martes, 18 de febrero de 2020

Dibujo y arquitectura en el primer Siza, por Miguel del Rey



Saneando el ordenador aparecen textos olvidados, textos de finales del anterior milenio, retales de pensamiento que han ido forjado una manera de ver la arquitectura y sus instrumentos a lo largo de la experiencia vital en esta profesión preciosa y maldita, que no deja espacio para liberarte de su sombra. Es el caso de una reflexión de hace un porrón de años sobre el dibujo en mi adorado Siza de los años 90, de mi experiencia con él, junto a I. Magro, en Valencia, Alcoi y Oporto.

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Si existe un instrumento a lo largo del tiempo cuyo carácter esté por naturaleza ligado a la arquitectura, éste es el dibujo. Entendido como reflexión o como vínculo entre una idea y la realidad, condiciones que hacen de él un instrumento imprescindible en arquitectura.


Croquis de trabajo con las ordenes para dirección de las obras de la calle del Portal de Riquer en  Alcoi

La cualidad descriptiva del dibujo y su capacidad de ayuda a la reflexión, lo hacen un instrumento esencial en esa aproximación lenta y atenta a la realidad que se puede realizar a través de él, tanto por su facilidad para la experimentación como por la precisión de que es capaz un buen dibujo, todo ello lo hace imprescindible en la transición del pensar al construir, siendo su papel mucho más importante que el de mero catalizador, ya que parte de ese pensamiento está ligado a la propia capacidad imaginativa de la mancha gráfica, del rasguño del propio dibujo. Incidiendo y ayudándonos a enfrentarnos a las propias imágenes que produce nuestra mente, imágenes en las que está presente, como decía Alberti, nuestro ánimo. De ahí, la importancia de los primeros dibujos y del como se aborden, teniendo en cuenta que ellos deben de llevar el germen de la arquitectura y desde ellos hemos de seguir nuestra reflexión.

Esa capacidad de reflexión, de aproximación al conocimiento, lo encontramos en esos primeros trazos realizados para comenzar a pensar sobre un proyecto. En esos trazos tan íntimos podemos aproximarnos al sentido de la arquitectura, como observamos en aquellos primeros croquis de J. A. Coderch para la casa Ugalde, donde sitúa los pinos, sus troncos, los sencillos y los dobles, y anota “vista estupenda”, “algarrobo pequeño”. En este sentido es interesante la instrumentación que del dibujo hace Álvaro Siza para a través de él ir aproximándose al conocimiento del lugar, empezando a dialogar con el propio territorio, esbozando pequeñas aproximaciones a la forma que se entrelazan a otras imágenes, recurrentes o no, que en ese momento preocupan a la mente.

Reflexión y capacidad de trasmisión esas dos condiciones las encontramos en los dibujos de A. Siza, unido ello a una disciplina basada en el propio dibujo como recurso para anotar, recordar, reflexionar y resolver los aspectos propios de la arquitectura, disciplina que mantiene en la manera de dibujar a lo largo de todo el proceso de construcción de la arquitectura. Aproximaciones, reflexiones y ajustes que se centran en dos series: los dibujos íntimos, dibujos de creación, de reflexión, de descripción pormenorizada, y los dibujos documentales, dibujos estrictos, concisos, incluso fríos, objetuales.

En un primer estadio encontramos solo la aproximación, la información, la reflexión, las visiones desde ángulos muy distintos, la comprensión de un programa, de unos intereses y las preguntas, las preguntas sobre todas las cosas, preguntas a si mismo, a los demás. No hay adelantos verbales, no hay compromisos formales. Solo bocetos rápidos, alguna relación particular y documentación gráfica sobre el lugar. Tras ello unos dibujos íntimos de trazo continuo, como si fueran una única frase que sale completa como un susurro, unos dibujos que llevan implícita esa idea de lugar que está en la mente del autor, que mantiene una serie de relaciones con el contexto, donde el grado de precisión no es excesivo pero las formas son contundentes. Esos dibujos de viejo paisajista que definió un día O. Bohigas cuando de los dibujos de Alvaro como croquis y perspectivas sobre el propio terreno sobre las mesas de los bares. (Bohigas, 1976)

El mismo Siza comenta que el dibujo tiene a veces “una vida propia, transformándose en un animal herido de patas temblorosas y ojos inquietos. Si es lo suficientemente reservado, parará de respirar y morirá. Si sus metamorfosis no son comprendidas.... tomará la forma de un monstruo. Si todo lo que parece importante y bello es tomado en cuenta, se tornará ridículo”. Tras ello una etapa de reflexión para llegar a una forma para la cual ha sido importante “el papel catalizador que Siza le da al dibujo, tanto en la teoría como en la práctica; el dibujo como una precisa y dolorosa metamorfosis con la que se desarrolla y se transforma la configuración esencial de una intención inicial(Frampton, 1988).

