martes, 20 de mayo de 2025

Adrián Vela Gadea. Constructor de iglesias - La Iglesia de Altea. Miguel del Rey

 Adrián Vela Gadea. Constructor de iglesias. Por Por Miguel del Rey

Publicado en "Arquitectura Tradicional y patrimonio de la ribera del Xúquer", pag 64-71. Valencia 2017


¿Quién es don Adrián Vela Gadea?

Fue un competente maestro de obras nacido en Benifaió en 1862 (1), especializado desde su juventud a la construcción de iglesias, empezando a trabajar en su oficio a los 21 años en la iglesia de Sant Pere de Moixent, obra del arquitecto Antonio Ferrer (Valencia 1850), con el cual mantendrá una estrecha relación a lo largo de su vida profesional.

 


Adrián Vela Gadea

En su biografía caben destacar dos  trabajos de juventud que marcarán claramente su larga carrera en el oficio de construir iglesias: la ya nombrada  iglesia de Moixent 1883 y 1892, y la intervención en la reparación de la bóveda de la Seu de Xàtiva con los arquitectos José Juan Camaña y Antonio Ferrer. Arquitectos que perfectamente pueden explicar su presencia en Altea, pues ambos son arquitectos diocesanos y la sombra del cardenal Benlloch es importante en este momento, como veremos, a lo que se une la presencia en Altea de Juan José José Juan

Camaña y Laymón como arquitecto de la Villa Gadea y su hermoso parque de gran valor paisajístico (1888). Por supuesto también debió incidir el hecho de que el párroco Don Juan Bautista Cremades fuera de Almussafes, coetáneo en edad y a la vez que Don Jaime Cardona, el maestro alteano que dibujo el croquis que conocemos de 1876, fuera a su vez titular de la misma población, inmediata a Benifaió.

 Mas tarde veremos sus obras en Valencia, iglesia de San Cristóbal, (1903) , Iglesia del Consuelo 8 1901-1910), Finalización de las obras de la Purissima Xiqueta en Benissa, tras la muerte de Fray Maeso Company, y en otras obras no contrastadas, pero donde evidentemente está su sello: El Hort de la Campaneta en Altea (sobre 1908) y posiblemente la iglesia de Relleu

Su presencia está contrastada por las referencias que la Crónica del Cura Juan Bautista Cremades nos da, recogida en la monografía sobre la Iglesia de Luis Fuster (2), cuando indica: el 29 de Abril de 1901 se da comienzo al derribo del viejo templo parroquial….., bajo la competencia de un "oficial" competente y práctico, buscando como director a D. Adrián Vela Gadea, que solicito no tener dedicación exclusiva, dejando como jefe de las obras a su hermano Julio Vela Gadea

Contexto social y político.-

Como hemos visto, desde el inicio de su profesión está ligado al arquitecto Antonio Ferrer (Valencia 1850) arquitecto diocesano próximo al también político y arquitecto, Juan José Camaña Laymón, arquitecto diocesano a su vez y también arquitecto de confianza del Marqués de Campo; persona muy activa en la profesión, pero no solo en ello, pues es diputado en Cortes y políticamente muy activo en los partidos de la derecha católica del momento. Hay que señalar que José Juan Camaña y Laymón, es el arquitecto de grandes obras para el marqués de Campo en Valencia, como:

-        Iglesia del Convento de las Salesas de la calle Visitación (1885). El director de las obras fue Antonio Ferrer Gómez pues José Juan Camaña estaba ausente por sus obligaciones políticas. Este convento desapareció después de la Guerra Civil.

-        Asilo del Marqués de Campo 1881-1884.

-        Asilo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados (1888) en la Plaza de Santa Mónica.

-         A la vez, como hemos dicho, de obras para la alta sociedad del momento, como Villa Gadea en Altea, un edificio neopaladiano, elegantísimo, con un parque de gran calidad paisajística, que construye para D. Vicente Gadea, alteano, Rector de la Universidad, diputado provincial y presidente de la Sociedad de Amigos del país, intimo del Marques de Campo, del Cardenal Benlloch, y de Canalejas, el Presidente de Gobierno, quienes pasaron largas temporadas en la villa de Altea.

Contexto estético. -

Nos encontramos en un momento en el que hay que señalar una gran acción constructiva producto del rearme ideológico que sufre la sociedad española en las décadas finales  del siglo XIX y los inicios del siglo XX, lo cual se traduce en parte en la importancia de ciertos grupos políticos de corte religioso, humanista y filantrópico, a la vez que en la construcción de grandes templos y una remodelación importante de los edificios religiosos y de asistencia social.

Podemos encontrar varias tendencias que resumen el repertorio arquitectónico de los grandes templos que se construyen en el momento. El eclecticismo permite moverse entre los lenguajes que están en boga en ese momento: clasicismos neobarrocos y medievalismos neogóticos, incluyendo en ambos materiales propios de la industria y tecnologías del momento.

Entre las arquitecturas clasicistas y neobarrocas podemos distinguir la obra de Joaquín María Belda, en particular la iglesia del Carmen (C/ Alboraia en Valencia) de 1885, una iglesia que retoma los cánones neobarrocos, templos con una gran nave y cúpula particular, en la línea de las que vamos a ver a lo largo de todo el territorio valenciano.  Cúpulas casi semiesféricas, sin linterna, lejos de las secciones elípticas que repongan la deformación visual, quedando de esta manera muy bajas al ser observadas desde abajo. Cúpulas que incluyen la policromía en azules y blancos, tan característica del momento.

