La actual iglesia del convento de San Pedro y San Francisco
es el único cuerpo existente de lo que fue el convento franciscano que surgió
al amparo de la antigua ermita de San Pedro, situada en la parte norte del
arrabal del mismo nombre, en el extremo norte del denso poblado de pescadores,
muy activo durante el siglo XVIII. Instituida la Orden Franciscana en Altea en
1728 y construido el convento en tierras de la hoy casi olvidada partida del
Bol, una zona de fértiles huertas regadas por el Riego Mayor y en cuyas playas
a lo largo del Setecientos y el Ochocientos, hubo gran actividad pesquera y de
comercio marítimo.
El convento
se empezó a construir a partir de 1728, año en que se instalaron en dicha
ermita los religiosos de Benissa, siendo muy prolongada la edificación del
conjunto de sus instalaciones en el tiempo, ya que además de los elementos
conventuales propios de estas instituciones: Iglesia, claustro, refectorio,
cocinas, celdas y estancias del Prior, huerto y cementerio, disponía de
hospicio y hospital, así como de espacios para docencia.
El convento
franciscano fue desamortizado tras las leyes de Mendizabal en 1835. La iglesia
quedó como templo abierto al culto dependiente de la iglesia parroquial de
Altea, mientras que el resto edificio paso a propiedad pública y los terrenos
de los huertos fueron comprados por familias alteanas, compras sancionadas de
excomunión por la Iglesia en aquellos momentos. A lo largo de 1968 se derribó
el vetusto edificio tras años de abandono y en aras de un cierto concepto de
modernidad, con el callado resquemor en muchos ciudadanos de que se estaba
perdiendo algo muy propio, como indican algunos autores.
El huerto
jardín.-
Se extendía
al noreste del convento, entre un camino rural que lo bordeaba por el oeste y
las tierras que daban ya a la playa en aquellos momentos. En el preciso dibujo
de Francisco Ricaud de 1740, encontramos un jardín compuesto de pequeños
cuarteles en forma cuadrada o rectangular, con algunas geometrías elípticas o
circulares. En estos pequeños parterres se pueden entender perímetros de
recorte que bordean algún árbol central, junto a arbustos en macetas que marcan
los ángulos, definiendo un gran número de particiones posiblemente
especializadas en plantas medicinales, olorosas o de puro disfrute. En el plano vemos que de la acequia del Reg
Major baja una importante hijuela hasta este punto, la hijuela del Bol que
regaba el jardín a partir de un cajero dispuesto longitudinal desde el oeste
del huerto. Alguna de las zonas del jardín, quizás más retiradas, estarían
dedicadas a campo santo, pues son varias las referencias documentales de
enterramientos en el convento, generalmente en el propio huerto, además de los
que se hicieran en la propia iglesia.
Al fondo,
hacia el noreste, el jardín se convierte en huerto, también subdividido en pequeños
espacios; por el dibujo parecen existir variedades distintas de arbolado, pues
el dibujo indica distintas texturas. Las tapias no se ven arboladas ni vestidas
por vegetación, pero si atendemos a otros jardines culturalmente próximos, como
el de Penàguila o el antiguo Huerto de la Barbera en la Vila, con quien guarda
cierta similitud, podemos suponer que estas tapias de obra, estarían vestidas
con arbustos olorosos y de elegante colorido.
Más tarde,
tras la Desamortización, paso a formar parte de huertos fragmentados, propiedad
de las casas que abrían fachada a la actual calle Conde de Altea, y algún
pequeño fragmento quedo propiedad de la casa Aynat, hoy desaparecida, con
fachada a la actual Costera de Montcau, justo donde ahora abre la Avenida Rei En
Jaume.
Su
iconografía.-
Izquierda: Paisaje del Huerto del Convento, Oleo, 1926. Col. Privada. Expuesto en "Genaro Palau, Un pintor de Torrent"- Torrent, Enero, Mayo 2019. Comisaria Ester Alba. Foto M del Rey
Derecha: Fresco de la Casa Mompó, hoy desaparecido. Foto remastreada por M del Rey, de un original de Luis Fuster.
Pocas imágenes, salvo el elegante
plano de Ricaud, tenemos del jardín, alguna fotografía desde Bellaguarda, pero
poco más. Solo nos quedaba la imagen en fotografía de uno de los frescos
perdidos de la Casa Mompó, el que nos sitúa en primer plano una palmera y al
fondo el ábside de la iglesia. La exposición en Torrent de la Obra de Genaro
Palau nos ha ofrecido más información. Por un lado se ha expuesto el óleo
original, previo al fresco, el paisaje pintado para desde él elaborar el fresco
de la Casa Mompó. Un cuadro, por cierto, muy similar al propio fresco.
Vista del antiguo Huerto de San Francisco. Col. Privada. Expuesto en la exposición "Genaro Palau, Un pintor de Torrent"- Torrent, Enero, Mayo 2019. Comisaria Ester Alba. Foto M del Rey
Nota: parte
del texto corresponde al capítulo dedicado al Convento de San Francisco en el
libro “paseando por las Altea” M. del Rey, Valencia, 2016, pag. 357-361.
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