sábado, 3 de diciembre de 2016

UNA REFLEXIÓN EN TORNO A LA PLANTA DE LA CASA DELS PILARS, PEDREGUER, por Miguel del Rey (cast-val)

UNA REFLEXIÓN EN TORNO A LA PLANTA DE LA CASA DELS PILARS, PEDREGUER
Revivida por la memoria de Pascual Noguera, junto a Josep Marqués y Lluis Fornés

Extracto del artículo publicado en el núm.1 de la revista de Riuraus Vius: "Riuraulogia, estudi dels riuraus i de l’arquitectura rural". Dentro de la sección de "Sociarqueología del riurau". Jesús Pobre 2013.
Un artículo de Miguel del Rey Aynat

Nota: Es para mi un placer publicar este articulo sobre una arquitectura pretérita de Pedreguer, un pueblo muy gentil con mi obra y mi trabajo, por la que he tenido el honor de ser distinguido con sus Premios de Honor

(cast)
La Casa dels  Pilars, fue una espléndida explotación agraria situada en las llanuras entre Pedreguer y Gata, cerca de la carretera nacional a la que se unía por un corto camino jalonado por seis pilares que soportaban un emparrado que dio nombre a la casa .

El edificio, una casa porticada con el riurau incorporado en su propio volumen, disponía su fachada dando frente a la propia carretera en un intento de vincularse a ésta, al elemento territorial que podía unirla al mundo exterior, en el camino hacia el lejano mercado de su producto principal, la uva pasa. Para ella, esta voluntad de proximidad a la vía principal, al progreso que significaba el comercio, junto a una cierta coquetería que permitiera ser vista y reconocida en su forma, con ese corto camino jalonado de pilares, era más importante que la orientación estricta de la casa hacia el mediodía. La orientación atávica que abra nuestras casas primigenias hacia el sol, hacia la luz, y en este caso hacia las orientaciones que permitirán la máxima rentabilidad del riurau como porche coincidente con un buen secadero. En este caso no es así, la vanagloria de la forma domina sobre otras cuestiones agrarias. Casa y riurau, ya que en este caso son uno, presentaban su graciosa figura hacia el camino, algo elevada de la cota de la carretera, como recomiendan los tratadistas clásicos, esperando recibir las vistas de los viajeros o las visitas de los comerciantes, acogiendo miradas y visitas bajo las sombras profundas de sus arcadas

Resto de uno de los pilares 

Pero aquí acababan sus aspiraciones venusiana, la utilitas retomaba el protagonismo en el momento que penetren las sombras de sus muros. Era una casa a la antigua usanza, donde los espacios eran suficientemente ambiguos como para albergar las más diversas funciones. Nada más lejos del "funcionalismo" que nuestras casas rurales. Son verdaderas granjas abiertas a cualquier adaptación que permita mejorar el rendimiento, o cobijar lo que fuera necesario, incluso lo que aún no se hubiera pensado. "Construir" espacio estaba por encima de cualquier condición de uso, lo que permitía que con pequeñas adaptaciones o transformaciones fuera posible desarrollar casi cualquier función en su interior. La versatilidad, conceptos como adecuación al usuario, capacidad de transformación, conceptos nuevos en el discurso contemporáneo de la arquitectura, estaban perfectamente resueltos en nuestras arquitecturas tradicionales, por lo que el usuario podía perfectamente personalizar su espacio, adecuarlos sin demasiado esfuerzo a sus necesidades.



Croquis de la planta de la casa

La granja agraria constaba de una casa con un patio posterior, más dos estufas anexas abiertas hacia el sur / suroeste donde había un secadero frente a las estufas; más un camino de acceso porticado con pilares jalonando a ambos lados, y las tierras de cultivo especializadas en viñedos para la producción de uva de moscatel.