Una intervención en esta línea, ya fuera de tiempo, es la que propone veinte años después Francisco Mora, en la parroquia de Nazaret que construye el propio Ayuntamiento. Un templo que insiste dos aspectos: en el neobarroco del campanario y en la cúpula con sección similar, en este caso muy poco lucida, al no disponer de teja vidriada. Arquitecto que también tiene obra en Altea y de muy buena calidad.

Dentro del neogótico hay que distinguir al citado Antonio Ferrer con la iglesia de Moixent y a Fray Maeso Company, este con la iglesia de Beniarres y el convento de San Francisco de Pego. En 1917 construye esta fraile el Convento de misioneros franciscanos del camp de Morvedre, en colaboración con Fray Sebastián Ferrer, pero su obra principal será la iglesia de Benissa (1902-1929), con planos firmados por Vicente Pascual.

La influencia de todos ellos es muy importante en Adrián Vela, más en los aspectos compositivos y espaciales, pero no tanto en los estilísticos, y en particular en los campanarios, de los cuales se separa decididamente se las estilizaciones de catálogo neogóticas que el fraile-constructor, y los arquitectos de la época proponen en sus iglesias de la época

Ya un poco más adelante aparecerá una de las máximas obras del neogótico tardío valenciano, la obra de Joaquín María Arnau Miramón y Francisco Almenar, con el gran templo de San Vicente Ferrer para los Dominicos en Valencia.

Fijémonos en las cúpulas

En las arquitecturas en las que interviene Adrián Vela podemos ver una constante: el tratamiento de las cúpulas: tanto en las trazas del tambor, como en la sección de las mismas, su conformación a gajos, y acabándose, a ser posible, en policromías vidriadas en azul y blanco.

 

La cúpula de la iglesia de Adrián Vela y la cúpula de la capilla del sagrario de 1854

Esta línea de diseño no es solo personal, la vemos en muchas de las obras de esta época, y se prolonga incluso los años posteriores a la Guerra civil, como podemos ver en la restauración de la cúpula de la iglesia de Xilxes, por Regiones Devastadas, tras la destrucción ocasionada por el frente de guerra situado en torno a Nules.

Hay que distinguir la iglesia conventual de san Cristóbal en Valencia, diseñada por Antonio Ferrer y construida por Adrián Vela, serán precisamente el referente de la iglesia de Altea en sus aspectos compositivos, matéricos y formales. A partir de ella se construye la Iglesia de Altea, cuyo encargo lo tiene dos años antes de terminar esta obra valenciana, aunque en la iglesia de altea encontramos un nuevo ingrediente, quizás producto del propio maestro de obras, si es que no se encuentra el arquitecto autor de la obra:  un ambiente de eclecticismo trufado de ciertas dosis de modernidad en aspectos tecnológicos y de aplicación de materiales novedosos (la influencia de José Juan Camañas, puede estar presente)

La Iglesia de Altea. Una intervención de Adrián Vela Gadea.

Su construcción tiene varios momentos que se dilatan en el tiempo:

1.- Ruina del templo renacentista (1617, por Damiá de la Cámara).

2.- Construcción en 1854 de la Capilla del Cristo.

3.- Construcción de un cuerpo de ábside, no se sabe bien por quien y bajo que dirección. Aparece un croquis que quiere ser primigenio de la iglesia; un dibujo detallado de don Jaime Cardona en 1876; croquis muy respetado en el proyecto definitivo acabado 35 años después. Una imagen de 1894 nos presenta el ábside ya construido en esta fecha. Hay documentación que nos indican de dádivas a la Iglesia en los años 1860, para continuar las obras de ampliación de la iglesia (3)

4.- Derribo del cuerpo principal del antiguo templo y construcción de la nave principal, crucero, cúpula y campanario del templo actual, intervención de Adrián Vela Gadea como Maestro de Obras, sin conocer un plano director. Intervención que cambia la sección del croquis de Jaime Cardona, al construir una potente y elegante cúpula; criticada por este en un primer momento y más tarde aceptada, vista la elegancia de la misma, el espacio interno y la potencia en el perfil de la villa de Altea.

El proceso de consolidación de la nueva iglesia de Altea.- Sobre el plano de Francisco Ricaud, este autor dibuja varios momentos del templo: 1.- estado original renacentista. 2.-  derribo del castillo y construcción de la Capilla del Sagrario en 1854, cuando el templo original entra en ruina. 3.- Templo en 1910, con la capilla del sagrario formando parte del crucero. (4)


 

Dibujo de M. del Rey sobre un plano de F. Ricaud de 1740 indicando tres momentos del estado del templo alteano: Inicial de 1617, en 1854 y en 1910.

La capilla, inaugurada en 1854, se configuró como edificio exento situado al suroeste de la antigua iglesia. Compuesta a partir de una geometría academicista de doble simetría, de un academicismo elegante, que define un gran espacio central con planta de cruz y cuatro capillas, cubierta con cúpula de sección elíptica y fuerte peralte que permite visualizarla como semiesférica desde puntos de vista próximos; cúpula revestida con teja curva vidriada en azul y blanco sobre la que se levanta una linterna estilizada. La arquitectura clasicista de su interior, de elegante factura y buenas proporciones, contrasta con la desnudez de sus volúmenes externos, de una sencillez franciscana que incluye una única puerta adintelada sobre la que podemos ver un arco de descarga acabado para no ser visto

 

La capilla del Sagrario.-

La capilla está llamada a tener un protagonismo particular en la futura configuración de la nueva iglesia que años más tarde sustituirá a la fundacional. Podemos señalar dos razones muy distintas:

-        por su ubicación y por su propia arquitectura. Su localización marcará las dimensiones y proporciones de la nueva iglesia, utilizando esta capilla como parte del crucero y asumiéndola dentro de su geometría.

