Una nueva ciudadela en la costa, sobre una acrópolis, en los inicios del siglo
XVII
*Fragmento de la
ponencia titulada “La condición de
lugar, una condición propia de las arquitecturas “a la moderna” en la obra de los Antonelli”, presentada en el Congreso FORMED 2017 y publicada en Defensive
Architecture of the Mediterranean: XV to XVIII Centuries, Vol. V / 2017, pág.
193
Ricaud
F. Arch (1740) “Plano de la villa Altea y sus contornos”. S.G.E., A.G.
T3/C4J322.- Detalle de la ciudadela de 1617
En las
trazas de la ciudadela de Altea podemos ver la intervención de nueva planta más
importante en las costas de mediterráneo español en los momentos de cambio de
estrategias militares entre el siglo XVI y XVII; ciudadela a la que se le otorga Carta Puebla en 1617. Fortaleza de trazas perfectamente adecuadas a las condiciones orográficas que ofrece una acrópolis, en
parte escarpada, sobre la que se construye, ofreciendo una imagen potente, capaz de ser vista y parecer casi inexpugnable desde el mar.
No
disponemos del plano original, pero si del encargo del estudio previo y ubicación
de la nueva Altea, al que se une la afirmación de Eugenio de Llaguno (Madrid,
1829), incluyendo a la villa de Altea como una de las obras de Cristóbal
Antonelli. Quizás en los archivos del Duque del Infantado pueda encontrarse más
luz sobre el tema. Pero es evidente que Cristóbal Antonelli está tras la
ubicación y la génesis de Altea ya que en estos años está trabajando en
proyectos en el ámbito de la bahía de Altea y otras tierras del señor de
Palafox, construyendo las torres de la Galera en Altea y la de Moraira,
(Banyuls, A. 1996)
Respecto
a mantener Altea la condición señorial, a pesar de las recomendaciones del
vicecanciller Frígola y del propio Consejo de Aragón, partidarios de ser tomada por el poder real, hay que señalar que esto
no fue atendido por el rey, quizás por el rapidísimo ascenso entre la
aristocracia del señor de Ariza: su
marquesado fue concedido por Felipe III, junto al nombramiento de Grande
de España, condiciones estas que avalan conservar el carácter señorial de
Altea, y la acción positiva de la Señoría apoyando la construcción de la nueva
ciudadela.
Con
ello puede entenderse que, dado el montante de la intervención, la Señoría
intenta buscar soluciones ajustadas económicamente para resolver diseño y construcción; y así, tenemos en la construcción de la ciudadela y sus murallas, una propuesta de bajo coste, aunque con unas trazas de muy buena
calidad, siguiendo en cualquier caso los
requerimientos dadas desde el Consejo de Aragón para la Nueva Altea, las cuales se resumen en las propuestas siguientes:
1.- Número de
pobladores capaces de la autodefensa “... se haga un pueblo de quinientos
vezinos ... en una costa inhóspita .. dado el miedo a las ordinarias invasión
corsarias...”
2.- Valorar
condiciones de utilidad militar y económica capaces de dar beneficio a la
Corona, a los colonos y defender la costa (... y se aumentará el real
patrimonio , miedo los muchos moradores que acudirán y ser la tierra fértil, en
más de seis mil ducados cada año, ...)
3.- Contribuir
a la defensa de la costa de manera activa y dentro del sistema general que
completan la estrategia (.. que se fortifican las Torres de Altea y Benidorme,
con que quedará guardada la costa y todo el Reyno ...)
4.- Decantarse
por un modelo eficiente, abandonado Bernia, dada su obsolescencia ante la nueva
situación geopolítica, que aumenta tras la expulsión morisca 1609 (... quedará
guardada la costa y todo el Reyno, y sume Md. Ahorrará los 4 mil ducados y mas
que se gastan en el castillo de Bernia, que no es de provecho...)
5.- Valoración
económica y estratégica de la costa alteana, solicitando la condición real para
la nueva población (...tiene puerto y abundancia de aguas, hazen cada día allí
los Moros de mar y tierra los malos y Daños que aquí se fía, los quales se
remediar Tomando sume Md. para si este termi y Dando recompensa al posseedor,
conforme a lo que le lava, que será como 400 escudos, ...)
6.- Proteger
con murallas al nuevo asentamiento. “…Sitios y suelos para las casas y hazerles
la muralla de tapia que no costara de seis mil ducados llega, ...”
(13) .- Del Pardo, 2
Dezembre 1587
Naturaleza de las fábricas y otros elementos
de la arquitectura de la ciudadela alteana.-
La
economía de medios la encontramos en los materiales de la obra civil: mamposterías
combinadas con argamasa de cal y arena con escombros, tal como proponía Juan
Bautista. El "terraplenar" y los sillares que proponía el Gonzaga,
sólo se usan en los cuerpos singulares (castillo, puertas, edificios
singulares, como Senyoria, Casa del Comú, etc.). La argamasa con aglomerantes
de baja calidad, combinadas con mampostería careada y en forma de sillares,
forman la cara externa de la muralla hasta una determinada altura, como podemos
ver en algunos trozos de las fábricas originales.
