UNA REFLEXIÓN EN TORNO A LA PLANTA DE LA CASA DELS PILARS, PEDREGUER
Revivida por la memoria de Pascual Noguera, junto a Josep Marqués y Lluis Fornés
Extracto del artículo publicado en el núm.1 de la revista de Riuraus Vius: "Riuraulogia, estudi dels riuraus i de l’arquitectura rural". Dentro de la sección de "Sociarqueología del riurau". Jesús Pobre 2013.
Un artículo de Miguel del Rey Aynat
Nota: Es para mi un placer publicar este articulo sobre una arquitectura pretérita de Pedreguer, un pueblo muy gentil con mi obra y mi trabajo, por la que he tenido el honor de ser distinguido con sus Premios de Honor
(cast)
La Casa dels Pilars, fue una espléndida explotación agraria situada en las llanuras entre Pedreguer y Gata, cerca de la carretera nacional a la que se unía por un corto camino jalonado por seis pilares que soportaban un emparrado que dio nombre a la casa .
El edificio, una casa porticada con el riurau incorporado en su propio volumen, disponía su fachada dando frente a la propia carretera en un intento de vincularse a ésta, al elemento territorial que podía unirla al mundo exterior, en el camino hacia el lejano mercado de su producto principal, la uva pasa. Para ella, esta voluntad de proximidad a la vía principal, al progreso que significaba el comercio, junto a una cierta coquetería que permitiera ser vista y reconocida en su forma, con ese corto camino jalonado de pilares, era más importante que la orientación estricta de la casa hacia el mediodía. La orientación atávica que abra nuestras casas primigenias hacia el sol, hacia la luz, y en este caso hacia las orientaciones que permitirán la máxima rentabilidad del riurau como porche coincidente con un buen secadero. En este caso no es así, la vanagloria de la forma domina sobre otras cuestiones agrarias. Casa y riurau, ya que en este caso son uno, presentaban su graciosa figura hacia el camino, algo elevada de la cota de la carretera, como recomiendan los tratadistas clásicos, esperando recibir las vistas de los viajeros o las visitas de los comerciantes, acogiendo miradas y visitas bajo las sombras profundas de sus arcadas
Resto de uno de los pilares
Pero aquí acababan sus aspiraciones venusiana, la utilitas retomaba el protagonismo en el momento que penetren las sombras de sus muros. Era una casa a la antigua usanza, donde los espacios eran suficientemente ambiguos como para albergar las más diversas funciones. Nada más lejos del "funcionalismo" que nuestras casas rurales. Son verdaderas granjas abiertas a cualquier adaptación que permita mejorar el rendimiento, o cobijar lo que fuera necesario, incluso lo que aún no se hubiera pensado. "Construir" espacio estaba por encima de cualquier condición de uso, lo que permitía que con pequeñas adaptaciones o transformaciones fuera posible desarrollar casi cualquier función en su interior. La versatilidad, conceptos como adecuación al usuario, capacidad de transformación, conceptos nuevos en el discurso contemporáneo de la arquitectura, estaban perfectamente resueltos en nuestras arquitecturas tradicionales, por lo que el usuario podía perfectamente personalizar su espacio, adecuarlos sin demasiado esfuerzo a sus necesidades.
Croquis de la planta de la casa
La granja agraria constaba de una casa con un patio posterior, más dos estufas anexas abiertas hacia el sur / suroeste donde había un secadero frente a las estufas; más un camino de acceso porticado con pilares jalonando a ambos lados, y las tierras de cultivo especializadas en viñedos para la producción de uva de moscatel.
La casa de unos 12 metros de fachada constaba de dos naves o crujías paralelas a fachada, con dos plantas y cubierta con tejado a dos aguas y alero horizontal. La arcada del riurau ocupaba la primera de las crujías y constaba de tres arcos, posiblemente carpaneles soportados por pilares del muro de fachada, con dos arcos laterales, por lo que definía un porticado diáfano bajo el primer cuerpo de construcción. Sobre él las pequeñas ventanas, posiblemente tres, del andén o la cámara y rematando la fachada, el alero, construido con ladrillos hechos a mano y seguramente acabados con dibujos con aquellas formas sinusoidales hechas con la huella de los dedos.