-        Por otro lado las formas de su arquitectura interior, sus pilastras y capiteles corintios compuestos, marcarán la arquitectura interna de la futura iglesia, la cual abandonará los historicismos, más comunes en esta época, y se vinculará a estos temas academicistas de la capilla.


El croquis de la antigua iglesia de época fundacional, con la nueva capilla del Sagrario de 1854 en el lado superior izquierdo. Superior dibujo del autor sobre el croquis de J. Cardona

El croquis del maestro nacional alteano, titular de la escuela de Almussafes, es el de un templo, como dice: capaz, sólido, breve y económico. El maestro de escuela describe en 1876 un templo de una nave y capillas laterales, con crucero, parece que sin cúpula; eso sí, con girola y deambulatorio perimetral. Parece que propone algo más parecido a las voluntades franciscanas de austeridad formal y pobreza de materiales, que al templo finalmente construido.

La propuesta que nos aporta el croquis retranquea la fachada de la iglesia fundacional hasta colocarla alineada a la calle Mayor. Mantiene la alineación noreste de la nave de la iglesia primitiva y la amplia hasta poder ajustar la alineación de la nave con la línea de la capilla de 1854, utilizando a esta como crucero. No aporta detalles estilísticos, mientras que si nos ofrece secciones que nos hablan de la escala y dimensiones de la nave de la futura iglesia.

El actual templo se completa apoyándose en parte en las trazas de la antigua iglesia, anexionando la Capilla de la Comunión, y reconstruyendo el antiguo ábside anexo a la iglesia fundacional. Se define como un edificio de una única nave con crucero y cúpula sobre tambor octogonal y nervaturas internas, cubierta por bóveda de cañón y arcos fajones, bóveda que se arista lateralmente para permitir luz desde ventanas a ambos lados. Los potentes contrafuertes definen capillas internas laterales. La fachada incluye doble campanario de bases cuadradas, de los cuales sólo se eleva el izquierdo. Todo ello, excepto la cúpula, responde al croquis original.

 Estilísticamente se inscribe en un cierto eclecticismo clasicista que intenta, como hemos dicho, un diálogo con la capilla del Cristo, una opción atractiva estilísticamente, de manera que la arquitectura de la capilla, de formas y proporciones elegantes, se interpreta de manera particular en la nave.

Superposición del croquis de Jaime Cardona con la antigua iglesia fundacional, con la coincidencia de la capilla de 1854 como parte de un crucero con un solo brazo, en una propuesta sin cúpula. Dibujo del autor

La arquitectura de la Iglesia en la actualidad.-



Planta actual de la iglesia por M del Rey y J Rojo

Las nervaduras de las bóvedas y el acabado interno de la cúpula le restan parte de la rotundidad que encontramos en las limpias bóvedas de medio punto de la capilla del Sagrario, en la cúpula de gallón y en su linterna; formas en las que se aleja este nuevo templo de la capilla primigenia. Los capiteles se complican, las formas pierden rotundidad, sobre todo en la bóveda, al introducir las aristas para abrir los vanos de las ventanas superiores, perdiendo su linterna en una voluntad neobizantina de separarse de los códigos romanos. Soluciones muy habituales en el momento y practicadas habitualmente por Adrián Vela (5), como hace en otras iglesias (quizás la de Relleu, si se consigue conocer su autoría) aún no teniendo certeza documental, reúne las características propias de ser obra de este autor, etc.

                    Respecto a la estatuaria hay que indicar la existencia de una arquitectura contenida en la espacialidad del templo, arquitectura que adquiere un protagonismo particular, barroquizante en el caso del altar mayor y su retablo. Hay que señalar un cierto exceso en la obra del escultor Melitón Gómez; protagonismo que en sus formas que llegan incluso a aproximarse a la idea de obra de arte total, desde una perspectiva casi podríamos decir operística, donde adquiere un carácter escenográfico, hoy transformado al haber pasado los pesados angelotes al altar norte del crucero.


Altar mayor de la iglesia en su estado original, foto de 1935. Autor desconocido

                Otro de los aspectos a reseñar en esta arquitectura, quizás atribuible directamente a Adrián Vela, o en su caso al arquitecto, hoy desconocido, es la existencia de algunos guiños modernistas, incluso protorracionalistas, potenciado quizás por lo inacabado de sus formas, dadas las vicisitudes económicas del proceso de construcción, con un final abrupto de la obra quizás por falta de recursos a partir de 1910. Cuestión esta que ha condicionado su arquitectura externa hasta adquirir cierta radicalidad romántica, cierto carácter “pintoresco”, próximo de alguna manera a postulados de la modernidad. Quizás aspectos no pretendidos de manera consciente por el autor de su arquitectura y menos por los promotores de la misma, siendo reflejo  del difícil momento en que se construyó.

                    Algunos de los aspectos a destacar en esta arquitectura los podemos encontrar en la propia experiencia constructiva del edificio, en su potente y decidida volumetría y arquitectura exterior, en sus fábricas y aparejos, aspectos  que la separan decididamente de la arquitectura edilicia del pueblo de Altea, pero también del repertorio formal de la arquitectura religiosa del momento y destacan su monumentalidad, confiriéndole ese aire de modernidad que rezuma el edificio, donde:

-                Los revocos son sustituidos por fábricas vistas, mamposterías concertadas, sillarejos bien trabajados, impostas de sillares blancos y negros con el uso de la piedra del lugar.

-                Las fábricas de ladrillo se aparejan con un dibujo de punto de cruz, muy a la moda del modernismo que asume perfectamente la burguesía urbana, utilizando ladrillo macizo de buena calidad con dos tonos de color.

-                Las fábricas de mamposterías vistas de piedras calizas, se trabajan en algunos cuerpos de manera muy delicada, a la manera modernista, incluso con cierta impronta gaudiniana.

