“…..Le ha gustado acercarse estos días a Beniardá….. Reanuda la actividad
con sus primos y una mañana que marcha con ellos hasta la Masía de Gorgues en
Beniardá – un Mas situado en la ladera de la Solana, al otro lado del cauce del
río Guadalest– les encuentra chistosos y bromistas con él, más de lo habitual.
Van a recoger unos caballos que la familia ha comprado a buen precio. Bajan por
intrincados barrancos hasta el cauce del Guadalest, Las vistas de las sierras
son espectaculares desde lo profundo... en l’Abdet almuerzan, bordean más tarde
el cauce y suben la ladera sur de la montaña, planeando a lo largo de los
estrechos bancales de vid que construyen el paisaje; las vides muestran el
esplendor de la futura cosecha del moscatel.
La Masía de Gorgues es una moderna explotación dedicada a la producción de
la uva pasa que ocupa las finas terrazas de cultivo subiendo la ladera sur de
la montaña; una construcción alargada de limpios volúmenes: una casa de un solo
cuerpo y dos plantas con pocos vanos en planta baja donde asoman finas
aspilleras por las que sacar los trabucos para defenderse. Parte de la planta
baja la forman los arcos de un riurau que se prolongan más allá de su volumen
hasta definir un porticado de seis o siete ojos, algunos de ellos tapiados. Más
allá están los corrales, donde aguardan los caballos. Frente a la casa una
explanada, la era de secado de la uva. Juan quedó observando aquella
arquitectura, mientras sus primos empezaban el rito habitual de estos tratos de
ganado.
El riurau le cautiva, presenta unas formas particulares: arcos de medio
punto apoyados sobre anchas columnas cilíndricas; una construcción de
rotundidad encomiable, no había visto ninguna igual. Ve en ella un cierto
regusto moruno, quizás la corta columna, o el alero, fino y estrecho, que
contrapone su ligereza a lo másico del porticado. Le gusta esa construcción
donde las formas y técnicas se resuelven de manera tan rotunda.”
Pag 372 y 373 de la 2ª edición . Fotos MdR
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