domingo, 31 de octubre de 2021

El Bar Museo Las Vegas en Altea- Paisajes perdidos, por Miguel del Rey

El Bar la Vegas. Un paisaje perdido*

* Publicado en el libro "Paseando por las Alteas", Valencia 2016. M. del Rey

El bar Las Vegas fue, junto al bar Terraza, uno de los primeros establecimientos que se abren en Altea a finales de los años 50, rayando los 60, con una nueva manera de entender la hostelería. Un bar de tapas, un bar de vermut, un bar de copas, pero con cócteles particulares y entendiendo que una nueva clientela está presente en la economía alteana: los turistas.

Un grupo de amigos en el bar Las Vegas. Foto gentileza de L. Fuster

Sus clientes marcan un carácter que Pepe Hortelano supo potenciar perfectamente para su negocio: Las Vegas, por su nombre es un referente en sí de modernidad; con ello pretendía atraer a la bohemia artística que por aquellos años vio en Altea un lugar propio, adecuado a su manera de vivir, un lugar que ofrecía algo particularmente interesante: un paisaje y unas formas, unido a una manera de entender la vida, lo cual fascinó a una élite de pintores y artistas nacionales y junto a ellos, a sus colegas centro y noreuropeos, personajes muy diversos y tan carismáticos como Rita Hayworth o Ernest Hemingway.

        Mural de Benjamín Palencia pintado en las paredes del bar Las Vegas

Don José María Planelles, ese inolvidable alcalde moderno de aquella Altea postfranquista, nos cuenta en su precioso libro “Benjamín Palencia y Nosotros”, Alicante 1963, como se gestó este “Bar Museo Las Vegas” y de que manera se aproximó a estos personajes, con su “cen quiu veri moch”, y “cómo a cambio de un buen resopón a base de huevos fritos y buen vino tinto, un grupo de pintores empezó a pintar unos frescos en sus paredes. Allí el sueco Bengt Ellis, con el torso desnudo, pintaba personajes del mar, Sum Miller insistía en sus burros, Mike Trompe pintaba mujeres enlutadas...“.

Benjamin Palencia y José María Planelles en el bar Las Vegas

Una preciosa referencia a este paradigmático bar fue la loa del entrañable don José María a la “nikolasca”(1), la bebida insignia de Las Vegas. la construye a partir de una conversación que presenció entre Pepe Hortelano y Benjamín Palencia, dos buenos amigos:

         - Bueno, vamos a ver qué es eso (dice el pintor).

Pepe corta sendas rodajas de limón, les pone un terrón de azúcar encima, y las espolvorea con café molido. Al lado una copa de coñac, y le contesta:

       - Nos comemos el limón con el azúcar y el café, y nos bebemos los coñacs. ¡Nikolasca! Delicioso...”


viernes, 15 de octubre de 2021

El paisaje dels Quatre Cantons en Altea, entre 1890-1970. Por Miguel del Rey

 EL PAISAJE PERDIDO DE UNA SINGULAR ENCRUCIJADA*

* Publicado en el libro “Paseando por las alteas”, M del Rey, 2016

Quatre Cantons- Foto de Hnos Galiana  Casa Soler, postal n 20. Finales de la década de 1950. Colección MdR

Els Quatre Cantons fue el centro del pueblo cuando éste decididamente trasladó, hacia los finales del siglo XIX, su centro neurálgico a la parte baja,  abandonando casi a su suerte la antigua Vila, la fortaleza que fue el origen de esta nueva Altea. La plaza del Convento, plaza de la República en otros tiempos, albergó el poder político y el judicial; incluso la propia iglesia del convento tomó cierto protagonismo como templo de una burguesía asentada en la costera de Moncau y la actual calle Conde de Altea, junto a las clases populares que seguían asentadas en la parte sur, en el arrabal del Mar y la calle Canalejas de la época. En sus inmediaciones se ubicaron el mercado y los mejores comercios, como la Casa Soler -el Marinero, con su policromía y sus formas tradicionales- la elegante casa de Andrés el Puso, con su amplia tienda de ultramarnos, junto a los casinos principales del pueblo, el de Peparra, donde desde finales del S. XIX se reunían las fuerzas liberales, el de Jaumet y el Casino de Canasta

Vista de la calle del Mar y els Quatre Cantons en el primer tercio del s. XX. Publicada en “Colección 1896-1955". L. Fuster y otros.

