Palacio de los Marqueses de Campo-Fértil, Altea 1924-1925
A partir de la referencia al edificio publicada en el libro “Paseando por las alteas” Miguel del Rey, Valencia 2016, pag
240-242
Vista del palacete. Archivo J. Zaragoza.
En el número de enero de 1926, el
semanario ilustrado “Blanco y Negro”, publicaba un articulo titulado: “Residencias campestres: la de los
marqueses de Campo-Fértil en Altea” en el que daba noticia
de la fiesta de inauguración del palacete que el arquitecto valenciano
Francisco Mora construyó para los marqueses, una residencia situada sobre la
ladera de la colina del Monte Molar, con campos agrarios a su alrededor y unos
bosquetes de pinos que subían hasta la cima de la colina y desde allí una
pérgola modernista divisaba una de las bahías más bonitas del Mediterráneo
español: la Bahía de Altea
Planta baja del edificio. MdR
Francisco
Mora (*Sagunto, 1875 +1961) se formó en la escuela de Barcelona (1898) dentro
del ambiente modernista de Doménech i Montaner y la experimentación de Antonio
Gaudí. Se incorpora en 1901 al equipo de
arquitectos municipales del Ayuntamiento de Valencia y combina su intensa obra
pública con su despacho privado durante décadas, donde practica una excelente
arquitectura dentro de un modernismo de calidad y un eclecticismo propio de
la época, muy variado en el repertorio estilístico y placentero para la alta
sociedad e instituciones valencianas.
Vista del Patio. MdR
Levanta
este palacete alteano entre los años
1924 -25 en un lugar estratégico que domina la vista de la desembocadura del
Algar y el pueblo de Altea, además de disponer de un mirador excepcional sobre
la bahía de la Olla. El conjunto es de gran valor paisajístico. La casa
denominada popularmente “del marqués”
fue construida por don José Beneyto Rostoll, abogado y diplomático alteano,
casado con la marquesa de Campo-Fértil. El edificio es una de las piezas más
interesantes de la arquitectura residencial suburbana alteana, estilísticamente
adscrito al casticismo imperante en esta época tras el abandono del modernismo.
Vestíbulo de entrada. MdR
Mora nos
ofrece un edificio bien construido, hoy bien conservado -con algunos elementos
añadidos en el tiempo y quizás poco afortunados- que se articula en torno a un
patio claustral circundado por un pórtico de tres vanos por lado, resuelto con
finas columnas sobre las que descansan arcos de medio punto; un patio cuyas
paredes están recorridas por un elegantísimo zócalo de azulejería al gusto
neomudéjar. El cuerpo principal está armado por torres laterales, presentado la
imagen robusta que posiblemente deseaba el cliente. Este cuerpo de fachada
alberga las estancias principales y representativas de la casa: un gran
vestíbulo en planta baja que articula las salas laterales bajo las torres y se
vincula con el patio, mientras que en planta alta una gran sala articula las
alcobas laterales. La asimetría forzada, con el acabado diverso de ambas
torres, con sus potentes vidriados de tejas de cubiertas, de un fuerte verde
turolense (quizás de La Ceramo) , insisten en el regusto mudéjar que se potencia con el medievalismo
en el tratamiento de materiales y acabados: mampostería concertada, sillería en
esquinas, o con el atrevido uso de unos pequeños merlones coronando la fachada
principal, la gran chimenea en las salas, etc.
Pérgola sobre la bahía. MdR
Sobre la
cima de una de las colinas en torno a la casa se levanta un mirador de la bahía
resuelto con una elegante pérgola modernista construida en hormigón teñido de
almagra; arquitectura existente necesitada de una restauración estructural.
Don José Beneyto
Rostoll, Altea 1882, fue abogado y diplomático destinado en varias cancillerías europeas y americanas en el primer tercio del siglo XX, casado con
Doña Pilar Guillamás, hija de los Condes de Sotomayor y marquesa de
Campofértil. Estuvo ligado a la política en el partido conservador y fue
diputado por Pego en 1923. La Guerra Civil segó de manera dramática su vida,
siendo secuestrado precisamente en su finca de Altea y más tarde asesinado.