Explicación formal sobre el tablero de la idea de Siza sobre el colegio de la Virgen de los Lirios de Alcoi

Junto los dibujos íntimos se construyen unas primeras maquetas, sencillas, manuales, a escalas distintas, donde se analiza la topología, las formas del territorio, tras lo cual se pasa a un segundo estadio donde se comienza a perfilar una forma, a entablar un diálogo entre lo nuevo y lo existente. La mente y el dibujo ha ido gestando y modelando la idea y el proyecto va llegando a las geometrías detalladas, a los ajustes. Los dibujos dejan de preocuparse por las vistas generales, por expresar las relaciones con el territorio, para centrarse en los referentes bidimensionales, en las plantas y en los alzados, en las secciones, con dibujos acotados y con geometrías precisas, desnudos de aquello que no sea su propia forma, sin excesivas concesiones a la materia, que en este caso es másica, dibujos objetuales con mucho poder documental. El programa se amalgama con la forma, ambos se refunden en una interiorización personal del arquitecto. Estoy hablando de Alcoi

Los dibujos de A. Siza se asemejan a aquellos dibujos sobre papel corriente que se utilizaban durante el desarrollo de la construcción de la arquitectura y que nos dan noticia las crónicas decimonónicas alemanas. En su caso, un bloc de dibujos garantiza un seguimiento claro del proyecto, de las observaciones formales y requerimientos técnicos necesarios para desarrollar la arquitectura. Allí se resuelven los detalles, se ajustan ciertos elementos a la realidad en ocasiones cambiante de una obra. Es un segundo estadio de dibujos íntimos.





viernes, 14 de febrero de 2020

El Jardín de las Hespérides en la Guía de Jardines americana "Alice's Garden Travel Buzz"


"Alice's Garden Travel Buzz" la renombrada Guía de Jardines norteamericana, radicada en San Francisco, visitó nuestro jardín hace unos años y escribió el siguiente artículo (ingles- español)

Garden of the Hesperides .. Valencia   


Valencia offers garden travelers and aficionados of modern landscape architecture a trove of settings to fill their days. Strolling away from the city center along Calle de Quart, you’ll pass through the ancient towers on the way to the botanical gardens, appearing on your right. Across the street from the gardens, I booked a room at a boutique hotel, Hotel Jardin Botanico.

The El Carmen neighborhood is an artistic hub; a place to enjoy a bite to eat in a small cafe frequented by Valencians. My time in Valencia was coming to an end when I experienced an exhilarating finale to my exploration of Spain’s third largest city:The Garden of the Hesperides, adjacent to the… University’s Jardi Botanic,  but tucked away on Gaspar Bono street.

In Greek mythology, the daughters of the god Hesperus dwelled in an idyllic mountain garden at the edge of the world. Guarded by a dragon, this arcadian realm was known for its tree of golden apples. The nymphs (sometimes called the African Sisters) provided inspiration for what I found to be Valencia’s most surprising public space. Constructed around the Millennium, the ‘Hesperides’ is the work of VAM 10 Arquitectura Studio: Designed by Maria Teresa Santamaria, agricultural technical engineer, & architects Antonio Gallud, Carlos Campos, and Miguel del Rey.



In the contained space of a Hortus Conclusus, the designers called upon symbolic elements to relate to the scented landscapes of early Catalonia. A collection of citrus species hearkens to the admirable horticulture of Valencia’s 15th century. Cypresses are planted as prominent structural forms. Water cascades through channels. Fountains freshen the air.



In the words of the designers, “The garden is a setting for dreams…where…the highest, most generous thoughts come to mind.” In naming the garden, they looked to the nymphs as “the symbol of fertility.” In the sophistication of this public park, the Garden of the Hesperides helps to define the spirit of Valencia in the new Millennium with a refreshingly modern landscape design: A layout animated by the historical significance of its Mediterranean plantings, water features, and sculptural focal point.

Enter the confines of this walled retreat, and you escape from the nonstop traffic of a nearby thoroughfare. Two concrete gates swivel into a locked or unlocked position; the material given textural treatments that set polished surfaces against raw sections.  Inlaid with linear strips of black and cream-colored marble, the gates have a presence that calls to mind vast canvases in an art galley.

