martes, 16 de mayo de 2023

"RAFECS” DE LA MARINA, por J Bonilla y A. Bertolín

Homenajeando a los autores de este articulo publicado en la revista Riuraus Vius nº2 (2013), y más tarde publicaron como libro sobre el tema. Haciendo hincapié en la memoria de mi amigo Javier Bonilla, que hace un tiempo se ausentó privándonos de su irremplazable presencia

RAFECS”  DE LA MARINA

Alero en la Vall de Gallinera

Trata  este opúsculo de demostrar que es cosa propia de la dos Marinas, Alta y Baja, la costumbre característica de decorar los sofitos de sus “volaes”, con evidente raíz identitaria e intención plástica, expresiva, a veces simplemente ornamental, localizable en las fachadas de nuestros pequeños pueblos del secano montañoso que asoman al Mediterráneo. Consiste en la mutua interacción e integración entre color y forma realizada sobre los aleros de casas principales. Fenómeno datable entre el 1749, fecha del primer sofito que hemos encontrado fechado, hasta su final, cuando se impone el canalón en los comienzos de la anterior centuria.

Contrariamente, son difícilmente localizables en las poblaciones comarcales de mayor tamaño, ubicadas en el llano litoral, tendentes a soluciones de expresión constructiva más alambicadas y exigentes.

Mostramos la tan intencionada colaboración entre “obrer”, pintor y propietarios diseñando los complejos artesones con grafismos coloreados y simbologías seriadas, plasmados sobre “toves” o “rajoles”, quienes pretenden mostrar la sabiduría en el oficio, significar cada casa y demostrar el talante de sus dueños.


Rafec en Orxeta

“La fachada es la cara de la casa, aquello que todos ven, en definitiva la parte más pública del espacio doméstico. Precisamente por ello en ella podemos encontrar aquello que se quiere enseñar a los demás” según Aguilar. Cerramiento pues de índole trascendente pues separa lo público de lo privado, de lo familiar y doméstico.

Pobres casas de pueblo que cuidan su aspecto externo con detalles reveladores del afecto y preocupación que sienten los propietarios por ella, “plasmaciones que señalan la humildad y falta de pretensiones que también reflejaba el espíritu artesano popular… carácter de esta arquitectura  anónima y vernácula”, afirma Feduchi. O como sugiere en el mismo tenor C. Flores “... aún en este medio adverso, y dentro de las condiciones difíciles imperantes, el habitante de estas zonas perdidas ponía en la construcción de su vivienda un interés y unos conocimientos que hacían de ella algo digno de ser admirado pese a su innegable insuficiencia y pobreza”.



Alero en Polop

Luis Feduchi descubría nuestro tema: “… de una tendencia bastante usual en tierras levantinas. Se trata de la decoración de los sofitos de aleros y cornisas mediante la colocación de dos o tres filas de baldosines qua avanzan progresivamente en posición normal a la pared” a los que nomina “dormidos” “…los habitantes…poseen rasgos comunes en sus costumbres y sociología que hacen de cada comarca una autentica unidad natural” Caro Baroja (Citado por Feduchi).

1. LOCALIZACIÓN Y PRECEDENTES. DATACIONES

La Vall de Gallinera

Como advertíamos, es costumbre instalada siempre en pueblos pequeños, montañosos, sitos en la fachada mediterránea, a lo que hemos detectado, cuya latitud comprende desde áreas del norte murciano, (la localidad de Moratalla es realmente excepcional y emblemática),  continuada por ambas Marinas, donde sobresalen Ortxeta, l’Adzuvia, Finestrat y Benimantell. Prosigue mucho más ligeramente en la vecina comarca del “Comptat” alicantino, Vall d’Albaida, y en algún pueblo de la primera franja del secano valenciano de forma puntual. Significándose también en caseríos de “Els Ports”,  para saltar a zonas del interior tarraconense, (poblaciones  como Montblanch y Monasterios como Santes Creus), hasta culminar por el norte en el “Empordà” gironés y desde luego, en todo Aragón.

Sobre su origen, la suposición de muchísimo más fuste, sería la pervivencia de tradiciones constructoras musulmanas, que convivieron en nuestros lares casi nueve siglos “… siempre con su sentido rítmico y geométrico, dejó una huella tan profunda de su artesanía que aún hoy en día no pocas obras de ornamentación tienen un indudable fondo mudéjar” proclama Feduchi rememorando ideas del Marqués de Lozoya. Pues, efectivamente, “el alarife árabe es artesano maestro en las fábricas de ladrillo”

 

 Alero en Finestrat

 “…Aparejos de ascendencia mudéjar indudable, no solo por debajo de las fábricas sino por las guarniciones de los huecos y el sistema de verdugadas o cadenas de los muros, sardineles en dinteles y en labores con dibujos abultados plenamente moriscos, rítmicamente repetidos” según cita Lampérez y Romea. Tradición mudéjar que confirma Flores, evidente aún en Aragón, región riquísima en arquitecturas de ladrillo, donde se emplean los mismos aparejos que en nuestra comarca y algunos mucho más complejos: diente de sierra, aplantillados, curvos, etc. Incluso edificios completos se edifican empleando ladrillos vistos, además de yeserías, azulejos, etc., a la manera mudéjar como en el cercano Monasterio de Cotalba.

“Las cornisas se forman con varias filas de teja, solución de tradición mudéjar” repite Feduchi. En cualquier caso, costumbres edificatorias netamente mediterráneas, obligadas en áreas de poca madera pero abundante arcilla. Así pues, en la “España mediterránea”, se cumple un axioma: prácticamente todo el país cubre sus casas con teja cerámica y sus aleros son cerámicos.

DATACIONES.


Alero en Polop

Con rara frecuencia se significa el momento de la pintura en el sofito que, imaginamos obviamente, coincidirá con el de la construcción o también de la reforma de la casa (“se renovó Año 1822”, dice una de ellas).

Las siguientes fechas encontradas en los “rafecs”, anualidades grafiadas más probablemente por ser las de su modificación, son:

S.XVIII:                 1.749

S. XIX:  1ª mitad   1.822  - 1.834  - 1.837  - 1.838 – 1.845    

            2ª mitad     1.856 – 1.861 - 1.862 - 1.868  - 1.872  - 1.885  - 1.889 - 1.890 – 1.895 -1.896                   

S.XX:                    1.900 - 1.902 – 1.903 - 1.906 – 1.925 - 1.930

Ocupan pues mayoritariamente, en más del 80% de los casos, la centuria decimonónica. Y adicionalmente nos indican el momento en que deja de interesar la decoración de los aleros, precisamente al colocar los canalones metálicos: el tránsito entre los dos últimos siglos.

Curiosamente, sólo en Ortxeta es escriben las iniciales del propietario antes de las cifras del año. Y en una sola ocasión, también el nombre completo del amo.

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