La Alquería de
Tronaes es una alquería dieciochesca situada en un entorno marcado por la
presencia de las grandes infraestructuras que bordean a la ciudad por el sur. Un
lugar de la huerta, hoy en ruina, que como la propia alquería forma parte de un
paisaje al que desafortunadamente, nos estamos acostumbrando. Hace poco tiempo
fue un enclave atractivo, con vida, en el cual se daban cita alquería,
barracas, acequias, caminos, que estructuraban el territorio histórico de la
huerta.
No tuvo suerte el
lugar, las grandes infraestructuras le alcanzaron de lleno: el nuevo Cauce y
las autopista marginales, la ronda Sur, la Fe, las vías del tren… para qué
decir, su destino quedó marcado y la ciudad no tuvo clemencia con el lugar. Aún
recuerdo el viejo camino de las Escuelas de Malilla, con una controvertida
barraca, eso sí, sin demasiado interés, pero que atrajo la mirada de
instituciones y de algún que otro ciudadano inquieto. Ello la hizo incorporarse
al Catálogo de Bienes Patrimoniales del Ayuntamiento, como a la Alquería de
Tronaes. En el caso de la barraca le apoyaban el trazado del camino, la
presencia de un entorno poblado con el atractivo de una vida rural a las
puertas de la ciudad, más tarde el abandonado, después marginal, hoy en ruina.