La casa de unos 12 metros de fachada constaba de dos naves o crujías paralelas a fachada, con dos plantas y cubierta con tejado a dos aguas y alero horizontal. La arcada del riurau ocupaba la primera de las crujías y constaba de tres arcos, posiblemente carpaneles soportados por pilares del muro de fachada, con dos arcos laterales, por lo que definía un porticado diáfano bajo el primer cuerpo de construcción. Sobre él las pequeñas ventanas, posiblemente tres, del andén o la cámara y rematando la fachada, el alero, construido con ladrillos hechos a mano y seguramente acabados con dibujos con aquellas formas sinusoidales hechas con la huella de los dedos.

Coincidente con el arco central, una puerta permitía el acceso a la casa. Puerta y arco central que coincidían con el eje que se prolongaba desde el mismo camino de acceso. Pasada la puerta y ocupando la segunda crujía, un gran espacio presidido a la izquierda para el hogar, con un cuartillo, la despensa, que se abría en una inestable e incompleta tercera crujía. Frente del hogar una escala que no es situada en la parte más profunda de la derecha, permitiendo la existencia de una pequeña habitación detrás de él. Por la escalera subían a la cambra superior, un espacio diáfano, en el que sólo se distinguía una pequeña salita a la derecha de la escalera.

Después de estas estancias un patio ocupaba parte de esta inexistente tercera crujía. Patio que se abría al exterior por una puerta amplia abierta hacia el sur que permitía el acceso de animales y de algún vehículo. A su lado un cisterna, amplia, más o menos redonda en planta, con un lavadero lateral, que permitía usarse fácilmente desde las arcadas del riurau. Después del patio y añadidas, como elementos adosados, dos estufas para el secado de la uva.

Todo construido en mampostería y conformando las arquitecturas en piedra arenisca: columnas de acceso, jambas y dovelas de los arcos, revocado ligeramente por una fina mano de mortero de cal que a la vez que impermeabiliza, permite ver o imaginar las piedras de la fábrica. La cubierta de teja curva, los aleros en ladrillo macizo de arcilla.



Cisterna

Desde sus piedras perdidas hemos podido sacar con la ayuda de la palabra y de los recuerdos de los que un día lejano vivan allí, unas letras y un croquis de lo que un día fue una hermosa arquitectura: La Casa dels Pilars


UNA REFLEXIÓ AL VOLTANT DE LAPLANTA DE LA CASA DELS PILARS, PEDREGUER

Extracte de l'article publicat al número 1 de la revista de Riuraus Vius: "Riuraulogia, estudis dels riuraus i de l'arquitectura rural". Dins de la secció de "Sociarqueologia del riurau". Jesús Pobre 2012.
Un article de Miguel del Rey Aynat

Nota:  És per a mi un plaer publicar aquest article sobre una arquitectura pretèrita de Pedreguer, un poble molt gentil amb la meua obra i la meva feina, per la qual he tingut l'honor de ser distingit amb els seus Premis d'Honor


(val)
La Casa dels Pilars, va ser una esplèndida explotació agrària situada a les planes entre Pedreguer i Gata, prop de la carretera nacional a la qual s’unia per un curt camí jalonat per sis pilars que suportaven un emparrat  que  va donar nom a la casa.



Vista de los restos de la cisterna y la entrada de las estufas

L’ edifici, una casa porticada amb el riurau incorporat en el seu propi volum, disposava la seua façana donant front a la pròpia carretera en un intent de vincular-se a aquesta, a l’element territorial que la podia unir a allò que estava més enllà, al camí cap al llunyà mercat del seu producte principal, la pansa. Per a ella, aquesta voluntat de proximitat a la via principal, al progrés que significava el comerç, junt a una certa coqueteria que permetés ser vista i reconeguda en la seua forma, amb aquell curt camí jalonat de pilars, era més important que l’orientació estricta de la casa cap al migdia. Lorientació atàvica que obri les nostres cases primigènies cap al sol, cap a la llum, i en aquest cas cap a les orientacions que permetran la màxima rendibilitat del riurau com assecador, coincident amb un bon sequer. En aquest cas no és així, la vanaglòria de la forma domina sobre altres qüestions agràries. Casa i riurau, ja que en aquest cas són un, presentaven la seua graciosa figura cap al camí, una mica elevada de la cota de la carretera, com recomanen els tractadistes clàssics, esperant rebre les vistes dels viatgers o les visites dels comerciants, acollint mirades i visites sota les ombres profundes de les seues arcades.