-                Las cubiertas tienen una particular importancia, tanto por el uso de escamas vidriadas en el revestimiento de la cubierta de la cúpula, cerámica adquirida en los hornos de D. José Ros en la fábrica de La Ceramo del camino de Burjassot de Valencia, como indica la memoria del cura Don Juan Bautista Cremades.

-                La cubierta de teja alicantina o marsellesa como fue cubierto en origen insistía en una definición potente de los planos constructivos, a la vez que una economía de medios propia del pensamiento que embarga la obra desde el inicio. Teja desgraciadamente sustituida en el tiempo tras la última restauración.


Oratorio de l’Hort de la Campaneta. Altea 1910

Quizás debiéramos incluir una obra doméstica de la misma época y atribuible a Adrián Vela, o al menos una parte de ella, las cúpulas y el oratorio del Hort de la Campaneta, coetáneo este cuerpo con la iglesia y construido por los mismos operarios y con los mismos materiales en sus cúpulas.

Notas:

1.- J.J. Cardona Ivars en su libro “Historia de la parroquia de Benissa”, Benissa 2002. nos informa sobre algunos aspectos de la vida y la obra de Adrián Vela.

2.- Luis Fuster Orts, “Anotaciones del Cura D Juan Bautista Cremades Peiró sobre la Construcción de la Iglesia de Altea”. Manuscrito del autor, fuente: Archivo eclesiástico de Altea.

3.- Barber D.y  Fuster L. : Estudios en proceso sobre el vaciado del Archivo eclesiástico de Altea. Inédito

4.-Dibujos sobre el Plano de la Villa de Altea de Francisco Ricaud de 1740, publicado en “Paseando por las alteas”, M. del Rey, 2016”

5.- La semejanza de formas, proporciones y materialización entre la cúpula de san Cristóbal en Valencia (1903) de Antonio Ferrer y construida por Adrián Vela, y la cúpula de Altea es evidente, así como la utilización de escamas vidriadas de La Ceramo y sus códigos gráficos.

 

Bibliografía:

Banyuls, A. Estudios varios sobre la obra, restauración y contenidos de la iglesia de la Purissima Xiqueta en Benissa.

Cardona Ivars J.J.: Historia de la parroquia de Benissa, Benissa 2002

Del Rey Aynat,: J Miguel, Guía de Altea, Valencia 2014

Del Rey Aynat,: J Miguel, Paseando por las alteas, Valencia 2016

Fuster L. :La iglesia de Nª Señora del Consuelo, Altea, 2003.

Fuster L.: “Anotaciones del Cura D Juan Bautista Cremades Peiró sobre la Construcción de la Iglesia de Altea”. Manuscrito del autor, fuente: Archivo eclesiástico de Altea. Inédito

Fuster L .- Barber, D.: Investigación sobre el Archivo parroquial de Altea. Inédito

Goerlich, B. Arquitectura del Eclecticismo en Valencia. Valencia, 1983

Ricaud, F. Plano de la Villa de Altea y sus contornos, Valencia 1740. Publicado en el libro: Llorens, R.:  Historia de Altea, S. XVIII, Altea, 1988.

lunes, 24 de marzo de 2025

La Fortaleza de Altea. Por M. del Rey

  La Fortaleza de Altea. Ponencia presentada en el Congreso sobre Fortificaciones en el Mediterráneo Occidental. Universitat Politècnica de València, 15-10-2015



    Perspectiva de la muralla de Altea a partir del plano de Ricaud de 1740. Dibujo del autor

La Fortaleza de Altea, una intervención de nueva planta, construida en los inicios del siglo XVII, participa de aquellas condiciones que le son propias a estas arquitecturas de fortificación, pero que por su naturaleza y por su origen, ha pasado quizás desapercibida en general entre los investigadores e incluso técnicos en la materia. Su presencia en el debate cultural viene a partir de su puesta en valor tras una iniciativa civil que tuve el honor de proponer con éxito a la Conselleria, con el soporte del Instituto de Restauración del Patrimonio de la Universitat Politècnica de València y de la Universitat d’Alacant, declarándola BIC en 2013 para pretender que a partir de este momento se iniciara un proceso de conservación y protección que aún estamos esperando por parte del Ayuntamiento, en primera instancia, y con el apoyo de  la Consellería.

La primera imagen de Altea, 1898, sin la nueva iglesia y con el baluarte de la Senyoria en el extremo norte de la muralla

ORIGEN 

La Fortaleza alteana pertenece tardiamente al sistema de defensas de la costa que a lo largo del XVI se establece a el mediterráneo español, pues cuando el Duque de Maqueda y Juan B. Antonelli hablan del castillo de Altea se refrieren al de Bellaguarda, una fortificación de origen islámico, más tarde fortín cristianizado tras la conquista. Es a finales del s XVI cuando el Vicecanciller Frígola en una comunicación a través de los Consejos Valencianos, dado lo despoblado del lugar y el poco rendimiento de tierras, aguas y mares de Altea, y aplacado el poderío turco tras su descalabro en Lepanto, años atrás, cuestiona la pertenencia de la baronía de Altea al dominio de los Palafox; a lo que se unen las durísimas críticas oficiales al Castillo de Bèrnia en una comunicación a la Corona, fuerte construido por Juan B. Antonelli unos años antes, llegando Vespasiano Gonzaga, en su visita, a compararlo con “… ermita en Monserrate…”. Propone el vicecanciller la posibilidad de una nueva fortaleza en un lugar incierto que da a estudiar a los especialistas en la materia: Cristóbal Antonelli, Fray Carmelo y Pedro de Valencia, que visitaron estas tierras en sus viajes a las obras que por ese momento estaban realizando para levantar el Pantano de Tibi. Aconseja el Vicecanciller la refundación de la Nueva Altea con la construcción de una fortaleza que acoja un caserío de 500 casas por un montante aproximado de seis mil ducados. Fortaleza que permita un lugar seguro para la costa y facilite el desarrollo económico del valle.


