domingo, 23 de diciembre de 2018

Un pueblo de piedras, cal y yeso. Los paisajes de las canteras alteanas, por Miguel del Rey (cast-val)


Los paisajes de las canteras alteanas

Capítulo del libro “Paseando por las alteas” Miguel del Rey, Valencia 2016., Pag 312-315- Cast-Val.


(cast) Altea ha sido desde milenios tierra de molta pedra, piedras varias, de calidad, distinguiéndose materiales de naturalezas muy distintas, unos formados por sedimentación y fuertes compresiones tectónicas de componente caliza, otras areniscas y otras de origen volcánico procedentes de la solidificación del magma, como el basalto y el pórfido; rocas compuestas por feldespato y piroxeno en el caso del basalto, con una coloración negra y tonos verdosos, o bien, en el caso del pórfido, un magma que une cristales de feldespato y cuarzo, con un tono rojizo muy oscuro.

Piedras de buena calidad, que en el caso de las calizas incluían vetas y discontinuidades que no permitían grandes sillares o bloques de ciertas dimensiones. Las calizas se distinguían en dos clases, por su color y resistencia, la negra y dura de Les Quintanes y la gris más blanda, de la antigua Cantera de Les Rotes o de Bellaguarda.

Desde antiguo se encuentran restos de extracciones de piedra por procedimientos muy diversos, desde canteras a cielo abierto, como tradicionalmente ha sido la cantera de Les Quintanes en el monte de su nombre, lindante con el río Algar, aunque también encontramos extracciones en pozos, a la antigua manera romana en las inmediaciones del Caixer Alt en el monte del Mandem. Podemos encontrar canteras  para la extracción de vetas en mina, como las canteras de Calces o del Mohinyo en la foia de Altea la Vella.

Los vestigios más antiguos nos hablan de piedras calizas grises-rojizas, la estela íbera de Altea la Vella, o la piedra negra del mercado de la Vilajoiosa, del siglo II, posiblemente de alguna cantera del monte de Les Quintanes. También tenemos referencias, aún por verificar arqueológicamente, como hemos indicado al estudiar el trazado del Reg Nou o de Dalt, de la existencia de trazados posiblemente romanos en la zona del Caixer Alt, junto a las canteras del Mandem.
Canteras posiblemente romanas del Caixer Alt

La Altea medieval se construye con piedra caliza más blanda, de color gris pajizo, como es el caso del molino de Bellaguarda; sillares bien formados, que perfectamente pueden ser locales y extraídos de la cantera que debió estar en servicio en la parte sur la colina donde ahora se sitúa Altea, en la zona lindante con el antiguo camino Real, la Vía Dianium que ya estaba en uso en época romana. La piedra de la época renacentista, la fundacional, así como la de las obras del siglo XVIII, utilizan esta caliza gris, una piedra relativamente blanda, de aspecto muy similar a la arenisca, como podemos ver en el Portal Nou de 1743, posiblemente de la misma cantera de Les Rotes.

Restos de la que fue la Cantera de Bellaguarda, en sus últimos momentos como cantera de yeso

En la actualidad, la única cantera en servicio, aunque sin extracción (parece que sólo procesa y transforma en machaca el material existente) es la cantera de Les Quintanes. Su importancia ha sido enorme en el paisaje y en la arquitectura alteanas, muchas casas se construyeron con sus piedras calizas negras, características. Las encontramos en los grandes tajamares de los viaductos modernos del S. XX, en los muros de contención de las obras públicas y en los márgenes que aterrazan los bancales y configuran el territorio.  La cantera se explotaba históricamente desde varios frentes con propiedades distintas, siendo el más importante el que abría hacia el norte y que absorbió a la pequeña cantera de Calces abierta en la parte oeste del monte. Existe una antiguo frente al sur que estuvo en explotación, con un tajo importante de extracción. El momento álgido de esta cantera  fue entre 1933 y 1944, cuando se construyó el puerto de Altea con bloques transportados por ferrocarril entre la cantera y la obra portuaria, y más tarde en los momentos de expansión constructiva de los años 1970 a 1990.

La cantera de Les Rotes estuvo en uso hasta la primera mitad del siglo XX, en parte vinculada a la producción de cal, con un horno existente en el antiguo camino de Alacant del cual da noticia oral el amigo Manolo Torres. En la actualidad la urbanización de su entorno ha ocultado el corte de la cantera, del que quedan algunos restos en los que se puede ver la textura y coloración de la piedra. Algún estudioso indica la posibilidad del uso de esta piedra en la Valencia de época foral.

La cantera de Cap Negret, cantera de basalto y pórfido que estuvo en producción en la primera mitad del siglo XX, con extracción masiva de material en torno a los años 1930-34, material que se exportaba por barco a ciudades próximas: Alicante y Valencia. Esta cantera eliminó por completo las huellas del castillo y la torre de Cap Negret, que hasta finales del siglo XVIII estuvo en servicio sobre el túmulo basáltico que da nombre al cabo.