martes, 8 de noviembre de 2016

El Riurau del Fondo en Massarrojos, por Miguel del Rey




.1- Antecedentes.
Niveles de  de protección del conjunto de Masia y RiurauREVISIÓN SIMPLIFICADA DEL PLAN GENERAL DE VALENCIA CATÁLOGO DE BIENES Y ESPACIOS PROTEGIDOS DE NATURALEZA RURAL MAS Y RIURAU DEL FONDO. Autor de la ficha M. del Rey
LOCALIZACIÓN: Mas de Domingo,
NIVEL DE PROTECCIÓN: BRL CATEGORÍA (D) ESPACIO ETNOLÓGICO DE INTERÉS LOCAL   Existe un  un “Informe sobre la declaración de BIC del Riurau del Mas del Fondo de Massarrojos” Autor: Comissió de Llegat Històric i Artístic, del Consell Valencià de Cultura con fecha de presentación el Pleno de 28 de junio de 2010 

2.- Situación. - . 

Al  Mas del Fondo se accede desde la carretera que desde Massarrojos conduce Mas Camarena, desviándose a la derecha en dirección oeste. Es en la actualidad una explotación agropecuaria con restos de un pasado agrario que viene reflejado en un plano topográfico de 1886 que nos muestra cómo era esta explotación a finales del siglo XIX, quizás en uno de los momentos de máximo esplendor de la misma. A esta finca y a la arquitectura de este momento nos vamos a referir. 




3.- El paisaje físico y humano en la actualidad


 inserto  en un territorio de cota más alta que las tierras regadas por las acequias de la huerta, estas tierras se centran hoy en labores de la cría de la oveja Guirra o “de morro rojo”, oveja autóctona de Valencia que estaba en peligro de extinción y de las que en el año 2007 la mitad de la cabaña, unos 2000 ejemplares, se encontraban en este lugar. El paisaje está definido por pequeñas masas boscosas y restos de parcelaciones agrarias de tierras de secano apoyadas por aguas foráneas. Hoy, con algunos campos de agrios, sigue manteniendo el carácter de una zona de secano; quizás a la espera de invertir en explotaciones rentables, cuestión difícil dadas las condiciones socioeconómicas de nuestra sociedad. 





A través de unos bosquecillos de pinos nos acercamos al conjunto de edificios del Mas del Fondo, unas construcciones aisladas levantadas en épocas diversas, que albergan, además de edificios de habitación para los propietarios a la manera de vivienda suburbana, una antigua masía con habitación de medieros o trabajadores, además de espacios de almacenamiento y transformación; separado de este grupo encontramos otro conjunto de construcciones entre las que destaca un riurau primigenio de gran calidad y bien conservado, con las instalaciones propias para la transformación de la uva en pasas, adosado al cual se construyó más tarde un corral de grandes dimensiones con un porticado perimetral. 

Frente al riurau, un sequer hoy transformado en pinada de recreo. El lugar asume de alguna manera las huellas que el tiempo y el devenir de su historia le ha dejado, tierras de la Batlia de Moncada, una señoría Templária que duró hasta 1307. Después pasó a la Orden de Montesa (Guinot, 2010), que las dedicó al cultivo de la vid y su transformación en vino, fue lugar de arriendos o formulas propias del Antiguo régimen hasta la Desamortización de 1834 en la que pasó a manos de inversores que compraron las propiedades expropiadas a las “manos muertas” y que pretendían poner en producción esta explotación agraria, personas que desde la distancia mantienen maseros o arrendatarios en el lugar, habitando la masía original.

