A propósito
de la Alquería del Fesol en Beniferri
Publicado en Las Provincias
08-03-2001 y en el libro "Lugares", Valencia 2005.
La luna nos la empezaron a quitar con la contaminación lumínica que
sufrimos en la ciudad y aquella luna blanca, de plata, se ha convertido en un
astro algo opaco fagotizado por los reflejos anaranjados de las lámparas de
bajo consumo. De ella nos quedaba la memoria y el dicho, pero más aún, existía
el lugar y el edificio que albergó a la antigua Venta de la Luna y siempre nos
quedaba la posibilidad de que un día se restaurara y pudiéramos ir a “La Luna
de Valencia”; era como una potencia, estaba allí, existía. Recuerdan ustedes
aquel dicho, aquella historia de quedarse fuera de la ciudad cuando se llegaba
tarde y a deshora y las muralla habían cerrado sus puertas. Uno de los lugares
donde se podía recurrir era a la Venta de La Luna, ubicada según la tradición
oral en la denominada Alquería del Fesol, una vetusta construcción medio
arruinada, pero perfectamente restaurable, que mostraba con cierto orgullo
fragmentos de sus fábricas de tapiales del S. XV y que se alzaba en el primer
recodo del Camino de Lliria antes de llegar al núcleo de Beniferri.
En la Venta de la Luna hacían noche los viajeros de los Serranos, los
del Camp de Túria y desde ella entraban temprano en la ciudad. Allí había
quedado desde hacia años, esperando a que sus muros nos contaran historias de
viajeros románticos, de bandoleros, de comerciantes ávidos de negocios en la
ciudad, de amores furtivos,..., de todo eso que ocurre en las verdaderas
historias, no en las míticas, que siempre son iguales y mucho mas aburridas. La
Alquería del Fesol estaba a la espera que alguien se acordara de ella, como así
fue, como se valoró y se informó, esperando que esos informes fueran tenidos en
cuenta, más aún cuando estaba ubicada en un área de especial protección
señalada en el Plan General actualmente en vigor, como es el núcleo histórico
de Beniferri.
No se quien la ha derribado, pero sea por
acción o por omisión, nuestros gobernantes son los responsables y por sus actos
considero que nuestra historia no les interesa, parece como si desearan el
cambiarla, proponiéndonos vivir en un mundo de pesadilla, inventado, actuando
compulsivamente, como tirando los papeles al aire y abrazando la idea mas
peregrina y a ser posible menos contrastada: Un balcón al mar posible pero
lleno de trastos inservibles y caros, recrear hábitats exóticos destruyendo los
autóctonos, museos sin contenido, ahora me gusta mas el patio renacentista aquí
que allá.....
Hace unos meses ya destruyeron en Beniferri una hermosa alquería del S. XVII, la de la Tía
Emilia, una esplendida casa en perfecto estado y lindante con el núcleo del
Canonge, un área especialmente protegida en el Plan General. Una casa que
marcaba el trazo de la acequia de Tormos cuando corre paralela y casi unida a
la de Montcada. Una casa que junto a los cauces de las acequias y a las
alquerías del Canonge, El Torreón y los molinos de Beniferri y Benimámet,
constituían uno de los enclaves mas atractivos de las huertas de Noroeste de la
ciudad. Destruyeron un paisaje irrepetible. Hoy con el derribo de la Alquería
del Fesol nos han destruido no solo un edificio mas de nuestro patrimonio, nos
han quitado parte de nuestra memoria colectiva, de nuestro pasado. Nos han
robado la Luna de Valencia
Miguel del Rey es arquitecto y catedrático de Proyectos Arquitectónicos