Underfoot, the walkway contains subtle leaf patterns suggestive of fossil remains. The landscape’s bold geometry caters to botanically inclined visitors with a composition incorporating rows of fragrant lavender and germander shrubs, bisected by walls of emerald green foliage interspersed with palm trees.

Exuberant bougainvillea clad pergolas provide a shady respite, while an espalier of ‘Toscana’ lemons basks in the sun. Water gently flows within the angular outlines of a rill, the channel dipping beneath the ground, and ultimately finding its way into a rectangular pond.
On the expansive terraces, a lovely Salix babylonica weeps, in alliance with  ‘Metamorfosis‘ …a sculpture by Miklos A. Palfy.

A este texto, un blog americano que visitó el jardín le comentó a Alice’s Garden…
Querida Alice: ¡Qué jardín público más interesante es este! Me encantan las fuertes paredes verdes de los cipreses y las plantaciones perennes masivas. Pero, de riachuelo es absolutamente maravilloso. Simple, elegante y refinado. Los materiales y la forma en que se canaliza el agua están bellamente diseñados.




(español) El Jardín de las Hespérides.. Valencia
Valencia ofrece a los viajeros de jardín y aficionados a la arquitectura del paisaje moderno un conjunto de escenarios para llenar sus días. Paseando por el centro de la ciudad a lo largo de la Calle de Quart, pasará por las antiguas torres en el camino hacia los jardines botánicos, que aparecerán a su derecha. Al otro lado de la calle de los jardines, reservé una habitación en un hotel boutique, el Hotel Jardín Botánico.
El barrio de El Carmen es un centro artístico; Un lugar para disfrutar de un bocado en un pequeño café frecuentado por valencianos. Mi tiempo en Valencia estaba llegando a su fin cuando experimenté un emocionante final de mi exploración de la tercera ciudad más grande de España:
El Jardín de las Hespérides, adyacente al ... Jardín Botánico de la Universidad, pero escondido en la calle Gaspar Bono.

En la mitología griega, las hijas del dios Hesperus vivían en un idílico jardín de montaña al borde del mundo. Guardado por un dragón, este reino arcadio era conocido por su árbol de manzanas doradas. Las ninfas (a veces llamadas las hermanas africanas) me inspiraron en lo que me pareció el espacio público más sorprendente de Valencia. Construido alrededor del Milenio, las "Hespérides" son obra de lEstudio VAM 10 Arquitectura: diseñado por María Teresa Santamaría, ingeniera técnica agrícola y arquitectos Antonio Gallud, Carlos Campos y Miguel del Rey.

En el espacio contenido de un Hortus Conclusus, los diseñadores recurrieron a elementos simbólicos para relacionarse con los paisajes perfumados de la Cataluña temprana. Una colección de especies de cítricos escucha la admirable horticultura del siglo XV de Valencia. Los cipreses se plantan como formas estructurales prominentes. Cascadas de agua a través de canales. Las fuentes refrescan el aire.

En palabras de los diseñadores, "El jardín es un escenario de sueños ... donde ... los pensamientos más elevados y generosos vienen a la mente". Al nombrar el jardín, vieron a las ninfas como "el símbolo de la fertilidad". En la sofisticación de este parque público, el Jardín de las Hespérides ayuda a definir el espíritu de Valencia en el nuevo Milenio con un diseño de paisaje refrescante y moderno: un diseño animado por el significado histórico de sus plantaciones mediterráneas, características del agua y punto focal escultórico.

Entra en los límites de este retiro amurallado y escapa del tráfico sin parar de una vía cercana. Dos puertas de concreto giran a una posición bloqueada o desbloqueada; El material recibió tratamientos de textura que establecen superficies pulidas contra secciones en bruto. Con incrustaciones de tiras lineales de mármol negro y crema, las puertas tienen una presencia que recuerda vastos lienzos en una galera de arte.

Debajo de los pies, la pasarela contiene patrones de hojas sutiles que sugieren restos fósiles. La audaz geometría del paisaje abastece a los visitantes con inclinaciones botánicas con una composición que incorpora hileras de fragantes lavandas y arbustos alemanes, atravesados ​​por paredes de follaje verde esmeralda intercalados con palmeras.

Las exuberantes pérgolas revestidas de buganvillas brindan un respiro sombrío, mientras que una espaldera de limones "Toscana" se toma el sol. El agua fluye suavemente dentro de los contornos angulares de un riachuelo, el canal se sumerge bajo el suelo y finalmente se abre paso en un estanque rectangular.



