La alquería de Baix, una de las más antiguas alquerías de
la huerta de Valencia,presenta a su vez una de las plantas más enigmáticas de
las que encontramos. Su configuración, su indisciplina estructural, la columna
de bella traza que allí encontramos, etc, hacen de ella un raro objeto de interés
en el panorama del clasicismo rural valenciano.
El edificio está compuesto por cuerpos de construcción
cubiertos a un agua y articulados entre sí con una relación que podríamos
denominar aditiva. Similar a la estructura que encontramos en la desaparecida
alquería del Fesol de Beniferri. Cada uno de los cuerpos de construcción tiene
su propia lógica estructural, con muros que los definen en planta. Grandes vigas
se apoyan entre muro y muro, aunque en ocasiones se apoyan en machones o en columnas
de piedra de muy buena factura.
Quizás por su compleja estructura y su difícil legibilidad, unido
a gran parte de la naturaleza de sus fábricas -un tapial que podríamos fechar en torno al S
XIV o XV- hacen pensar que la alquería de Baix esconde un pasado más complejo
que el que nos dan a entender las formas de sus ventanas y algunos fragmentos
de muros de ladrillo y esquinas de sillería con acabados clasicistas, que nos
sitúan en torno al S. XVII.
La puerta acabada en arco de medio punto, jambas ajustadas a la carpintería, parece la original. Y las ventanas, sus formas, sus jambas, la rejería de la planta baja, apoyan la
hipótesis de una edificación originaria del siglo XVII, las cubiertas, sus
aleros, hacen referencia a épocas más modernas, cuestión ésta que es muy
habitual por las frecuentes restauraciones y reconstrucciones de cubiertas a lo
largo del tiempo. En este caso sus formas y la elegancia de su alero nos sitúan en el
momento de remodelación clasicista de quizás un edificio tardomedieval; una remodelación
que debe estudiarse detenidamente y que quizás nos pueda dar claves sobre las
antiguas arquitecturas que construyeron la alquería en épocas anteriores, que a su vez reutiliza o incorpora una bella columna de clásica, bien
tallada, con un elegante collarín, así como pilastras en esquina o rejas de una
calidad singular. Una columna que posiblemente fuera de un bello e ignoto edificio.