La Pintura de Paisaje En Altea 1927-1980. Paisajes de Benjamín Palencia *
* Publicado en ellibro "paseando por las alteas", M. del Rey, Valencia 2016
Vista icónica de Altea 1927, en la primera visita de Benjamín Palencia a Altea. Museo de Albacete
Benjamín Palencia nace en Barrax -Albacete- en una familia
humilde y se traslada con sus padres a Madrid, donde frecuenta los círculos
artísticos; allí, apoyado por un rico mecenas copia a los clásicos en el Prado
y contacta con la intelectualidad madrileña. Juan Ramón Jiménez se interesa por
su pintura, conoce a personajes de la Residencia de Estudiantes con los que
mantendrá una fuerte relación, formando parte de la Escuela de Vallecas en
1929. Antes, en 1925, pasa por París donde comparte estudio con Pancho Cossio.
Tiempos en los cuales conoce Altea, donde reside un tiempo en 1927. Durante la
República forma parte de los intelectuales plásticos entorno a la Barraca de
Federico García Lorca, entablando amistad con Rafael Alberti.
Tras la Guerra Civil se refugia en Madrid, dedicado a la
pintura de paisaje, abandonando la experimentación tan presente en su primera
época, creando la Nueva Escuela de Vallecas y más tarde la Escuela de Madrid
45.
Dibujo de olas y gaviotas. B. Palencia. sobre 1965. Col Privada.
En su itinerante vivir pasa largas temporadas en Altea y
retoma el estudio de paisaje que no abandona hasta el fin de sus días. El
paisaje manchego domina su obra, pero el paisaje alteano está presente en su
vida, levantando crónica del mismo y regalándonos su mirada cambiante en el
tiempo. Suya es una de las imágenes icónicas mas potentes de Altea, la que
pinto en el año 1927, aquella Altea vista desde la mirada cubista y abstracta
de un pintor experimental que domina técnica, cromatismo y dibujo. La
arquitectura de sus casas, la iglesia y su cúpula obsesiva, la perspectiva de
sus calles y como fondo el mar, serán la
base de su paisaje en esta primera época.
Vista de Altea. La Glorieta. Apunte puntillista 1962. Col Privada. Dibujo que tuve el gusto de presenciar mientras lo elaboraba en el lugar el artista. Publicado en la obra de Jose M. Planelles.
Mas tarde, en los 70, sigue vinculado a Altea, aunque al
final de la década deja su ático urbano para residir en Polop, pero siempre
próximo a su querida Altea, a sus amistades fecundas en lo pictórico y lo
humano, con Pepe Hortelano y José María Planelles como referencia; el primero
con los murales en el bar Las Vegas o del Bodegón, el segundo atesoró una gran
colección de su obra y escribió un precioso libro de gran valor para la cultura
alteana. Su obra con el tiempo se hace más intimista, el retrato, la obra de
pequeño tamaño con técnica variada, son propias de esta segunda etapa de los
años 60 y 70 en Altea.
Vista de Altea ,B Palencia, sobre 1927
Las gaviotas fueron un tema recurrente resuelto en técnicas
diversas. Amigo de mi padre, también de Albacete, le conocí personalmente y
tras el fallecimiento de mi progenitor me invitó a su estudio para que tuviera
un recuerdo de la Mancha; visita que retrasé al conocer su precaria salud.
Nunca pude despedirme de él. Unas preciosas gaviotas en el mar que tanto
estimaba, es el recuerdo que de él tengo en casa.
Mural en el Bar las Vegas en Altea, sobre 1965. Hoy desaparecido
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