La comarca
de la Marina y la referencia del pueblo de Altea en la cartografía holandesa de
los siglos XVII y XVIII. *
* Extraído parcialmente del libro "Paseando por las alteas" Miguel del Rey,Valencia 2016.
Algunos de ellos publicados por gentileza de la Fundación Gimenez Lorente
Algunos de ellos publicados por gentileza de la Fundación Gimenez Lorente
“Valentiae Regni Olim” de Abraham Oertel, fechado en Amberes en 1585.
En la
cartografía terrestre encontramos lecturas e interpretaciones muy particulares del
territorio valenciano, en particular de la comarca de la Marina, y entre ellos
uno que es particularmente atractivo, el caso de Altea, un pueblo –el único de
nueva planta en el litoral valenciano y también español en época moderna- y que
transforma un territorio proveniente de la antigua estructura de alquerías y
castillos islámicos y tradomedievales. Por ello es atractivo analizar las
distintas escuelas de mapistas e impresores que desde 1585 grafían el
territorio valenciano y dan carta de naturaleza al Reino de Valencia como
entidad geográfica con perfil reconocible. Ubican en sus mapas ciudades y
villas, así como accidentes costeros y ríos. Son planos con intereses varios, que
van desde los políticos y militares al comercio, o a la rapiña de corsarios, lo
cual nos indica la importancia de los buques que aparecen en los mapas,
condición marítima que hasta bien entrado el siglo XVIII se mantiene en la
cartografía, utilizando el mar como principal vía de comunicación en nuestro
territorio.
La
primera vez que encontramos el nombre de Altea en la cartografía mundial es en
el plano “Valentiae Regni Olim” de Abraham Oertel -latinizado como
Abraham Ortelius-, con original fechado en Amberes en 1585. En él podemos
observar la ubicación de una “Altea” bajo la sierra de Bernia -la actual Altea
la Vella- además de un asentamiento en “Lo alto de Bernia” -el Fort- y varias
atalayas fortificadas, la Bombarda, Bellaguarda, señalada con nombre propio
como Cap Negret. La torre de la Galera es posible que en este momento no
estuviera construida. Por supuesto no existe aún la fortaleza de Altea. Es este
un plano muy fiel que ha sido copiado hasta la saciedad por la escuela
holandesa, sin variaciones ni puestas al día, de manera que podemos ver como en
las copias de diversos editores holandeses afincados en Amberes y más tarde en
Amsterdam, se van repitiendo estas referencias hasta mediados del siglo XVII.
Entre los planos holandeses de esta serie podemos distinguir las diversas ediciones del propio Oertel de 1603, algunos con variantes más sencillas del plano, aunque con gran valor icónico, donde tan sólo representa las ciudades, villas y accidentes geográficos de importancia, remarcando que en esta selección está presente Bellaguarda. Tras él, hay que distinguir los denominados “Regni Valentiae Typus” editados por G. Kremer y J. Hondius- en Amsterdam en 1607 y posteriormente en 1609, que no aportan más información.
Hay que
distinguir dos mapas holandeses separados de la influencia de Oertel: el
denominado , es un plano más preciso en la geografía y en la definición de la costa,
sin incluir, en el caso de Altea una variación importante, pues 70 años después
de la construcción de la fortaleza de Altea, la sigue situando Altea al norte
del río y no hace mención de la nueva Villa.
Unos
años más tarde, un nuevo plano holandés nos aporta una preciada información; en
él podemos ver el trazado del Camino Real. Es el denominado “Nova Mapa de
Murcia, Valencia y das Islas Baleares, con los Caminos Reales” de P. van
Aa, fechado en Amsterdam en 1714. Una fecha importante, pues coincide con la
Guerra de Sucesión, por lo que no se le puede negar un cierto interés político,
como en el caso del plano austracista alemán, de la misma fecha
aproximadamente, que publicamos hace unos días.
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