Memorándum del vicecanciller Frígola y títulos del Señor de Altea
 
Tras esta documentación no se tiene noticia hasta el 1604 con el inicio de la construcción de la nueva ciudad a la que se le otorga nueva Carta Puebla en 1617 bajo el dominio de los Palafox. Esta condición será precisamente lo que marcará el carácter y la arquitectura de la fortificación: definida por un sistema de “casa-muro” que incluye solo fábricas de sillería en sus esquinas abaluartadas y en el castillo, donde las fábricas de sillería se distinguían del resto.


Documentación de Felipe III . concesión de la Carta Puebla

2.- EL INTERÉS DE LA FORTALEZA como estructura de nueva planta.

La Fortaleza de Altea fue una bien valorada intervención arquitectónica y militar a tenor de los halagos de la Corona al señor de Palafox al concederle la carta de refundación. Una mole imponente sobre la acrópolis con gran poder disuasorio, incluso defensivo, que propició un fuerte desarrollo demográfico y económico del lugar.

Tal es su éxito que aquel lugar despoblado se  transforma en una próspera ciudad situada entre la primera quincena de las poblaciones del reino por número de habitantes en el siguiente siglo, destacando entre las de economía más diversificada y saneada, como indica la bibliografía de la época. Condición y realidad poco estudiada por  estudiosos e historiadores que no han incidido en la condición de Altea como centro de poder económico de las tierras de los Palafox en el Valle de Guadalest y salida al mar las baronías más allá de Confrides de estos dominios señoriales, muy vinculados a Altea por aquel entonces.

La villa fortificada y su gran capacidad expansiva quedó plasmada en el cuidado plano del ingeniero militar don Francisco Ricaud de Frigalle, donde podemos ver el caserío intramuros, la muralla y los arrabales existentes 120 años después de su fundación extramuros de la fortaleza, lo que da noticia del éxito del nuevo asentamiento. Arrabales del Pla del Castell, en torno al antiguo camino de Polop; el Raval de Sant Pere o de Pescadores, Las Faldas de la colina que se extienden hasta las inmediaciones de Bellaguarda donde se seguía manteniendo parte del antiguo castillo o restos del mismo, tal como indica la planimetría dieciochesca.

          AUTORIA
El Memorandum de Frígola evidencia la autoría de los encargos de estudios para la nueva ciudad fortificada; de la lectura del Memorandum se desprende que al escribir el texto se tiene ya cierta idea sobre contenido, presupuestos y quizás algo más. No hay noticia fehaciente que el autor de lo construido fuera Cristobal Antonelli o sus colegas en Tibi. Si conocemos que en esos momentos el ingeniero, influido por su tío Juan Bautista, pero también por los consejos del anterior Virrey Vespasiano Gonzaga, personaje atento y versado sobre arquitectura defensiva, está trabajando en la misma Altea en la Torre de la Galera y en Calp para los Palafox, personajes que en ese tiempo han emparentado con el propio virrey, lo cual, quizás, nos daría una explicación a la permanencia del dominio señorial -contra la opinión del Frígola-  y a la vez la construcción de lo pretendido por la Corona, incluso –pero eso sería una suposición- propiciaría la presencia de un ingeniero de la Corona en los dominios de los Palafox.


          CUALIDADES
En el trazado y en la propia arquitectura podemos observar varias cuestiones:
1.- La planta hace de alguna manera referencia a su momento histórico, aquel en el que se atienden a los consejos de Vespasiano Gonzaga y a la  junta de ingenieros que propicia la Corona tras el fracaso de defensa de la Veletta en Malta, y sobre su crítica al tratadismo formal en aras a una adecuación a la orografía y una ausencia de intereses retóricos en la geometría buscando una mayor eficacia militar. El plano de la Fortaleza de Altea es un buen ejemplo de estas nuevas teorías pero no tenemos tiempo de exponerlo detenidamente.
2.- En la planta de la Fortaleza hay que destacar dos episodios de particular interés. El primero, la tenaza que define la entrada de Polop, con la cortina central, el baluarte de esquina y la torre romboidal del castillo, definiendo una geometría muy eficaz en la defensa de la puerta.  El segundo, el frontis sureste, el marítimo, con la inflexión central y los dos baluartes fortificados a ambos lados, en particular la Casa de la Senyoría, que asimetriza la forma incidiendo en el interés por defender con artillería la aguada del Algar, insistiendo con ello en la definición poco retórica y asimétrica de estas nuevas bastidas del XVII español
3.- La propuesta de casa-muro como sistema de máxima rentabilidad económica en la definición y construcción de la muralla
4.- Las trazas del caserío que si bien no atienden a la estructura propia de las bastidas tradicionales valencianas del Trescientos, tiene algo de ellas, quizás con una cuarta calle que desdibuja el esquema a tres: Baix, Enmig, Dalt. ( desdibujado quizás por efecto de la compleja orografía) 


3.- DESCRIPCIÓN DE LA FORTALEZA de Altea y su recinto interior.-



Plano de F. Ricaud  de 1740 / Perspectiva de Miguel del Rey 2013
 


Casa Muro / Casa Calle Fonda 8. Sección y planos
La muralla se define como una estructura de planta cuadrilonga en dirección noreste- suroeste asentada sobre la acrópolis de la colina principal, construida sobre un sistema murario que en la parte externa mide entorno a los 10 palmos valencianos -8 en algunos casos- y que en planta inferior incluye bóvedas de cañón para sobre ellas levantar muros paralelos a las murallas y construir el caserío.

