat Excursionista
Tagamanent, Butlletí nº 4) y «Estudi de la masia catalana. Exposició de
documents gràfics» (Barcelona, Centre Excursionista de Catalunya, nº 458). Dos
estudios complementarios donde aparece una clasificación de las casas en
función de la morfología de cubierta, de la fachada y del número de vanos, que
incluyen una serie de planos donde se ubican estas construcciones en el
territorio y se ajustan a un cierto determinismo geográfico.
Las propuestas son verdaderamente interesantes y capaces de
aproximarnos al conocimiento de las arquitecturas, unidas a unos esquemas muy
bien construidos donde es evidente la génesis de estas casas y sus familias; de
ahí el éxito que tienen y han tenido estas clasificaciones. Permiten de manera
clara y sencilla el conocimiento de ciertas arquitecturas: la de las grandes
masías. Se aproxima pues a la arquitectura de la gran casa rural catalana y
casi podríamos decir a un grupo no excesivamente disperso en el tiempo y
tampoco en el espacio. Por otro lado, el autor limita ya desde el origen el
grupo al que va dirigida esta propuesta clasificatoria, evitando excesivos
compromisos con otras construcciones rurales, con la pequeña casa campesina o con
la propia cultura constructiva ibérico pirenaica, donde están insertas estas
arquitecturas. Siempre queda evidente en este sistema un cierto interés por
valorar el carácter icónico de la propia arquitectura sobre otros componentes
de la misma, tan importantes como aquel, y propios a su vez de cualquier
arquitectura.
Su obra y sus propuestas clasificatorias tienen un valor por
si mismas y de hecho son el referente en la aproximación a clasificar la casa
rural catalana. Aún así, hay que analizarla en paralelo a otros estudiosos de
la época: estudiosos de otras disciplinas distintas a la arquitectura, como es
el caso de Joan Vilà i Valentí o Pau Vila desde la geografía, Josep Pla desde
la literatura, o el propio J. Amades, que nos ofrecen una visión complementaria que
contienen , en ocasiones, claves desde las cuales poder incorporar al estudio a
toda la arquitectura catalana y no solo la parte más característica de las
grandes masías. La visión que desde el punto de vista del folclorista Joan Amades
podemos tener, por ejemplo, nos acerca más a las propuestas y los análisis que
nos ofrecen otros profesionales de origen distinto, como es el caso de los
folcloristas y etnólogos formados en la Escuela de Hamburgo, tan en boga en esa
época. Sus metodologías para la clasificación de las casas vinculándolos a
amplias áreas geográficas nos ofrecen perspectivas amplias que en algún caso
pueden explicar la lógica de la forma; al mismo tiempo, utilizan la técnica
constructiva como un sistema lingüístico capaz a su vez de aproximarnos también
a la forma, a la estructura, a su evolución. Con ello se pueden obtener
resultados muy atractivos, como los que nos presentan los autores próximos al
Centro de Estudios Históricos de Madrid y a la escuela alemana, o folcloristas
autónomos pero muy perspicaces: nombres de distintos orígenes
como Violant i Simorra, J. Caro Baroja, e incluso los propios
alemanes, como es el caso de Fritz Krüguer o Max Thede —nuestro gran estudioso
de la Albufera de quien hay que destacar la reciente publicación de su obra
“L’Albufera de València”, traducida por el profesor Ferran Robles (Ed.
Universitat de València, 2009)—. A estos autores se unen
el filólogo mallorquín Francesc de B. Moll, y por supuesto nuestro querido
profesor Don Manuel Sanchis Guarner —del cual se cumple este año el centenario
de su nacimiento— y que han estudiado desde diversas perspectivas la génesis y
han realizado propuestas clasificatorias de la arquitectura popular o la
arquitectura rural de las diversas tierras ibéricas.
Es de justicia reseñar el interés de los estudios que sobre
Josep Danés ha realizado a lo largo del tiempo el arquitecto Jeroni Moner, ya
desde aquella mítica y espléndida publicación junto a sus compañeros Arcadi Pla
y Josep Riera en el monográfico que se le dedicaron a Josep Danés en la
revista 2C. Construcción de la Ciudad nº 17-18, titulada «La
masía, historia y tipología de la casa rural catalana» (Barcelona, marzo de
1981). Un número que nos abrió los ojos a muchos estudiosos del tema y del cual
han nacido multitud de estudios en distintas áreas del Estado. Una publicación
en la que si bien daba a conocer de nuevo fuera de Catalunya la figura del
autor, nos presentaba una puesta al día de los dibujos realizados en su día por
Josep Danés o bien nuevos planos que permitían conocer la arquitectura más allá
de las formas externas de sus fachadas. El dibujo, la pulcritud de los
esquemas, las cuidadas fotografías son y han sido un ejemplo a seguir. Trabajo
que se completa con su labor cultural en el Colegio de Arquitectos de Girona y
sus múltiples escritos y obras; entre los cuales hay que reseñar especialmente
el prólogo y la introducción al libro que hoy tratamos y en el cual J. Moner,
junto a J.M. Puigvert, ofrecen un detallado análisis que permite centrar y
conocer la figura de Josep Danés y su mundo. A Danés, a través de Moner, Pla y
Riera, debo personalmente mi inmersión en este mundo de la clasificación de las
casas y en particular el estudio de la arquitectura rural valenciana.
Valencia, Diciembre
2011
* Miguel del Rey es
Arquitecto y Catedrático de Universidad