La propiedad de las tierras ha ido cambiando con el tiempo y hoy la familia Cortina está haciendo una labor encomiable desvelando el pasado y rescatando parte del patrimonio rural y sus tradiciones.  La casa de los propietarios se desligó de la casa agraria a lo largo del siglo XIX, para convertirse en una casa de recreo de uso ocasional, con versiones propias del momento, parece que una de ellas modernista con un cierto valor, de la cual hay pocas referencias.

 La casa agraria, la masía, fue construida posiblemente a finales del siglo XVIII, situada en la partida llamada del “Tòs Pelat”, un lugar aislado y peligroso en los tiempos de fuerte inestabilidad del siglo XIX, de ahí si su condición cerrada y protegida por torretas y aspilleras. De esta época de finales del siglo XVIII tenemos referencias sobre la producción de vino en la zona, no en cambio de pasas, pues Cavanilles sólo cita una producción reseñable en Vilamarxant, indicando 2100 cahices de pasas (Cavanilles, p.151-T1). Entendemos pues, que la dedicación al cultivo de la uva pasa en el Mas del Fondo se centra a mediados del siglo XIX, como nos muestra el plano fechado en 1886 en el que nos indica una gran superficie de plantación de viñas, momento en el cual se construiría el riurau y las instalaciones para la transformación de la uva. Quizás en ese origen esté parte de su actual condición, la de espacio agrario en parte falto de aquella condición de lugar que aporta el habitar viviendo el lugar y sus condiciones fenomenológicas, aquello que aporta la arquitectura rural que habita en el territorio y que es difícil encontrar en los espacios cultivados desde la distancia. 





4.- La masía
No tenemos conocimientos exhaustivos sobre el origen de la su arquitectura, lo cual sólo se puede suplir con la lectura de sus fábricas, su estratigrafía, la lógica del lugar, los aspectos y las formas que permiten lecturas de cómo fue usada. Se trata de una construcción de dos crujías dispuestas en paralelo a fachada, con dos plantas y cubierta a dos aguas, cuya fachada, sin excesivos problemas compositivos abre a un patio cerrado al que se accede por un gran portalón que nos indica el nombre del Mas. Una construcción poco adjetivada en sus compartimentación interna, con una vivienda en planta baja que comparte espacio con estancias de uso económico, y una planta superior que albergaba el almacén y secadero de cosechas. Su construcción, con muros de carga en planta baja, se convierte en un porticado cerrado en planta alta, lo que nos habla de la jerarquía de cada uno de los niveles en la construcción. Su carácter defensivo, el patio cerrado, las torretas, las aspilleras y cañoneras, nos remiten a tiempos difíciles, de asaltos, de inestabilidad, como sólo hubo en el siglo XIX. 

La masía ha tenido varias ampliaciones a partir del núcleo básico descrito. El más importante, un cuerpo anexo a lo largo del patio en la parte opuesta a la casa, que quizás puede ser coetáneo con la casa, aunque la disposición de su cubierta con vertientes hacia el exterior no apoya la idea defensiva que se desprende del conjunto de la edificación. Una segunda ampliación, mucho más moderna, adosa una porxada continua posterior a la segunda de las crujías de la casa, una porxada de una sola altura que aumenta la superficie en planta de la casa principal, posiblemente para aumento del confort de los usuarios en determinado momento. El uso y la distribución interna no tienen excesivo valor, pues son compartimentaciones propias de la adecuación al uso a lo largo del tiempo, de la misma manera que las aperturas de puertas directamente desde el exterior a estos cuerpos, producto de adecuaciones en tiempos modernos. 

Es de destacar el carácter de la fachada y su composición. El hecho de ser una fachada interna, de ser un edificio económico, en el cual no reside el propietario, o no de manera habitual, le confieren esa condición tan poco adjetivada que contrasta con la preocupación formal de la propia puerta del patio, donde parece que se traslada cualquier intento de significación de la arquitectura.  