La sección de la muralla varió con el tiempo. En origen definida por lienzos ciegos de mampostería con argamasa de cal dispuestas en talud con un adarve superior que está perfectamente definido en los planos de Ricaud y coincide con los fragmentos existentes en la actualidad del paso de guardia. Paso que debió quedar como servidumbre tras las transformaciones edilicias del s XVIII que elevaron la altura de los edificios. Este adarve bordea los lados noreste y sureste de la muralla, no los restantes, que debido a lo escarpado de la orografía, se debió considerar que no era conveniente o necesario.

P      PUERTA
En origen la muralla incluía dos puertas: el Portal del Castell o de Polop, abierto al oeste y hoy inexistente, y el Portal Vell, o Puerta de Valencia, abierto al Camino Real en el lienzo norte de la muralla, una puerta en uso muy bien conservada en su parte interna, menos en el exterior, donde se puede observar el carácter de estas fortificaciones con cierta condición doméstica. A mediados del siglo XVIII, en 1743, y dada la presión demográfica y la importancia del Raval de Sant Pere se abre el Portal Nou en el punto de inflexión del lienzo a Levante.



Portal Nou
El Portal Nou se restauro en el año 2013, proyecto del cual fui autor. Conseguimos recuperar las trazas antiguas y parte de las fábricas, tras las intervenciones decimonónicas que supusieron el derribo, robo de la sillería de estos elementos singulares de la muralla, además de la vulgarización de soluciones constructivas para evitar en algún caso la ruina, como ocurrió en el Portal Nou, un portal clasicista en origen del cual solo restaba la traza, las jambas interiores del portal y el espesor de la muralla, además de la huella de tres dovelas que nos dieron el apoyo necesario para saber cómo era el arco

          ELEMENTOS DEFENSIVOS


Disponía la muralla de 4 elementos defensivos complementarios: la Torre junto al Portal Vell, el Castillo en si con el baluarte de la esquina suroeste, aún hoy existente que formaba parte de la tenaza, la Casa del Comú i Justicia, en el ángulo sureste y la Casa de la Senyoría en el ángulo noreste de la muralla. Baluartes en esquina definidos por grandes masas y artillados, dos de los cuales: Castillo y Casa de la Senyoría acabados en forma más o menos estrellada y con batterias artilladas en cubierta de dimensiones adecuadas para maniobrar los cañones de que dispone. De estos elementos hoy desaparecidos, nos quedan planimetría, secciones e imágenes fotográficas en algún caso, debiendo señalar que no se han realizado en ningún momento estudios arqueológicos en lugar alguno.



Detalles de ciertos elementos de la fortaleza: Casa del Comú y Torreón de la Senyoria. Dibujos del autor

Pero si interesante es la muralla y sus trazas, tanto lo es el sistema de calles y el parcelario; calles paralelas en dirección noreste-sudoeste definidas a partir del trazado de la calle mayor que une el portal Vell, con la plaza de la iglesia. Las calles del interior de la fortaleza se conservan en la actualidad con su trazado inalterado, solo la toponimia ha cambiado. En su tiempo se llamaban: Carrer Majord´Enmig y de Baix, o Fondo en este caso, más una cuarta calle llamada del Forn. A ellas hay que añadir las perimetrales de este a oeste: la de la Señoría, bordeando interiormente el lienzo septentrional y la de la Carnicería o de la Escuela –hoy de Santa Bárbara-, y entre ambas la del Garroferet y la de Jesús. Estructura que se conserva inalterada en la actualidad, salvo un edificio derribado hace unos cuarenta años y en la actualidad es un desafortunado mirador que rompe la estructura histórica del recinto y que necesita de una reinterpretación que permita cerrar espacialmente la plaza dejando paso a dicho mirador.

4.- Elementos existentes en la actualidad en lo que fue la Fortaleza de Altea.-
Portal Vell o de Valencia

-      Muros de la muralla de casa-muro en los lienzos noreste y sureste, con edificios originales remodelados en su mayor parte sobre la base de los muros originales y el parcelario original. Intervenciones en su mayor parte realizadas en la Calle de la Senyoría (C. Salamanca) durante el siglo XVIII y posteriormente en el XIX y sobre el lienzo de Levante en el siglo XX, con infortunadas intervenciones en la última década. En el resto quedan las trazas dentro en parte del caserío existente.

Restos del paso de guardia en el lienzo norte de la muralla

-          Trazas completa del caserío renacentista con las calles originales y los solidos de las manzanas fundacionales. Señalando que en la calle Mayor las trazas de los edificios son las originales hasta la tercera crujía con la definición de la línea posterior de fachada en algunos casos.

Alzado actual de la muralla norte. Dibujo del autor

Sección de la muralla en el Portal Vell 


-          En volumen restan las puertas denominadas: Portal Vell (S. XVII) y el Portal Nou (S. XVIII).

-          Punta de estrella del extremo del baluarte en la esquina suroeste de la plaza que configuraba el paño de la puerta de Polop.



Plano de la restauración del Portal Nou y vista nocturna del mismo. Arq .M. del Rey

5.- Los elementos hoy desaparecidos.-    

Planos del Castillo y perspectiva.
          
Las trazas del castillo
En planta un cuerpo cuadrado perfecto con garitas en las esquinas al cual se adosa un rombo emergente y acabado en punta de flecha saliendo hacia fuera para defender la puerta de acceso al castillo


Planta y secciones del castillo interno a la fortaleza

El Baluart del Comú
Se encontraba al fondo del Carrer de la Carnissería junto al callejón de la cárcel. Una pequeña escalera adosada al muro subía hasta las dependencias de la Casa de la Vila. Desde allí se podía observar al adarve de la muralla sur.