La plaza y la Costera de Moncau, con sus distintos nombres a lo largo del tiempo, fueron la puerta de acceso a la parte alta del pueblo, por donde pasaban las recuas de “matxos i burres” para subir los carros con alga a los corrales y los campos, calle donde ya dijimos, se asentó la burguesía a finales del siglo XIX e inicios del XX con algunos edificios de cierto interés, hoy desaparecidos; tan solo restan, el pequeño grupo que envuelve a la iglesia del San Francisco. Desaparecieron las casas del Sabater, de Asensio, la Casa Aynat, que fue ocupada por la boca de la nueva Avenida. Casas que creaban un sólido frontis urbano, compacto y con un lenguaje unitario de cierto interés, frente a las cuales se levantaba el airoso edificio de la familia Calvo, con su elegante escalera, su huerto posterior y la bien equipada tienda de ultramarínos de El Puso

            Calle Alférez Beneyto y casas de la Placeta, con el Convento y la casa de Diego el Sabater. Colección L.F.

La placeta conservó su sabor hasta mediados de los años 1980, cuando tras el derribo del convento, la piqueta acabó de manera inclemente con el paño de casas que con él se alineaban, dejando un vacío que aún hoy sufrimos. Con ello desaparecieron los bares característicos de mediados del siglo XX, como ya hemos indicado; desaparecieron el famoso bar Lledó, el Internacional en su primera ubicación, el Moderno, más tarde llamado Capri. Todos fueron poco a poco desapareciendo tras su momento álgido en los años 60 y 70 del 1900.

Esquina de la Placeta del Convent con Conde de Altea. Ediciones de Casa Soler, sobre la década de 1960. Colección MdR

La calle del Mar, llamada de Canalejas, o más tarde del Generalísimo, fue una de las principales calles que confluían en la placeta. De ella podemos señalar el trazado rectilíneo, potente, que alargó el pueblo hacia la Estación, donde se construyeron algunas casas que conservan el sabor tradicional del antiguo caserío; son reflejo de aquellas casas de ajustadas dimensiones que se construyeron ajustadas entre la playa y la carretera nacional desde los últimos años del siglo XIX, y que tomaron empuje tras la construcción de la Estación en 1914. Su interés, está tanto en sus formas y elementos de arquitectura, como en la escala urbana que crean y conservan, lamentablemente rota por la presencia de arquitecturas en exceso especulativas que destruyen el perfil del antiguo arrabal de San Pedro. De su arquitectura podemos distinguir su gusto popular con atractivas balconadas, rejería, aleros, composiciones de fachada y en algunos casos el acabado pintoresco de sus fachadas al mar.

 

  Calle Alférez Beneyto, hoy Moncau,, en lateral derecha fachada parcial de la antigua casa Aynat. más abajo las casas de Carmen Asensia, las Galanas, etc. Foto Hnos. Galiana. Gentileza de V. Sellés.

Mención especial hay que hacer de las imágenes que se conservan de esta calle los años primeros y centrales del siglo XX, fotos realizadas desde el sur y desde el norte. Se puede distinguir la fotografía de los Hnos. Galiana para la Casa Soler, con la vista en primer plano de un taxi de la época, el antiguo Ford del Pelut, en el que este autor tantos viajes realizó en su niñez entre Altea y una masía de Altea la Vella. Entre los bancos y banquetas del automóvil, cabíamos una familia amplia, y esperábamos los domingos a las 10,30 en la masía para ir a misa de once al Convento. La luz y la vida que refleja la foto la convierten en una de las instantáneas más logradas de la fotografía alteana de todos los tiempos, capaz de hacer revivir un lugar y un ambiente. Hay que señalar el interés de las arquitecturas perdidas en torno a la Placeta y la calle Alférez Beneyto, hoy Montcau, cuyos edificios definían un interesante entorno urbano.

 

 


sábado, 2 de octubre de 2021

El Portal Nou de la Murada d'Altea. Per Miguel del Rey

PORTAL NOU. Carrer Fondo. Parte alta del centro histórico de Altea  1743- Restauración, Miguel del Rey, Arq. 2013

*Publicado en el libro “Paseando por las alteas” Valencia 2016- M del Rey


El Portal Nou Restaurado. Parte interior de la muralla. 2013. Foto MdR

(Cast) El Portal Nou se abrió sobre el lienzo de la muralla de Levante de la fortaleza de Altea en el año 1743 para facilitar el acceso desde el populoso arrabal del Mar, una zona densamente poblada de pescadores y marineros que a través de empinadas cuestas accedían a la villa fortificada. Se abrió unos pocos años después del levantamiento del plano de Francisco Ricaud (1740), pues en él no consta. Se trataba de una puerta de trazas clasicistas, con un arco de amplias dovelas sobre un lienzo revestido de piedra de las canteras de Les Rotes o Bellaguarda, dispuesto en piezas de buena dimensión y junta horizontal; piezas de las que quedan restos, como podemos ver en la imagen última de este capítulo. La anchura del lienzo sobre el que se construyó la puerta no sobrepasaba en exceso al propio arco, como podemos ver por los restos existentes sobre el muro. La sección de la muralla se abocinaba y se acababa en sillería, cubriendo el vano con bóveda, sobresaliendo de este sistema las jambas de la puerta en la parte externa de la muralla. El vano posterior que daba paso a la calle Honda, tras pasar el edificio superior, se resolvía con un arco carpanel. Una pequeña dilatación del viario permitía el giro de carruajes