5.- El riurau y su contexto

 En el  el plano topográfico de 1886 podemos observar la antigua masía y el riurau aislado, un secadero de pasa de grandes dimensiones, lo cual se corresponde con la información que dicho documento nos ofrece, pues nos presenta el estado de los distintos bancales a finales del siglo XIX, mostrando el marco de plantación de los cultivos que en ese momento se daban, entre los cuales hay que destacar una gran extensión de plantaciones de vid, diferenciándose por el marco de plantación y por el propio grafismo de otros bancales plantados de arbolado. Nos encontramos pues, con una explotación a finales del siglo XIX especializada en la producción de uva y su transformación en uva pasa. El riurau es el centro de la explotación agraria en los años centrales y en la segunda mitad del siglo XIX. A esta construcción se le denomina en el plano: “cobertizo”, y a ambos lados del mismo existen dos espacios vacíos que perfectamente pudieron haberse usado como secaderos de los cañizos de pasas, como sequers del riurau, el lugar donde se extendían al sol la uva pasa y en ocasiones se cubrían con una “saranda” de lona y pies derechos de madera estabilizados por pies de piedra, como los que encontramos en el lugar y que ocuparían parte de los espacios contiguos y zonas del sequer. 




El riurau del Fondo es un edificio que en la actualidad goza de buen estado, restaurado recientemente con delicadeza, incluye en su entorno los restos de lo que fueron los dos grandes sequers, situados frente a sus fachadas longitudinales, hoy transformados uno en corral, al norte, y el meridional en pinada entre el edificio de riurau y los edificios de habitación de la masía. En su entorno encontramos el horno para la caldera de escaldar, las pilas de antiguos cañizos con sus cubos de madera para colocar sobre ellos y poder apilar los cañizos bajo la cubierta del riurau los días de lluvia o las noches de fuerte rocío, los pies de piedra de los estructuras de las “sarandas”, además de un mundo de artefactos que nos hablan de una cultura material y unos valores etnográficos de gran interés. 





6.- La arquitectura del riurau

Su  arquitectura sigue las formas canónicas de este tipo de construcciones tan propias de las comarcas centrales valencianas, de la Marina, la Safor y la Vall d’Albaida, con una estructura porticada, muy diáfana, cubierta a dos aguas, con arcos de anchura adecuada para el rápido almacenamiento de los cañizos en las épocas en que fuera necesario. Es pues, una estructura porticada y diáfana abierta a tres de sus caras y construida por dos naves, con cubierta a dos aguas, línea central de carga donde descansa la limatesa de cubierta. 

Sus  fachadas están construidas por porticados de arcos carpaneles que incluyen 14 vanos en cada una de las fachadas longitudinales. Es un edificio de gran prestancia, bien construido, de los más grandes en este tipo de explotaciones para el secado de la uva pasa en todo nuestro territorio y que en este caso se distingue por sus fábricas de ladrillo que construyen machones y arcos, dejando acabados de mampostería como relleno entre los elementos estructurantes de ladrillo. Sobre los materiales que lo construyen hay que distinguir sus fábricas de ladrillo macizo, que por su métrica y dimensiones nos sitúan la construcción del edificio en torno a los años centrales del siglo XIX, cuando, tanto en la ciudad como en su entorno, se da una proliferación de fábricas de ladrillo y fábricas mixtas. La calidad de esta construcción es reseñable, siendo como es un edificio económico. El aspecto de los muros es el propio de las fábricas de ladrillo y mampostería enrasada con abundante mortero de cal, con un acabado de una aguada de cal que tonifica el conjunto y le proporciona cierta impermeabilización a las fábricas. El solado, ligeramente elevado de la cota del suelo exterior, se acaba con ladrillo en espina de pez, con impronta de surcos a mano. La cubierta es de vigas y viguetas de madera de escuadría ajustada, con rastrelado de listón sobre el que descansa un entabacado de ladrillo y encima una capa de arcilla para, sobre ella, dormir las tejas curvas. El alero es de corto vuelo en saledizo de ladrillo. 