Baluarte del Comú i Casa de la Vila
  
La casa de la Senyoría se definía como un baluarte artillado de gran presencia que dominaba con su fuego la desembocadura del río Algar; constaba de una gran mole de planta cuadrada sobresaliente de las trazas de la muralla y con los muros de sillería ataluzados y con un cordón que recorría su fachada a media altura y potenciaba su aspecto de fortaleza.

Castillo y baluartes que desaparecieron a finales del siglo XIX e inicios del S. XX, quedando constancia de alguno de ellos en imágenes de época. Las variaciones sobre las trazas originales en la planta de la Fortaleza se centran en la traza de la iglesia, que se ha retranqueado unos 5 metros sobre la línea original. La desaparición de los baluartes y del castillo han creado glorietas y ampliado la plaza. Ha desparecido una edificación del lienzo sur que desvirtúa el recinto cerrado de la muralla en la plaza, pero esta ciudad fortificada  es una parte esencial de nuestra actual Altea, que retoma con vitalidad la nueva etapa de defensa de su valor patrimonial.


 Altea 1910, con el baluarte de la Casa de la Senyoría a la derecha



















domingo, 2 de marzo de 2025

Les arquitectures que dibuixen l'Horta, per Miguel del Rey. Publicat al LLibre "Veus per l'Horta" Val 2013, Universitat de València


 LES ARQUITECTURES QUE DIBUIXEN L'HORTA

Per J. Miguel del Rey.        Capítol al llibre “Veus per l’Horta”

L'Horta reuneix una sèrie de característiques que expliquen l'existència d'un ampli patrimoni rural en el qual cal distingir, tant la varietat , com la qualitat i el nombre d'elements patrimonials. En primer lloc , per ser un espai agrari densament poblat i de manera continuada en el temps , d'aquí la seua densitat i riquesa tipològica. Un espai rural dominat per la presència d'una ciutat, València, amb particulars relacions entre territori i ciutat: de domini, de mercat i d'estructura territorial, i d'aquí la seua varietat i qualitat arquitectònica .

Imatge de Carles-Francesc publicada al llibre 

La seua condició agrària de gran valor, al costat d'una construcció del territori ben estructurada i depurada pel tamís del temps, genera un complex i interessant paisatge on destaca un sistema patrimonial arquitectònic amb un ampli repertori de cases pageses que acullen a diferents grups socials: pagesos, propietaris agraris i pescadors -al costat de les platges o l'albufera -, a més d'un important nombre de cases senyorials. Estructura que sense discontinuïtat en el temps s'ha assentat en el territori; en un primer moment , després del Repartiment, a partir de grans alqueries envoltades de cabanes i tuguriums que van albergar a serfs i colons, i més tard habitant edificis dispersos, o formant alineacions, o, si s'escau densificant les alqueria medievals i creant nuclis rurals agrupats les arquitectures que han arribat fins a nosaltres

La presència al centre de l'Horta de la ciutat de València, va propiciar la presència de importantíssimes alqueries senyorials en el seu entorn, construïdes al llarg del temps per influents famílies del regne; en moltes ocasions vinculades a les cases que els mateixos propietaris tenien a la ciutat , amb una relació particular i complementària entre elles, doncs complien, al costat de les funcions d'una explotació agrària, la comesa de proveir a la casa senyorial i albergar a la família en determinats moments, crítics, lúdics o estacionals. Relació que més tard va imitar la burgesia agrària i financera, instal·lada a la València liberal.

Només les arquitectures més arcaiques estan absents de l'univers arquitectònic de l'Horta. Pocs vestigis queden, excepte el parcel · lari i en algunes estructures de reg del passat romà o islàmic. Només el gust per la intimitat o certa manera d'habitar que reprenen els nous pobladors després del Repartiment. Tampoc existeixen assentaments rurals de primera generació, d'autoconsum, l'Horta és una zona on l'intercanvi i el mercat és llei des de temps molt antics. Trobem, això sí, cases de planta basilical, similars a les més arcaiques cases pairals catalanes, però amb la variant dialectal local que adopta influències islamitzants en la seua relació amb l'exterior , cases d'una o diverses crugies, palaus rurals construïts com cases-pati, barraques de coberta vegetal , de les que hi va haver una varietat important de juxtaposicions i maclajes entre els diferents cossos que configuraven la granja camperola, a més de porxades, assecadors, etc . Arquitectures que es dibuixaven en un paisatge fràgil construït per un sistema de sèquies en palmeta que s'obrien des del Túria sobre un parcel·lari generat en part per antigues centuriacions romanes. Paisatge que ha canviat en el temps, des de sistemes tancats per bardisses i vorejats d'arbrat, a camps oberts de conreus herbacis, on la profunditat de paisatge és parella de la seua fragilitat.

Altres elements que defineixen el paisatge són els camins , amb la seva estructura i traçat , els seus ponts, creus de terme, les pròpies entrades a la ciutat. Camins com el de Godella, Moncada, Torrent, tan transformats que assumeixen un trànsit de vegades impossible, o bé camins més tranquils com el Camí del Molí de la Campaneta, el del Pou d' Aparisi, d'Alfara , del Petxinar, etc., que ens permeten recórrer la varietat paisatgística que encara podem gaudir a l'Horta. Les sèquies, per la seva banda, són l'expressió de la cultura de l'aigua; una xarxa i una cultura que inclou possiblement fragments en ús des de temps de fundació de la pròpia ciutat i territori, on cal distingir enginys i arquitectures de gran interès com els assuts , les llengües , els sifons , els molins, els batans , que construir sobre les seves lleres. Finalment ermites , festes populars , Via Crucis , cementiris , espais i llocs on la idea de comunitat, de poble, es fa realitat, com podem veure a l'ermita del Pilar , de Vera , de Santa Anna a Albal, de Sant Roc de Museros, etc.