Restos de la cantera de Cap Negret con vetas de pórfido en la actualidad

La cantera de Calces estuvo en servicio en la primera mitad del siglo XX, según cita R. Llorens en su libro “Diccionario de Altea y sus cosas”, pág. 223. A lo que hay que añadir la cumplida información se da en el capitulo 11-15 de este libro. Hay que insistir en la importancia de la explotación de pórfido para adoquines, con los cuales se adoquinaron los ensanches de la ciudad de Valencia a partir del embarcadero de La Olla, al que hacemos referencia en este libro. Empresas como Nebot y Cia. y más tarde Jiménez de la Iglesia y su empresa CLEOP, fueron arrendatarias de la cantera de la familia Calzas del Castillo, hasta que una vía de agua arruinó la explotación. Más al norte, próxima a ella, en el camí Fondo se encontraba la cantera del Mohinyo, que explotaba parte de esta veta porfídica.


Clot de la Cantera de Calces, una vez inundada por la vía de agua sobre los años 1940
ALTEANES
Capítol del llibre  “Passetjant per las altees” Miguel del Rey, Valencia 2016., Pag 312-315- Val. 

UN POBLE DE PEDRES, CAL I GUIX: ELS PAISATGES DE LES PEDRERES 
(Val) Altea ha sigut des de fa milers d’anys terra de molta pedra. Un lloc de pedres diverses, de qualitat, distingint-se materials de naturalesa molt diferent, uns formats per sedimentació i fortes compressions tectòniques de component calcari, de gres i altres d’origen volcànic procedents de la solidificació del magma de composicions més o menys similars, el basalt i el pòrfir, roques compostes per feldspat i piroxè en el cas del basalt, amb una coloració negra amb tons verdosos o bé feldspat i quars en un magma que els uneix en el cas del pòrfir, amb una tonalitat rogenca molt obscura.

jueves, 20 de diciembre de 2018

“Regni Valentiae Typus” editados por G. Kremer y J. Hondius- Amsterdam 1607. Por Miguel del Rey



Se trata de una de las muchísimas versiones del plano “Valentiae Regni Olim” de Abraham Oertel -latinizado como Abraham Ortelius-, con original fechado en Amberes en 1585. Es un plano posiblemente para alguna edición resumida de cartografía, en la que se reduce parte de la información de A. Oertel, centrándose en los elementos defensivos del territorio, en las fortificaciones, la costa, los ríos y montes, más que en otros aspectos de la geografía. Desaparecen gran número de poblaciones y se sustituyen por el nombre de los valles donde se ubican, dejando constancia de las atalayas y castillos existentes.

Esta información cartográfica la extraigo de mi libro “ Paseando por las Alteas”  (Valencia 2016, 25) y en concreto en el plano “Valentiae Regni Olim” de Abraham Oertel -latinizado como Abraham Ortelius-, podemos observar la ubicación del “río de Altea”, además de un asentamiento en “Lo alto de Bernia” -el Fort- y varias atalayas fortificadas, como la torre Bombarda. La torre de la Galera es posible que en este momento no estuviera construida. Por supuesto no existe aún la fortaleza de Altea. Es este un plano muy fiel que ha sido copiado hasta la saciedad por la escuela holandesa, sin variaciones ni puestas al día, de manera que podemos ver como en las copias de diversos editores holandeses afincados en Amberes y más tarde en Amsterdam, se van repitiendo estas referencias hasta mediados del siglo XVII. 

Entre los planos de esta serie, podemos distinguir las diversas ediciones del propio Oertel de 1603, algunos con variantes más sencillas del plano, aunque con gran valor icónico, donde tan sólo representa las ciudades, villas y accidentes geográficos de importancia, remarcando que en esta selección está presente Bellaguarda. Tras él, hay que distinguir los denominados “Regni Valentiae Typus” editados por G. Kremer y J. Hondius- en Amsterdam en 1607 y posteriormente en 1609, que no aportan más información.

martes, 4 de diciembre de 2018

Camino de Alfara a Carpesa, por Miguel del Rey




Saliendo por el Convento de San Diego de Alfara y hasta la ermita del Calvario de Carpesa encontramos un antiguo camino tardomedieval, hoy con la forma de carretera rural sin andenes laterales.



El camino entre Alfara y Carpesa sigue manteniendo un carácter rural y se desarrolla por un paisaje de huerta interesante, muy característico de la huerta del arco de Moncada. Conecta estos dos pueblos casi en paralelo al trazado del barranco del Carraixet. El paisaje muestra la transición de los huertos junto al trazado de la acequia de Moncada y el progresivo cambio a huertas de hortalizas y cultivos herbáceos de la huerta de Tormos. Ese paisaje va adquiriendo profundidad a medida que nos acercamos a Carpesa, ya que los huertos arbóreos de Alfara dejan un campo de visión restringido. Hacia el sur podemos observar la silueta de los poblados de Carpesa, Bonrepos i Mirambell, Vinalesa, etc. con los correspondientes hitos de los campanarios que anuncian desde lejos los distintos pueblos