El paisaje:
El edificio se sitúa en la partida del Serradal de Meliana. Entre
el Barrio de Roca y Meliana, próxima al camino del Mar, al cual da la espalda,
cerrada por una cerca de ladrillo de origen más moderno, encontramos la
alquería, una de las más importantes de la zona y que se mantiene entre casa
agraria y casa de recreo.
El paisaje donde se inserta la alquería, el antiguo camino
del Serradal, es una zona próxima a Meliana y donde la presión urbanística está
incidiendo fuertemente sobre el paisaje agrario. La arquitectura responde a un
esquema de casa a dos crujías con la incorporación de una gran escalera de
acceso a la planta superior que ocupa la parte central de la segunda crujía.
Sobre el edificio y su arquitectura:
Encontramos una arquitectura que parte de una modelística de origen rural para satisfacer
un programa relativamente complejo. Consta de dos crujías, con una línea central de
carga formada por un pórtico de tres vanos, con un esquema compositivo
tripartito en el cual, el cuerpo medio alberga en el fondo una escalera
centrada que se divide en dos tramos y conduce a la planta superior. Los
cuerpos laterales se compartimentan apoyándose en la línea central de carga, de
manera que encontramos una geometría limpia, atractiva, de espacios generosos y
poco adjetivada, donde está fuertemente subdividido el espacio. La
volumetría es la propia de este tipo de casas de cubierta a dos aguas y testeros ciegos.
Incluye dos plantas y andana superior. La vivienda se
dispone entre la planta baja y la principal. Un patio posterior cerrado incluye
algunos cuerpos económicos o de servicio de la casa. Un pequeño jardín
antestante completa los espacios domésticos de la alquería. La escalera, algo
forzada, es un intento de aportar elementos ennoblecedores a esta arquitectura
popular. En cualquier caso, consigue centrar el tema de la conexión de ambas
plantas, proporcionando con ello la posibilidad de independizar cinco estancias
en la planta, cuestión ésta importante para estos grupos sociales.
Si observamos la planta baja veremos que introduce cuerpos
ajenos a la arquitectura de la casa; cuerpos que necesita para albergar algunas
de las nuevas funciones que en esta época se van incorporando al sistema
basamental de la casa.
La fachada principal tiene una cuidada fenestración de tres
vanos alternados huecos más pequeños entre ellos. Esta composición está
alterada por la terraza adosada posiblemente en época posterior a su construcción.
Hay que señalar las impostaciones y el alero de fachada,
propio de estas arquitecturas eclécticas de las primeras décadas del s. XX. Se
trata de una pequeña casa de la burguesía campesina de inicios del siglo s. XX.
La casa presenta en fachada, la poca afortunada incorporación de una terraza
centrada, que se construye con machones de ladrillo y con una barandilla poco transparente
de celosía cerámica. Este pesadísimo cuerpo adosado, no permite leer una
fachada que en origen debió ser atractiva, formada por tres vanos en fachada
principal, más dos pequeñas ventanas apoyando el hueco central; huecos que se
construyen con un pequeño arco rebajado.
Sobre los huecos principales existen unos pequeños
tragaluces de ventilación de la “andana”. La cornisa evoca un cuerpo durmiente
sobre ménsulas que salen del plano de fachada, de manera que todo ello sirva
para apoyar un pequeño alero, hoy tapado por un canal de zinc.
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