Aquestes són les arquitectures que dibuixen l'horta , unes arquitectures que han definit un paisatge sobre el qual una nova metròpoli s'alça en ocasions aliena als seus valors, perdent en aquest cas tot un potencial de memòria i de cultura que potser pogués ser de gran valor per construir una nova metròpoli diferent , més pròpia, menys global, però més autèntica.

LAS ARQUITECTURAS QUE DIBUJAN LA HUERTA

Capítulo del Libro “Veus per l’Horta” Valencia 2014. Imagen de Carles-Francesc

 (cast) L’Horta reúne una serie de características que explican la existencia de un amplio patrimonio rural en el que hay que distinguir, tanto la variedad, como la calidad y el número de elementos patrimoniales. En primer lugar, por ser un espacio agrario densamente poblado y de manera continuada en el tiempo, de ahí su densidad y riqueza tipológica. Un espacio rural dominado por la presencia de una ciudad, Valencia, con particulares relaciones entre territorio y ciudad: de dominio, de mercado y de estructura territorial, y de ahí su variedad y calidad arquitectónica.

Su condición agraria de gran valor, junto a una construcción del territorio bien estructurada y depurada por el tamiz del tiempo, genera un complejo e interesante paisaje donde destaca un sistema patrimonial arquitectónico con un amplio repertorio de casas campesinas que cobijan a distintos grupos sociales: labradores, propietarios agrarios y pescadores -junto a las playas o la albufera-, además de un importante número de casas señoriales. Estructura que sin discontinuidad en el tiempo se ha asentado en el territorio; en un primer momento, tras el Repartiment, a partir de grandes alquerías rodeadas de cabañas y tuguriums que albergaron a siervos y colonos, y más tarde  habitando edificios dispersos, o formando alineaciones, o en su caso densificando las alquería medievales y creando núcleos rurales agrupados cuyas arquitecturas que han llegado hasta nosotros.

La presencia en el centro de l’Horta de la ciudad de Valencia, propició la presencia de importantísimas alquerías señoriales en su entorno, levantadas a lo largo del tiempo por influyentes familias del reino; en muchas ocasiones vinculadas a las casas que los mismos propietarios tenían en la ciudad, con una relación particular y complementaria entre ellas, pues cumplían, junto a las funciones de una explotación agraria, el cometido de abastecer a la casa señorial y albergar a la familia en determinados momentos, críticos, lúdicos o estacionales. Relación que más tarde imitó la burguesía agraria y financiera, instalada en la Valencia liberal.

Solo las arquitecturas más arcaicas están ausentes del universo arquitectónico de l’Horta. Pocos vestigios quedan, salvo el parcelario y en algunas estructuras de riego del pasado romano o islámico. Solo el gusto por la intimidad o cierta manera de habitar que retoman los nuevos pobladores tras el Repartiment.  Tampoco existen asentamientos rurales de primera generación, de autoconsumo, L’Horta es una zona donde el intercambio y el mercado es ley desde tiempos muy antiguos. Encontramos, eso sí, casas de planta basilical, similares a las más arcaicas casas pairales catalanas, pero con la variante dialectal local que adopta influencias islamizantes en su relación con el exterior, casas de una o varias crujías, palacios rurales construidos como casas-patio, barracas de cubierta vegetal, de las que hubo una variedad importante de yuxtaposiciones y maclajes entre los distintos cuerpos que configuraban la granja campesina, además de porxadas, secaderos, etc. Arquitecturas que se dibujaban en un paisaje frágil construido por un sistema de acequias en palmeta que se abrían desde el Turia sobre un parcelario generado en parte por antiguas centuriaciones romanas. Paisaje que ha cambiado en el tiempo, desde sistemas cerrados por bardisses y bordeados de arbolado, a campos abiertos de cultivos herbáceos, donde la profundidad de paisaje es pareja a su fragilidad.

Otros elementos que definen el paisaje son los caminos, con su estructura y trazado, sus puentes, cruces de término, las propias entradas a la ciudad. Caminos como el de Godella, Moncada, Torrent, tan transformados que asumen un tráfico en ocasiones imposible, o bien caminos más tranquilos como el Camí del Molí de la Campaneta, el del Pou d’Aparisi, de Alfara, del Pechinar, etc., que nos permiten recorrer la variedad paisajística que aún podemos disfrutar en l’Horta. Las acequias, por su parte, son la expresión de la cultura del agua; una red y una cultura que incluye posiblemente fragmentos en uso desde tiempos de fundación de la propia ciudad y territorio, donde hay que distinguir ingenios y arquitecturas de gran interés como los azudes, las lenguas, los sifones, los molinos, los batanes, que se construyeron sobre sus cauces. Por último ermitas, fiestas populares, Vía Crucis, cementerios, espacios y lugares donde la idea de comunidad, de pueblo, se hace realidad, como podemos ver en la ermita del Pilar, de Vera, de Santa Anna en Albal, de Sant Roc de Museros, etc.

Estas son las arquitecturas que dibujan la huerta, unas arquitecturas que han definido un paisaje sobre el cual una nueva metrópoli se levanta en ocasiones ajena a sus valores, perdiendo en ese caso todo un potencial de memoria y de cultura que quizás pudiera ser de gran valor para construir una nueva metrópoli distinta, más propia, menos global, pero más auténtica.