Coincidente con el arco central, una puerta permitía el acceso a la casa. Puerta y arco central que coincidían con el eje que se prolongaba desde el mismo camino de acceso. Pasada la puerta y ocupando la segunda crujía, un gran espacio presidido a la izquierda para el hogar, con un cuartillo, la despensa, que se abría en una inestable e incompleta tercera crujía. Frente del hogar una escala que no es situada en la parte más profunda de la derecha, permitiendo la existencia de una pequeña habitación detrás de él. Por la escalera subían a la cambra superior, un espacio diáfano, en el que sólo se distinguía una pequeña salita a la derecha de la escalera.
Después de estas estancias un patio ocupaba parte de esta inexistente tercera crujía. Patio que se abría al exterior por una puerta amplia abierta hacia el sur que permitía el acceso de animales y de algún vehículo. A su lado un cisterna, amplia, más o menos redonda en planta, con un lavadero lateral, que permitía usarse fácilmente desde las arcadas del riurau. Después del patio y añadidas, como elementos adosados, dos estufas para el secado de la uva.
Todo construido en mampostería y conformando las arquitecturas en piedra arenisca: columnas de acceso, jambas y dovelas de los arcos, revocado ligeramente por una fina mano de mortero de cal que a la vez que impermeabiliza, permite ver o imaginar las piedras de la fábrica. La cubierta de teja curva, los aleros en ladrillo macizo de arcilla.
Cisterna
Desde sus piedras perdidas hemos podido sacar con la ayuda de la palabra y de los recuerdos de los que un día lejano vivan allí, unas letras y un croquis de lo que un día fue una hermosa arquitectura: La Casa dels Pilars
UNA REFLEXIÓ AL VOLTANT DE LAPLANTA DE LA CASA DELS PILARS, PEDREGUER
Extracte de l'article publicat al número 1 de la revista de Riuraus Vius: "Riuraulogia, estudis dels riuraus i de l'arquitectura rural". Dins de la secció de "Sociarqueologia del riurau". Jesús Pobre 2012.
Un article de Miguel del Rey Aynat
Nota: És per a mi un plaer publicar aquest article sobre una arquitectura pretèrita de Pedreguer, un poble molt gentil amb la meua obra i la meva feina, per la qual he tingut l'honor de ser distingit amb els seus Premis d'Honor
(val)
La Casa dels Pilars, va ser una esplèndida explotació agrària situada a les planes entre Pedreguer i Gata, prop de la carretera nacional a la qual s’unia per un curt camí jalonat per sis pilars que suportaven un emparrat que va donar nom a la casa.
Nota: És per a mi un plaer publicar aquest article sobre una arquitectura pretèrita de Pedreguer, un poble molt gentil amb la meua obra i la meva feina, per la qual he tingut l'honor de ser distingit amb els seus Premis d'Honor
(val)
La Casa dels Pilars, va ser una esplèndida explotació agrària situada a les planes entre Pedreguer i Gata, prop de la carretera nacional a la qual s’unia per un curt camí jalonat per sis pilars que suportaven un emparrat que va donar nom a la casa.
Vista de los restos de la cisterna y la entrada de las estufas
L’ edifici, una casa porticada amb el riurau incorporat en el seu propi volum, disposava la seua façana donant front a la pròpia carretera en un intent de vincular-se a aquesta, a l’element territorial que la podia unir a allò que estava més enllà, al camí cap al llunyà mercat del seu producte principal, la pansa. Per a ella, aquesta voluntat de proximitat a la via principal, al progrés que significava el comerç, junt a una certa coqueteria que permetés ser vista i reconeguda en la seua forma, amb aquell curt camí jalonat de pilars, era més important que l’orientació estricta de la casa cap al migdia. Lorientació atàvica que obri les nostres cases primigènies cap al sol, cap a la llum, i en aquest cas cap a les orientacions que permetran la màxima rendibilitat del riurau com assecador, coincident amb un bon sequer. En aquest cas no és així, la vanaglòria de la forma domina sobre altres qüestions agràries. Casa i riurau, ja que en aquest cas són un, presentaven la seua graciosa figura cap al camí, una mica elevada de la cota de la carretera, com recomanen els tractadistes clàssics, esperant rebre les vistes dels viatgers o les visites dels comerciants, acollint mirades i visites sota les ombres profundes de les seues arcades.