LA VILLA Y EL CHALET EN LA ALTEA DEL ULTIMO TERCIO DEL S.XIX E INICIOS DEL
SIGLO XX.(parte I) * Extraído del libro "Paseando por las alteas" M del Rey, 2016
Villa de los Angeles, o Villa Gadea
La burguesía alteana y la sociedad que nos visitaba en la segunda mitad del s XIX y los inicios del siglo XX, abrazó la nueva estética que el romanticismo tardío le
ofrecía, como podemos ver en la la Casa de la Morería, un edificio adelantado a su tiempo en
la Altea aproximadamente de 1850. Los cánones clásicos se abandonan poco a poco, empezando por
la burguesía adinerada en las últimas décadas del siglo XIX, cuando empieza a
construir sus casas a partir de arquitecturas temáticas: la casa neomudéjar de
Francesc Martínez i Martínez, dedicada a Cervantes, su autor idolatrado. Casas
con referencias morunas, como la Casa Martínez con sus dos torres transgresoras
-nunca habían habido estas torres en la muralla alteana- aunque asimiladas
perfectamente al imaginario alteano. Evocaciones a la misma iglesia de Altea en
el Hort de la Campaneta - que hemos visto en el anterior artículo- , o villas neopalladianas con acabados gotizantes
incluidos en Villa Gadea, bauxartianos, como la Villa Sagi-Vela, más tarde Villa
Garcia; todo ello en aras de un historicismo que arrasa en la sociedad en un
largo peregrinar por formas de resonancias foráneas o lejanas en el tiempo,
alejándose cada vez más la cultura constructiva tradicional.
Villa Sagi-Vela, más tarde Villa García
Si bien aquellas arquitecturas fueron predecesoras, a partir
de los años 20 y 30 el siglo XX se
introduce un tipo constructivo que logra una progresiva estabilización en
Altea; es el “chalet”, con sus formas más o menos caprichosas, extraídas de
catálogos ilustrados, de referencias formales culturalmente lejanas – Mar i Cel
será un ejemplo de gran importancia- que poco a poco se va estabilizando
tipológicamente, simplificándose y estructurando sus formas hasta tener un
repertorio más o menos establecido y construido con materiales a su vez
estándar para la época. Casas con una torre, un porche porticado, materiales y
acabados no localistas: ladrillo visto o simulado, muros revocados a la
tirolesa, ventanas amplias, en algunos casos a la inglesa, persianas
americanas, teja marsellesa o alicantina, etc.. Casa Carreta en Cap Negret será
un buen ejemplo. A partir de ellas, de manera más modesta, la pequeña burguesia
y algunos veraneantes, solicitan a los maestros de obra que repitan los
esquemas con pequeñas variantes.
Villas Mar i Cel y Villa San Francisco
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