7.- Los aspectos dimensionales del riurau 





Las  dimensiones de este secadero de uva pasa son verdaderamente impresionantes, se inscribe en un rectángulo de 50,75 m. de largo por 10,95 m. de ancho; el ancho de la crujía, es de 4,80 m. y los muros tienen una sección de 45 cm. Los 14 arcos carpaneles tienen una anchura de 2,50 m. y una luz máxima de 2,40 m. de altura con 2,00 m. en la impostación del arco; los intersticios de machones entre arcos miden 1,05 m. 29 r 



8.- Las instalaciones complementarias


En  la actualidad, incrustado en un desnivel próximo al riurau se encuentra el horno de escaldar, con la boca recién restaurada, y la forma adecuada a este tipo de instalaciones, con el vano de la caldera sobre el plano superior, adecuado recientemente para realizar las prácticas de escaldado de la pasa que se realizan anualmente desde hace unos años. En las inmediaciones y dentro del propio riurau encontramos todo un mundo de cultura material que nos acerca a las prácticas y a la manera de vivir de una sociedad que hace unos cien años dejó de existir tras las crisis del mildiu y la propia crisis económica de la pasa y las explotaciones turcas y de otros países. 



9.- Los ámbitos de protección y condiciones particulares de este bien patrimonial 

El conjunto del Mas y Riurau del Fondo están catalogados como “Bien de Relevancia Local” dentro del Catálogo de Bienes de Naturaleza Rural del Ayuntamiento de Valencia, recientemente aprobado. Una catalogación propia para este conjunto de arquitectura rural viva que necesita de ciertos grados de libertad para permitir las pequeñas adecuaciones al uso que su condición le obliga, a la vez que garantiza la conservación del paisaje en el entorno del Mas y sus instalaciones, así como la protección particular de los elementos reseñables en el conjunto. Podemos distinguir dos sistemas de protección: el paisajístico que comprende el conjunto de los edificios e instalaciones de la masía, así como las parcelas inmediatas y los caminos de accesos, protección que garantiza la conservación del paisaje inmediato al Mas. 

El otro sistema lo constituye una fuerte protección para el riurau, el cual dispone de protección integral de su arquitectura, materialidad, fachadas, cubiertas, solados, etc, así como del entorno inmediato para que no se pueda alterar la escena del mismo. La masía, en cambio, posee un grado de protección denominada “Parcial Preventiva”, que deberá adecuarse en función del detallado estudio de la misma, dado que fue imposible acceder en el momento de la catalogación. Este nivel, una vez conocido el interior, debiera quedar tan sólo en protección “Ambiental”, manteniendo fachadas y volumetría. El mismo tipo de protección, la “Ambiental”, poseen la alberca y el conjunto de arbolado adulto del entorno de estas edificaciones. El corral y sus tinglados interiores en este momento disponen de una fuerte protección, que dada su relevancia en el conjunto y conocida particularmente su materialización y sus relaciones con el riurau, quizás debiera reducirse, incluso permitir su desaparición en aras a valorar la pieza principal del conjunto, el riurau, el cual quedaría como estuvo en origen, como un elemento exento. El resto de los edificios no tienen especial protección, pero quedan dentro del ámbito general de protección del conjunto, de manera que cualquier intervención no debe alterar la escena y la visualización de estos bienes.

Publicado en “Riuralogia: Estudi dels Riuraus i d’Arquitectura Rural” n º 5-2016  

domingo, 18 de septiembre de 2016

Loa al río Algar, por Miguel del Rey

El Algar en la desembocadura un día lluvioso. Foto M del Rey

El río Algar, el Guadalest como afluente, y su denominación como río de Altea en mucha de la cartografía histórica, es el río más largo de la Marina, de aguas muy apreciadas desde la antigüedad tanto para riegos y como para aguadas de barcos. En el siglo XVIII el botánico Antonio J. Cavanilles considera, en su magna obra “Observaciones....“ que “...sus aguas tienen la propiedad de conservarse puras en los viajes de mar, y por esto se prefieren a las restantes de la costa”. Hoy su entorno forma parte del “Catálogo de Zonas Húmedas de la Comunidad Valenciana” con el nº 23.



