La Marina, al lado de la montaña
meridional y la ciudad de Valencia, son escenarios de la trama que se
desarrolla en los finales del Setecientos y primera mitad del Ochocientos.
Altea, Xàvia, Calp, Benimantell, la Villa, Valencia, Bocairent, el Valle de
Travadell, el Alcoiá, Gandia ... pueblos y ciudades cobran vida en paisajes
físicos y humanos de época, donde aparecen personajes reales de familias que en
este momento representan parte del poder político y económico de estas
comarcas: individuos que tienen el poder señorial o el poder local, junto a
personajes populares, representantes de la Corona, ilustrados, afrancesados,
frailes trastornados, caciques y bandoleros de la época.
La acción se apoya en hechos
ocurridos y documentados a partir de escrituras, protocolos notariales, cartas,
restos de bibliotecas privadas de este tiempo, noticias publicadas en
periódicos de época, bibliografía especializada, así como una importante dosis
de tradición oral. Procurando una visión compleja de una sociedad que contempla
atónita el hundimiento de un mundo en el sonido de sucesos revolucionarios en
Francia, guerras en el sur europeo, la pérdida de las Colonias americanas,
ciclos económicos, crisis y malestar social ... , cuestiones todas ellas que
aprovecha el liberalismo para conquistar el poder.
Las personas que muestren interés
por el libro pueden encontrarlo en las librerías “Mascarat” o “Bou” en Altea.
hoy en ediciones renovadas.
Entre las críticas recibidas podemos citar a Bel Carrasco,
en “El Mundo”, dice de Bartolomé: “A partir de la evolución de una familia,
su novela 'Bartolomé' describe los cambios radicales acaecidos en el crepúsculo
del Antiguo Régimen; el conflictivo tránsito del despotismo ilustrado al
liberalismo… aunque el protagonista
principal es Bartolomé, el autor destaca el importante papel que tenían las
mujeres en esa época Por otra parte, los lectores interesados en la historia
encontrarán una concienzuda recreación de una parte de su pasado, centrada en
las relaciones sociales, económicas, así como las políticas matrimoniales de
ciertos grupos sociales, sus relaciones con la iglesia y sus diversas
tendencias, el papel de la mujer, el despotismo ilustrado, el populismo, el
liberalismo...”
El Profesor Enric Mateu, en su presentación de la obra en
Valencia, comentaba:
“Con Bartolomé viajamos por las tierras de Altea y
nuestro novelista nos guía por los campos y sirviéndose de las palabras pinta
cuadros donde advertimos formas llenas de color, volúmenes con contornos, y
sobre todo, es mi opinión, destaca la luz que ilumina todo el paisaje. Luz que
traspasa su sentido físico para aflorar una sensibilidad exquisita.
Todo este mundo que musicalmente definiríamos como
mozartiano, lleno de alegría de vivir que rompe, en ocasiones las tristes
costuras de la Iglesia y el Santo Oficio queda roto y cuestionado por la
Revolución Francesa. Y aquí entraríamos en la segunda parte titulada: La
plenitud: Tiempos convulsos. Continuando con el paisaje, ahora ya no se
describen las tierras ordenadas para el cultivo según las reglas de la
agronomía ciencia traída de la dulce Francia. Ahora el paisaje es agreste,
amenazador, sombrío, un escenario con el telón de una Sierra de Aitana
misteriosa incluso peligrosa si uno se adentra en ella. El aumento de
bandoleros, su creciente importancia anuncia como los rayos el inicio de la
tormenta histórica que va a vivir España. Bartolomé, caballero ilustrado y leal
monárquico, debe navegar a partir de ahora en el proceloso mar de la
revolución. Mantendrá firme el timón, pero no le gusta la peligrosa navegación
que hace y las costas lejanas a donde se dirige le producen temor e
insatisfacción”.
Nuestro ilustrado activista cultural alteano, Rafael Llorca,
en su interesante presentación del libro en Altea, decía:
“ No es una novela histórica sino una historia novelada,
con una gran información de la época… en la que sorprende conocer que Altea era
un vivero de oportunidades de negocio, de enriquecimiento y de trabajo: habían minas de hierro y basalto, comercio
marítimo con los productos de la comarca y con los que se traían de vuelta,
industria agro-alimentaria con las pasas, producción de seda, etc..., además de
la pesca y agricultura (trigo, viña,...), que después se hundió por las
cuestiones económicas y políticas que se
fueron dando, a lo largo del tiempo. Es muy significativo el dato de que la
población de Altea se quintuplicó.
En el libro se describen las relaciones galantes con las
mujeres, como se formaban las parejas de novios, por amor y/o interés y todo lo
que se movía a su alrededor, y una descripción tan detallada de la moda, de cómo
visten los protagonistas, que se le puede aplicar lo que dice Pepe Rovira: “una
escritura que parece que no tenga prisa, mientras nos muestra la prisa de la
existencia”.