Encontramos
en la sección de las murallas una condición propia de estas estructuras
defensivas que han de soportar el ataque de la artillería. Las secciones de la
base tienen unas dimensiones importantes, alrededor de las tres varas
valencianas, entre 220 y 250 cm de ancho, que se levantan en talud hasta el
adarve donde la sección baja a los seis o siete palmos valencianos. Sobre el
adarve se elevan, tras el paso de guardia, los muros de los cuerpos superiores
de las casas dispuestas de espaldas a la muralla, definiendo así el tipo de
muralla en la manera de "casamuro". Esta sección, incluye un cuerpo
basamental que define el plano de tierra formado por un sistema de muros con
bóvedas de cañón, encofradas en obra de "tapia", cimbras muy pobres, sobre
las cuales se construyen las casas. Sistemas de bóveda que estabilizan perfectamente
la estructura de la muralla, y permiten absorber los posibles esfuerzos
horizontales del fuego de artillería.
Materiales
producidos en los hornos cercanos a la villa. La cantera de las Rotes o
Bellaguarda, está inmediata a las murallas, y en ella tradicionalmente han
existido hornos de cal. El mismo material de yeso se encuentra en el mismo
cerro donde se levanta Altea. Quizás la toponimia del "Fornet", el
barrio situado extramuros de la villa, pudiera darnos razón de estos hornos
cercanos a las canteras de las Rotes, y en las fábricas y muros que se
levantaron para construir el pueblo
Otra de las condiciones de esta ciudadela es el ajuste de
sus trazas a la orografía de la acrópolis de la colina sobre la que está
construida, y la utilización y la utilización de los cortes del terreno y sus encrespadas
laderas, que eliminan la posibilidad de ser escaladas por determinados flancos,
evitando en estos lados la existencia incluso del adarve, el cual se dispone
sólo los muros que nacen a nivel del terreno, en las vertientes norte y de levante.
Observamos que pese a haberse ignorado en la mayor parte de
los estudios sobre las fortificaciones del renacimiento español, Altea es una
ciudadela que reúne precisamente todos los elementos propios de una intervención
propia de la época y quizás de las más atractivas en estas consideraciones de
proyectos a la manera moderna en los tiempos de cambio entre los s. XVI y XVII.
La forma de la ciudadela, el trazado de sus calles, los
lienzos de muralla, bastiones, etc, han ajustado sus formas y trazas a la
geografía física de la colina, definiendo una planta irregular y disponiendo
los elementos defensivos en los puntos estratégicos para la defensa,
Detalle del Bastión de la Senyoria de Altea y de la Casa del Común.
Aproximaciones del autor a partir de las trazas de del plano de de Ricaud
Vista y descrita la forma y naturaleza de esta muralla en
"casamuro", podemos ver además de la traza, la sección primigenia y
fragmentos del paso de guardia en algunos puntos, así como dos de las puertas
de entrada a la villa. Sobre el resto de los elementos podemos indicar:
A.- El
Castillo, ubicado en el lado extremo meridional de la fachada oeste defendía el
lugar más accesible del perímetro: una zona plana que prolonga la loma del
cerro y donde se sitúa la puerta de Polop. La estrategia de diseño era una reducida
"cortina" flanqueada por dos baluartes con fuego cruzado a ambos
lados; uno perteneciente al mismo castillo con varias bocas de fuego a
diferente altura, mientras que el otro se trata de la misma punta aguda de la
muralla, configurada a modo de baluarte, aún hoy existente. El conjunto es pues
un sistema clásico muy eficaz y tradicional en los manuales.
B.- Diametralmente
opuesto al castillo existía otro baluarte, la casa de la Señoría, emergente de
los lienzos de muralla. Una pieza de gran dimensión y planta ligeramente
romboidal, tendiendo al ángulo recto. Un baluarte que albergaba funciones diversas:
alojar la casa de la Señoría, defensa sureste de la ciudad, y proteger la
aguada del río Algar. El río se batía por el norte desde los cañones de la
torre de Cap Negret, y por el sur desde la cubierta del baluarte de la Senyoría.
C.- Un tercer
elemento de menor eficacia militar, aunque bien dispuesto, se trataba de una
casamata cubierta a dos aguas. Era la casa del Común, pequeño baluarte
prismático emergente de los lienzos de muralla, capaz de defender por aspilleras
los lienzos de la muralla.
D.- Una torre
dispuesta en diagonal en la esquina noroeste defendía la puerta de Valencia en
el aún existente Portal Vell.
Corolario
Encontramos en la Altea de finales del siglo XVI e inicios
del siglo XVII una actividad constructiva de especial relevancia, producto de
las diferentes políticas de defensa de la costa en esta frontera hispánica en
el Mediterráneo. Una nueva ciudadela fortificada, en sustitución al fuerte de
Bernia, apoyada por un sistema de torres de vigía que completan lo indicado en
los memorandos e informes de los diferentes ingenieros reales, realizados a
partir de una visión general del territorio.
Tanto en el fuerte de Bèrnia, como en la más tardía Nueva
Altea se hacen realidad los preceptos que se han ido gestando en el pensamiento
de estos arquitectos militares de la saga de los Antonelli. Juan Bautista entre
los años 1562 a 1580 aproximadamente y su sobrino Cristóbal Grarabelli
Antonelli, que prosigue su labor a partir de 1580, siguiendo conocimientos y
dictados de su tío Juan Bautista y del virrey Vespasiano Gonzaga, que conoció
en su juventud.
La ciudadela de Altea es el ejemplo más importante y
desconocido de una ciudad de nueva planta renacentista en la costa mediterránea
española; una ciudadela que se adecua a las consideraciones "a la
moderna", atendiendo además a un concepto nuevo: la condición de lugar,
que marca decididamente la forma de la arquitectura y la naturaleza de sus defensas.
Ejemplo de los frutos de aquella fecunda colaboración de la saga de los
Antonelli y el conocimiento en estas artes de la defensa y la construcción de
Vespasiano Gonzaga.
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