EL PAISAJE DE LA REPÚBLICA. La Revista "Altea" y el Cine Moderno: 1931-1939
Uno de los productos principales de la cultura alteana de esta época fue la revista "Altea". La Sociedad Filarmónica Alteanense, junto a su director y fundador, Don Francisco Zaragoza Alvado, maestro nacional, fueron los impulsores de aquellos números que entre 1931 y 1936 relataron la vida social y política de la altea republicana. En su número 4 la revista hace una declaración de intenciones de la mano del maestro Don Juan Ribes sobre la línea social que toma la publicación, con una loa al trabajo y un apoyo a la declaración parlamentaria del momento, aquella que entendía España como “República democrática de trabajadores de todas las clases…”, el talante republicano, el carácter local y comarcal de la publicación y su línea de regeneración docente junto a cierta tendencia de centro derecha, marcan una publicación esencial en el archivo documental alteano.
El paisaje social y físico que nos muestra la revista, se
centra en una reivindicación de lo alteano y en su voluntad educativa, en una
visión positiva de la sociedad y sus costumbres, reflejando una cierta vida
social, sus efemérides festivas, también la dura vida de la clase trabajadora
tanto en el mar como en el campo, manteniendo una estrecha relación con la
emigración, particularmente la argentina.
Tabla Gimnastica. Revista "Altea", 1931
La Plaza del Convento y la Costera de Montcau -calle de Luis Martínez en ese momento- junto a la calle del Mar -la calle Canalejas-, fueron el centro neurálgico del pueblo. De la calle del Mar en sus dos tramos, más tarde Conde de Altea, cabe destacar su carácter de arteria principal, de calle muy vivida. En ella encontramos en ese momento, un edificio que albergó actos festivos, teatro y cine, además de actos políticos de gran relevancia: el Cine-Teatro Moderno; pero moderno con todas sus letras y significado. Moderno por acercar a Altea a una nueva tecnología y conectarla con el fenómeno cultural, del cinematógrafo, en una fecha temprana, allá por los años 1920 de la mano de la familia Gallego. Moderno también por levantarse el edificio con la arquitectura propia, una arquitectura mestiza donde la tecnología era la adecuada al momento y al lugar: una interpretación local de un modernismo ya algo trasnochado.Mercado de Altea en lo que fue la Plaza de la República. Año 1931, foto gentileza de Isabel Lloret
El Cine-Teatro Moderno incluía una gran sala cuya estructura de cerchas de acero se cubría con un tejado de placas de fibrocemento y se cerraba por muros de mampostería. Su fachada, sencilla y honesta, marcaba un muro piñón al que le obligaban sus cerchas de cubierta, acabado a la manera modernista con un resalte escalonado en cornisa; la fachada, compuesta por vanos simétricos y jerarquizados, incluía un mirador central en madera que marcaba aún más su carácter liviano sobre el pesado muro de la fachada. Luis Fuster y Pedro J. Orozco hablan en su obra de aquellas sesiones primeras de cine mudo con el acompañamiento a piano para enfatizar las escenas por parte de Tonica Bonet o Antonia Pérez, también de los ecos de los mítines republicanos de los años 30, o de las sesiones políticas y culturales de la época de la Guerra Civil. Personalmente, sólo recuerdo alguna película de aquellas del Oeste que aún ví en la oscura sala a la que se accedía desde un estrecho vestíbulo.
Vista de la Calle Conde de Altea con el Cine Moderno en el estado original, el que tuvo en la época republicana. Foto de 1952, gentileza de Luis Fuster
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