En las amplias terrazas, una encantadora Salix babylonica llora, en alianza con ‘Metamorfosis‘ ... una escultura de Miklos A. Palfy.

jueves, 13 de febrero de 2020

Un huerto-jardín del siglo XVIII en Altea: el Huerto del Convento de San Francisco, por Miguel del Rey (cast- val)


El huerto jardín del antiguo convento de San Francisco en Altea.
Extracto del libro “Paseando por las alteas”, M.del Rey, Valencia 2016, junto a las nuevas aportaciones de la exposición en de la obra de Genaro Palau (Torrent 2019) con desconocidos paisajes y vistas del huerto


Detalle del plano del huerto-jardín recién diseñado y plantado. Parcial del Plano de la Villa de Altea de F. Ricaud- 1740

Se extendía al noreste del convento, entre un camino rural que lo bordeaba por el oeste y las tierras que daban ya a la playa en aquellos momentos. El preciso dibujo de Francisco Ricaud de 1740, nos muestra un jardín compuesto de pequeños cuarteles en forma cuadrada o rectangular, con algunas geometrías elípticas o circulares. En estos pequeños parterres se pueden entender setos de recorte que bordean algún árbol central, posiblemente con algunos arbustos plantados en macetas que marcan los ángulos, definiendo un gran número de particiones quizás especializadas en plantas medicinales, olorosas o de puro disfrute.  En el plano vemos que desde la acequia del Reg Major baja una importante hijuela hasta este punto, la fillola del Bol, que regaba el jardín a partir de un cajero dispuesto longitudinalmente al oeste del huerto. Alguna de las zonas del jardín, quizás más retiradas, estarían dedicadas a campo santo, pues son varias las referencias documentales de enterramientos en el convento, generalmente en el propio huerto, además de los que se hicieran en la propia iglesia.

Vista posterior del Huerto, Genaro Palau, col particular, sobre 1920. Gentileza de Ester Alba

Al fondo, hacia el noreste, el jardín se convierte en huerto, también subdividido en pequeños espacios; por lo dibujado parecen existir variedades distintas de arbolado, pues se aprecian diversas texturas. Las tapias no se parecen arboladas ni vestidas por vegetación, pero si atendemos a otros jardines culturalmente próximos, como el de Penàguila o el antiguo Huerto de la Barbera en Vilajoiosa, con quien guarda cierta similitud, podemos suponer que estas tapias de obra estarían vestidas con arbustos olorosos y de elegante colorido.

Puerta norte del Huerto sobre 1920. Genaro Palau, col particular. Foto M del Rey

Las vistas del paisajista Genaro Palau, tan vinculado a Altea, nos permiten un paseo por el huerto, con perspectivas y detalles interesantes del mismo, lo que nos permite disfrutar de aquella belleza perdida.

(val) L’hort-jardí del antic convent de Sant Francesc a Altea.
Extracte del llibre “Passejant per les altees”. M. del Rey, València 2016

S’estenia al nord-est del convent, entre un camí rural que el vorejava per l’oest i les terres que donaven ja a la platja en aquells moments. El precís dibuix de Francisco Ricaud de 1740, ens mostra un jardí compost de xicotets quarters regulars en forma quadrada o rectangular, amb algunes geometries el·líptiques o circulars. En aquests xicotets parterres podem trobar tanques que voregen algun arbre central, possiblement amb alguns arbustos plantats en macetes que marquen els angles, definint un gran nombre de particions tal vegada especialitzades en plantes medicinals, oloroses o de pur guadi. Al plànol veiem que des de la séquia del Rec Major baixa una important fillola fins a aquest punt, la fillola d’El Bol que regava el jardí a partir d’un caixer disposat longitudinalment a l’oest de l’hort. Alguna de les zones del jardí, potser més retirades, estarien dedicades al cementeri, ja que són varies les referències documentals d’enterraments en el convent, generalment en el mateix hort, a més dels que es feren en la mateixa església.

                  Vista parcial de la puerta norte del Huerto. Genaro Palau, col particular. Foto M del Rey

Al fons, cap al nord-est, el jardí es converteix en un hort, també subdividit en xicotets espais; pel dibuix sembla existir varietats diferents d’arbrat, ja que s’aprecien diferents textures. Les tapies no es veuen arbrades ni vestides per vegetació, però si atenem a altres jardins culturalment pròxims com el de Penàguila o l’antic Hort de la Barbera de la Vila Joiosa, amb qui guarda certa similitud, podem suposar que aquestes tàpies d’obra estarien vestides amb arbustos olorosos i d’elegant colorit.