sábado, 29 de enero de 2022

Benjamín Palencia y la pintura de paisaje en Altea. Recuerdos de juventud, por Miguel del Rey

Benjamín Palencia. Recuerdos de juventud, por Miguel del Rey*

*Publicado en el libro "Pasando por las alteas"- M del Rey, Val .2016

Vista icónica de Altea del año 1927, en la primera vista de Benjamín Palencia a Altea. (Museo de Albacete)

Benjamín Palencia nace en Barrax -Albacete- en una familia humilde y se traslada con sus padres a Madrid, donde frecuenta los círculos artísticos; allí, apoyado por un rico mecenas copia a los clásicos en el Prado y contacta con la intelectualidad madrileña, Juan Ramón Jiménez, se interesa por su pintura, y conoce a personajes de la Residencia de Estudiantes con los que mantendrá una fuerte relación, formando parte de la Escuela de Vallecas en 1929. Antes, en 1925, pasa por París donde comparte estudio con Pancho Cossio. Tiempos en los cuales conoce Altea, donde reside un tiempo en 1927. En la República forma parte de los intelectuales plásticos entorno a la Barraca de Federico García Lorca, entablando amistad con Rafael Alberti.

 

Benjamín Palencia pintando un mural en el Bar las Vegas de Altea , sobre los años 1965. Hoy desaparecido.

Tras la Guerra Civil se refugia en Madrid en la pintura de Paisaje, abandonando la experimentación, tan presente en su primera época, creando la nueva escuela de Vallecas y más tarde la Escuela de Madrid 45.

 

Vista de Altea ,B Palencia, sobre 1927 

En su itinerante vivir pasa largas temporadas en Altea y retoma el estudio de paisaje que no abandona hasta el fin de sus días. El paisaje manchego domina su obra, pero el paisaje alteano está presente en su vida, levantando crónica del mismo y regalándonos su mirada cambiante en el tiempo. Suya es una de las imágenes icónicas más potentes de la Altea del año 1927, de aquella Altea vista desde la mirada cubista y abstracta de un pintor experimental que domina técnica, cromatismo y dibujo. La arquitectura de sus casas, la icónica iglesia, la perspectiva y como fondo el mar. serán la base de su paisaje.

 

La calle Santa Bárbara y el mar al fondo, en plena etapa cubista de B. Palencia. sobre 1927 (Museo de Albacete)

Mas tarde en los 70 sigue vinculado a Altea, aunque al final de la década deja su ático urbano para residir en Polop, pero siempre vinculado a su querida Altea, sus amistades con Pepe Hortelano, con José María Planelles, fueron fecundas en lo pictórico, el primero con los murales en Las Vegas o en el Bodegón, con el segundo una gran colección de su obra y un precioso libro, son documentos de gran importancia en la cultura alteana. Su obra se hace más intimista, el retrato, la obra de pequeño tamaño con técnica variada, son más propias de esta segunda etapa de los años 60 y 70 en Altea.

 

Vista de Altea . La Glorieta. Apunte puntillista  sobre 1968. Col Privada.

Las gaviotas fueron un tema recurrente en diversas técnicas. Sus dibujos con técnicas puntillistas en unos estupendos rotuladores que por primera vez vi con un repertorio de color excepcional, los recuerdo cuando me encontraba con él en algún rincón de altea por casualidad, el sentado, pintando, yo me acercaba a saludarle y observaba su arte en la pintura, en el dibujo... Recuerdo cuando pintaba una de las vistas desde la Glorieta que aquí se incluyen. Amigo de mi padre, también de Albacete, y tras el fallecimiento de mi progenitor, me invitó a su estudio para que tuviera un recuerdo de la Mancha; visita que retrasé al conocer su precaria salud. Nunca más pude despedirme de él. Unas preciosas gaviotas en un mar que tanto estimaba, es el recuerdo que de él tengo en casa.

 Gaviotas. Cera de Benjamín Palencia. sobre 1965.. Col Privada.

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