                El trazado del río Algar en el "Mapa de Callosa y tierras limítrofes", 1772, Archivo del Conde de Orgaz
El río ha sido el crisol de las culturas que se han asentado en este valle, a las faldas de Bernia y entorno a la bahía de Altea. Está formado por un río madre, el Algar, que proviene de las Fuentes del mismo nombre en Callosa d’En Sarrià, en la parte oeste de la sierra de Bernia, fuentes que aportan el caudal más importante, a las que se unen las aguas del río Guadalest, afluente principal que nace en la sierra del Ferrer. y bordea Aitana norte.  Tiene una cuenca de 93,1 km2 con 12,2 km de recorrido. Desciende de norte a sur por las laderas occidentales de la sierra Bernia. Por el margen derecho recibe al río Bolulla, para posteriormente ser interrumpido por algunas presas y estaciones de bombeo que aprovechan sus aguas para consumo humano y agrícola. Cuando el Algar llega a la partida de Mandem entre Altea y Callosa, duplica su caudal al recibir por la margen derecha las aguas del Guadalest. El cauce del Algar tiene una conformación típica de rambla mediterránea, un cauce de fondo plano con algunas irregularidades en su tramo final, donde ensancha su lecho hasta la desembocadura. El río es el alma del paisaje alteano, quien lo riega y quien lo estructura, existiendo a lo largo de su recorrido todo un complejo sistema de intervenciones y artefactos culturales que se han ido construyendo a lo largo de miles de años: azudes, sistemas de riego, molinos, galerías, puentes, viaductos, que han generado una red de acequias que han estructurado la parcelación agraria y el paisaje rural en todos los sentidos.


Riu Algar en primavera de 2010. Galeria dels Picó. Foto M del Rey

(val)
El riu Algar, el Guadalest com afluent, i la seua denominació com a riu d'Altea en molta de la cartografia històrica, és el riu més llarg de la Marina, d'aigües molt apreciades des de l'antiguitat tant per a regs i com per aiguades de vaixells. Al segle XVIII el botànic Antonio J. Cavanilles considera, en la seua magna obra "Observaciones ...." que "... les seues aigües tenen la propietat de conservar pures en els viatges de mar, i per això es prefereixen a les restants de la costa ". Hui el seu entorn forma part del "Catàleg de Zones Humides de la Comunitat Valenciana" amb el nº 23.




 El río Algar en 2019


El riu ha estat el gresol de les cultures que s'han assentat en aquesta vall, a les faldes de Bèrnia i al voltant de la badia d'Altea. Està format per un riu mare, l'Algar, que prové de les Fonts del mateix nom a Callosa d'en Sarrià, a la part oest de la serra de Bèrnia, fonts que aporten el cabal més important, a les quals s'uneixen les aigües del riu Guadalest, afluent principal que neix a la serra del Ferrer. i voreja Aitana nord. Té una conca de 93,1 km2 amb 12,2 km de recorregut. Descendeix de nord a sud pels vessants occidentals de la serra Bèrnia. Pel marge dret rep al riu Bolulla, per posteriorment ser interromput per algunes preses i estacions de bombament que aprofiten les seues aigües per a consum humà i agrícola. Quan l'Algar arriba a la partida d'Mandem entre Altea i Callosa, duplica el seu cabal al rebre per la marge dreta les aigües del Guadalest. La llera de l'Algar té una conformació típica de rambla mediterrània, una via de fons pla amb algunes irregularitats en el seu tram final, on eixampla el seu llit fins a la desembocadura. El riu és l'ànima del paisatge alteà, qui ho rega i qui ho estructura, existint al llarg del seu recorregut tot un complex sistema d'intervencions i artefactes culturals que s'han anat construint al llarg de milers d'anys: assuts, sistemes de reg, molins, galeries, ponts, viaductes, que han generat una xarxa de sèquies que han estructurat la parcel·lació agrària i el paisatge rural en tots els sentits.


 El río Algar en 2019