Tras el derribo del castillo y del baluarte de la Casa del Comú, a mediados del siglo XIX, ya obsoleta la muralla, se abrieron huecos sobre ella desde las casas, expoliando sillares y fábricas de los baluartes y de la propia puerta, arrasando su arquitectura y borrando prácticamente las huellas de esta elegante puerta.  En su lugar se construyó un arco abovedado sin pretensiones y de mala factura, permitiendo la apertura de vanos de la planta superior sobre las propias dovelas de puerta, como podemos ver en la imagen de 1894 que acompaña al texto. La puerta tuvo hasta 2013 una mala vejez con muros y acabados de poca calidad que ocultaban los restos de la sillería que allí se encontraban. Se había perdido completamente la memoria gráfica de este portal y de su arquitectura, no encontrándose documento alguno que lo describiera, quedando tan solo restos de las trazas, de las fábricas y de la materia que la construían. Una dudosa reconstrucción del edificio que ocupa este espacio de la muralla no ayudó en absoluto a una puesta en valor, todo lo contrario, destruyó parte de los muros de sillería e invadió con una ventana y un voladizo -hoy eliminado- parte del espacio de la arquitectura original de la puerta.

Vista del Portal Nou sobre 1960 en estado de absoluto abandono, foto de Lisard Arlandis. Vistas de Altea, serie 3ª. ed Aitana. Colección MdR

A partir de los restos, de las huellas, de los sillares encontrados, se ha conseguido conocer como era y restaurar gran parte del portal, conduciéndolo a su forma original y recuperando casi completamente los muros interiores del portal que enmarcan el espesor de la muralla, además de los quicios de esta puerta de la muralla, recuperando incluso en la sillería el espacio faltante donde se alojaría la antigua pieza de ensamblaje del quicio con la puerta; en su lugar se ha colocado una madera atendiendo a las dimensiones originales del gozne de la puerta. La reintegración parcial del arco dieciochesco se ha dispuesto con la construcción de tres dovelas de piedra arenisca similar a las originales, de iguales dimensiones, que marcan el arranque del arco y llegan hasta el trasdós del arco original. A partir de ellas el arco se construye con la dimensión adecuada pero con unas nuevas dovelas más pequeñas que las originales que permiten pasar el arco bajo el vano de la ventana existente. Estas piedras son distintas, de caliza gris pardo proveniente de una antigua cantera de la sierra de Bèrnia. Todo ello nos permite una imagen clara de cómo fue en origen, de cuáles fueron sus dimensiones y de qué inclinación tenía el talud del cuerpo inferior de la muralla renacentista.

Planos del Proyecto de Restauración, planos del autor. MdR

Respecto al muro posterior que abre fachada a la calle Honda, se han encontrado los sillares que marcaban el ancho del paso del antiguo arco existente; sillares de piedra arenisca unos y caliza otros. Sobre ellos existía, en el momento de la restauración, una fábrica de obra incierta degollada a unos 40 cm por encima del arco al construir la estructura de la casa que se levantó sobre el portal hace unos 10 años, quedando suelto este fragmento de muro que incluía el arco carpanel, el cual se ha reconstruido, manteniendo la forma y la memoria histórica en este espacio.

 

Portal Nou, apertura al carrer Fondo, 2013. Foto MdR

La oba fue realizada entre julio y agosto de 2013 por la empresa de José Ripoll bajo la dirección del arquitecto que suscribe el libro, la atención del arqueólogo Jaume Martínez, a instancias del Ayuntamiento de Altea y ajustándose a mínimos presupuestarios que marcan necesariamente la obra de restauración.

 

El Portal Nou. Vista nocturna. Foto MdR

(Val) LA RESTAURACIÓ DEL PORTAL NOU D'ALTEA. Miguel del Rey Aynat

Al llarg dels mesos de juliol i agost de 2013 es van realitzar per part de l'Ajuntament d'Altea les obres de recuperació i restauració realitzades per l'Empresa de José Ripoll baix la direcció de l'arquitecte Miguel del Rey, amb la supervisió arqueològica de D. Jaume Martínez.

Vista del frontis del arco del portal con tres sillares repuestos similares a la huella de los existentes, más los restos de las fábricas de sillería existentes. El resto del arco es de nueva traza conservando las dimensiones pero distinguiéndose de los sillares de origen. El arco posterior es un carpanel similar al original de 1743. Foto MdR

Les obres es van centrar en la recuperació de les restes originals de la porta oberta a 1743 sobre la muralla de Llevant per facilitar la connexió de la Vila amb el populós raval de Sant Pere o de Peixcadors. Es va observar l'existència de carreus sota la porta que ha estat configurant el portal des de mitjans del segle XIX, possiblement des de la desaparició de la muralla i la desaparició de la major part del cadirat que construïa la porta, restes de la qual es poden veure en alguns edificis propers al lloc o als murs dels aterrassaments de la glorieta propera. De la mateixa manera es va observar en la part esquerra de la porta l'empremta dels carreus i de les dovelles desapareguts, definint un fragment de l'extradós de l'arc original de la porta del segle XVIII, la qual cosa ens va donar un suport excepcional per poder conèixer les dimensions i la forma d'aquestes peces que construïen una porta neoclàssica.

Amb aquestes dades es va abordar la restauració del Portal, l'eliminació de la  configuració que ocultava les restes originals i es va eliminar algun element que envaïa l'escena de la porta, el qual encara no permet la completa percepció de l'arc, es tracta de la balconada superior, obert a mitjan segle XIX com a finestra enrasada a façana i que després d'una desafortunada intervenció sobre aquest edifici va construir un voladís que no permetia restauració alguna.

Les fàbriques originals van patir  molt en aquests cent cinquanta anys, a més de l'espoli del cadirat, es van enfrontar a la construcció d'un nou arc que resolgués la capacitat portant de l'arc desaparegut, per la qual cosa es va construir un arc de profunditat capaç de suportar el ample del mur de la muralla en pedra calcària de Les Quintanes conformat per diverses rosques d'estretes dovelles,  biax el qual van quedar ocults els carreus originals que conformaven els murs inters originals del Portal i que ara hem recuperat. L'estructura de formigó de la casa que sobre ell hi es va construir de nou sense atendre a les restes de carreus existents.

Sobre la intervenció cal assenyalar que es va reconstruir de l'arc posterior que obri al Carrer Fondo, per a això s'han realitzar unes cates on en què es van trobar els carreus que marcaven l'ample del pas de l'antic arc; carreus de pedra sorrenca uns i de calcària altres, havent-se deixat al seu lloc aquests carreus per marcar la dimensió original de l'obertura. Donada la mala factura de l'arc i la seua inestabilitat estructural, i no és un element protegit en si, es va determinar la demolició, havent-se construït una rèplica exacta del mateix de manera que es va garantir l'estabilitat de l'obra, en ser un pas molt transitat, mantenint la forma i la memòria històrica en aquest espai.

A l'entorn de l'arc del Portal Nou es va eliminar la volada en formigó del balcó superior que a més d'afectar a la percepció del Portal, impossibilitava la construcció de l'arc amb les dimensions de les dovelles originals, ni de cap mesura. Després d'aquesta operació es van picar i sanejar els murs immediats a l'arc, deixant vistes les petjades dels carreus originals, així com la presència dels nous pilars de formigó de la nova estructura de la casa superior.

La reintegració volumètrica parcial de l'arc del segle divuit s'ha disposat amb la construcció de tres dovelles de marès similar a les originals, d'iguals dimensions, que marquen l'arrencada de l'arc i acaben sobre el trasdós de l'arc original. A partir d'elles l'arc es construeix amb l'amplada adequada però amb unes noves dovelles que permeten passar  baix la finestra existent. Aquestes pedres són diferents, són calcària de color gris bru provinent d'una antiga pedrera de la serra de Bèrnia.

Els murs sobre els quals s‘alça l'arc mantenen el tarús original, igual que el mateix arc,  el de la muralla renaixentista. Aquests s'han construït amb maçoneria calcària a partir de les pedres sobrants de l'antic arc; lluin-se amb un morter bastard de calç, limitant la intervenció per un enfonsat de 15 mm que emmarca l'àmbit d'intervenció. A l'interior de l'arc s'ha disposat a la part superior una volta reglada que configura la part superior del portal.

S'ha practicat una neteja de paraments de pedra; neteja manual amb raspall i esponja, sanejat de carreus, picat de morters i la seua substitució per morters bastards de calç i ciment amb sorres de riu que li donen color. Tot això mitjançant raspall suau o, si s'escau la projecció en sec, amb equip de raig de silicat d'alumini granulat (sense sílice lliure ia baixa pressió (0.2 - 1.5 bar) i amb un angle de 45º o inferior, per a posterior reintegració volumètrica amb morters petris específics de restauració tipus PARROT o similar, d'alta resistència i similar acabat a la pedra existent en l'actualitat, per a més tard sanejar i rejuntar les seues juntes amb morter de calç lleugerament acolorit amb pigments o terres naturals, i tonificant les pedres que es han reposat en els espais que falten.